OPINIÓN: Contra la homofobia en México
Nota del editor: El autor es politólogo e internacionalista. Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, profesor en el ITAM y en la UIA. Coautor de los libros Same Sex Marriage in the Americas, ¿Qué es Estados Unidos? y Ciudadanos.Mx: Twitter y cambio político en México.
(CNNMéxico) – Vivimos un mundo lleno de contrastes. Mientras que en un país centroafricano como Uganda apenas hace una semana estuvo a punto de ser aprobada una ley que penalizaba la homosexualidad con la muerte, al sur del Continente Africano, en Sudáfrica, desde hace más de una década la homosexualidad y las distintas orientaciones sexuales están protegidas por la Constitución de ese país e incluso existe el matrimonio para parejas del mismo sexo.
Mientras que en el mundo cada 17 de mayo se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, en México solamente en la Ciudad de México se conmemora así , mientras que en el país a nivel oficial se celebra el Día nacional por la tolerancia y el respeto.
Mientras que en Ciudad de México las personas gays, lesbianas, bisexuales, transgénero son reconocidas como ciudadanos con plenos derechos , en estados como Jalisco, Baja California, Yucatán y en el Estado de México las leyes las ignoran o discriminan explícitamente, las autoridades archivan los crímenes por tratarse de asuntos "pasionales" y hasta "asquito" le dan a gobernadores .
Es escritor mexicano Carlos Monsiváis definió a la homofobia como "la movilización activa del prejuicio, la beligerancia que cancela derechos y niega con declaraciones lesivas y/o con actos la humanidad de los disidentes sexuales… fenómeno que no tiene que ver con el derecho a la antipatía, sino con el ejercicio de la intolerancia, del abuso del poder que le da a las opiniones características de zonas de exterminio."
Si queremos otra definición, desde el Estado la homofobia es un intento por penalizar la homosexualidad, perseguirla y erradicarla y/o hacerla invisible. Desde la ciencia, un intento por patologizarla. Desde la sociedad, una conducta de desconocimiento, de señalización, de reprobación.
En efecto, algo se ha avanzado en las democracias occidentales para respetar y proteger los derechos de las poblaciones no heterosexuales y algo se ha avanzado en nuestro país, sobre todo en los ordenamientos jurídicos de entidades como el Distrito Federal o Coahuila, pero con una enorme disparidad entre los distintos ordenamientos jurídicos y con una enorme diferencia también respecto a la opinión de las distintas sociedades que viven en México.
Basta con revisar lo acontecido este fin de semana en Jalisco, en el occidente del país, donde un grupo de personas, no muy numeroso, pero sí muy ruidoso, salió a las calles de Guadalajara en la llamada "marcha anti-gay".
Esta marcha se realizó para presionar al Congreso local para que rechace la reforma constitucional aprobada en marzo pasado por la que se reconocen las preferencias sexuales, que necesita la venia de al menos 16 congresos locales.
En otras palabras, si bien a nivel institucional se han logrado algunos avances, todavía en el plano político-electoral algunos políticos siguen utilizando la homofobia como un recurso de movilización para sacudir a sus bases más conservadoras y sacarlas a las calles, en franca alianza con una Iglesia católica que tiene el récord de ser una de las instituciones más homofóbicas e intolerantes a la diversidad sexual.
En todo el mundo persisten las conductas de rechazo a la diversidad sexual por parte de las sociedades y México no es la excepción. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación presentó los resultados de la Encuesta Nacional de Discriminación, la ENADIS, en donde un 44.1% de los encuestados afirma que no permitiría o no estaría dispuesto a vivir con una lesbiana en su casa y un 43.7% dice lo mismo respecto a los homosexuales.
El 17 de mayo del año pasado, el presidente Felipe Calderón emitió el decreto para establecer la conmemoración del Día de la Tolerancia y el Respeto a las Diferencias, en lugar de instituir el Día de la Lucha contra la Homofobia, como establecía el proyecto original de la Comisión Política en Materia de Derechos Humanos aprobado en diciembre de 2009.
El gobierno federal ha utilizado a las instituciones públicas para negarle derechos a las personas gays, lesbianas, bisexuales y trans o para tratar de invisibilizarlas.
En enero de 2010, la Procuraduría General de la República (PGR) solicitó a la Corte que invalidara los cambios en el Código Civil del DF que permitía los matrimonios entre parejas del mismo sexo. Argumentó que las modificaciones a los artículos 146 y 391, violaban los preceptos de la Constitución de proteger a la familia. Esto finalmente fue rechazado por la SCJN.
Si bien es cierto que jamás podrá erradicarse por completo ni la homofobia ni la discriminación en general, compete al Estado mexicano elaborar políticas públicas orientadas a combatir ambas, dejar a lado los eufemismos y nombrar los problemas por su nombre.