OPINIÓN: A la caza del voto en el exterior
Nota del editor: El autor es politólogo e internacionalista. Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, profesor en el ITAM y en la UIA. Coautor de los libros Same Sex Marriage in the Americas, ¿Qué es Estados Unidos? y Ciudadanos.Mx: Twitter y cambio político en México.
(CNNMéxico) – Falta poco más de un año para las elecciones del 2012, pero la campaña por alcanzar la presidencia de México arrancó hace ya algunos meses y este fin de semana cruzó la frontera hacia Estados Unidos.
Por un lado, el pasado 12 de junio el presidente Felipe Calderón estuvo en Palo Alto, California, para asistir como orador principal en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford.
Calderón abordó el tema por el que desea dejar un legado universal: el calentamiento global. Sin embargo, el presidente no desaprovechó la tribuna para recordar, una vez más, el mensaje electoral con el que hace ya 11 años el Partido Acción Nacional (PAN) llegó a la presidencia: el pasado autoritario de México bajo las siete décadas del PRI, la represión contra estudiantes, la falta de democracia y de libertades y la corrupción que se vivió en México bajo el régimen de partido único, todo esto mientras una avioneta que sobrevolaba el estadio donde el presidente daba su discurso, le recordaba una realidad de sus cinco años de gobierno: 40,000 muertos , ¿cuántos más?
De igual forma, el sábado 11, Calderón se reunió con un grupo de unos 600 migrantes mexicanos a los que también les ofreció algunos mensajes electorales. Por un lado, el presidente habló sobre el compromiso de su gobierno con la reforma migratoria que empezó a impulsarse en Estados Unidos desde el 2001, bajo la presidencia de Vicente Fox y de George W. Bush y que ni con Calderón en México, ni con Obama en Estados Unidos ha sido aprobada . Por el otro, aprovechó ese encuentro también para defender la guerra contra el narcotráfico y para volver a acusar a lo que él llamó la industria armamentista de las muertes de mexicanos.
Hubo otra visita de un político mexicano a Estados Unidos, y quizá aún mucho más importante e interesante, Andrés Manuel López Obrador mostró el fin de semana que aprendió de uno de sus errores del 2006: su desdén a las comunidades de mexicanos en el exterior.
El mismo domingo, López Obrador enterró las dudas en torno a si tenía visa para entrar a Estados Unidos y se reunió en la ciudad de Los Ángeles con un grupo de migrantes mexicanos, en un encuentro mucho más discreto que el de Calderón. López Obrador presentó ahí su proyecto rumbo al 2012, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), al tiempo que pidió el apoyo de los connacionales que viven en Estados Unidos y que pueden votar en las elecciones presidenciales mexicanas gracias a una reforma electoral del 2005.
Si bien el mensaje de López Obrador no fue novedoso en su contenido, pues volvió a repetir los ejes discursivos que utiliza desde el 2006: que “una mafia le robó la presidencia”, “que un grupo de poderosos controla el país” que “en México no hay democracia, sino oligarquía”, etc., lo cierto es que presentó propuestas para los mexicanos residentes en Estados Unidos y dejó una ruta de acción para formar comités de apoyo a su movimiento en territorio estadounidense. De hecho, pidió formalmente a cada persona un compromiso para convencer a cinco más a unirse a su movimiento y así crear una fuerza de votantes importante para el 2012.
La presencia de Felipe Calderón y de Andrés Manuel López Obrador en California dio inicio oficial a la campaña presidencial mexicana en Estados Unidos. Al respecto, cabe recordar que el Instituto Federal Electoral calculó en 2005-2006 que hasta 4.2 millones de votantes potenciales mexicanos se encuentran esparcidos por el mundo, y principalmente en Estados Unidos. Si bien es cierto, que en el 2006 apenas se emitieron unos 32,600 votos desde el extranjero, de los cuales 19,000 fueron para Felipe Calderón y 11,000 para López Obrador, también lo es que en la elección presidencial del 2006, apenas 244,000 votos de diferencia lograron el triunfo para Calderón.
Precisamente por ello López Obrador viajó a Los Ángeles y prometió que regresaría a otras ciudades de Estados Unidos en breve, e incluso nombró al embajador Héctor Vasconcelos como el representante de su campaña ante los mexicanos en Estados Unidos.
Sin duda, ciudades como Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Dallas y muchas más serán una parada obligatoria en las campañas presidenciales venideras. Con elecciones tan cerradas como la del 2006, el voto de los mexicanos en el exterior no podrá ser ignorado como en el 2006 y al respecto, el mismo IFE lanzó ya una campaña de promoción del voto en el exterior en las redes sociales ( Twitter y Facebook ) y una página web para informar a los mexicanos en el exterior sobre el proceso y la forma de registrarse para votar en el 2012.
En resumen, más vale que los candidatos a la presidencia de México vayan sacando sus tarjetas de clubes de millaje aéreos y sobre todo, que vayan delineando mensajes de campaña para cortejar el voto de los mexicanos en el exterior, sin que éstos hagan ruido en la propia dinámica electoral de la contienda por la Casa Blanca que arrancó ya también en Estados Unidos .