OPINIÓN: Hugo Chávez, por siempre…
Nota del editor: El autor es politólogo e internacionalista. Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, profesor en el ITAM y en la UIA. Coautor de los libros Same Sex Marriage in the Americas, ¿Qué es Estados Unidos? y Ciudadanos.Mx: Twitter y cambio político en México.
(CNNMéxico) – No se ha ido. Hugo Chávez sigue y seguirá gobernando Venezuela. Sobrevivió a un golpe de estado, en el 2002, y ahora empieza una nueva batalla, la del cáncer.
Todo empezó en la mayor secrecía. Chávez había salido en una gira oficial a Brasil, Ecuador y Cuba a principios de junio pasado. El 8 de junio, al llegar a Cuba, Chávez fue operado de emergencia por un “absceso pélvico” , según se informó inicialmente. Tuvieron que pasar tres semanas, en medio de rumores, para que Chávez informara desde Cuba que estaba siendo tratado por cáncer . Un mes después regresó a su país, justo en el marco conmemorativo del bicentenario de la Independencia de Venezuela.
Sin duda, Venezuela es un país cuyas peculiaridades provocan asombro dentro y fuera de sus fronteras. Por un lado, hay quienes no logran entender cómo un mandatario que ha tenido todos los escenarios internacionales favorables para el crecimiento de la economía de su país, los ha desaprovechado. En este rubro están quienes toman los indicadores macroeconómicos de Venezuela y ven un decrecimiento económico (-1.9 % en 2010), una de las inflaciones más altas de Latinoamérica (30 % en 2010), un desempleo alto (12 % en 2010) y el desaprovechamiento de una prolongada bonanza petrolera.
Quienes critican a Venezuela por sus resultados económicos, los defensores de las políticas neoliberales, el llamado consenso de Washington, no pueden explicarse cómo la mayoría de la población ha mantenido su apoyo a Chávez a lo largo de los 12 años. En sus picos bajos, la popularidad del presidente ha rondado el 46%, mientras que en sus mejores momentos ha sobrepasado el 70. La más reciente encuesta, de junio de 2011 y que fue presumida por el partido oficialista anotaba un apoyo del 60 %, antes de que se diera a conocer que el presidente tiene cáncer.
Por el otro lado, están quienes también señalan los retrocesos democráticos que se viven en Venezuela desde que Chávez llegó al poder por primera vez. Aquí se critica que el Movimiento Quinta República, fundado por Chávez en 1997, y hoy el Partido Socialista Unido de Venezuela, fundado en el 2007, sea la principal fuerza en el Congreso venezolano desde el 2000, sin una real oposición. Aquí también se señala cómo el Mandatario venezolano ha cooptado al Poder Judicial y cómo la oposición se encuentra maniatada, dividida y fuera de la toma de decisiones de gobierno desde hace ya una década.
Quienes criticamos la involución democrática de Venezuela, lo hacemos porque, pese a que se han cumplido los mínimos para decir que las elecciones presidenciales de 1998, 2000 y de 2006 han sido legítimas y democráticas (como el mismo Centro Carter lo ha avalado), lo cierto es que Venezuela es hoy un régimen híbrido, que combina elecciones democráticas con violaciones de procedimientos democráticos, un regimen “autoritario competitivo”, como han teorizado los politólogos Steven Levitsky y Lucan Way. En la Venezuela de Chávez hay elecciones sin equidad en la contienda, en el manejo de recursos y de tiempo de publicidad de las campañas y con un sistema electoral reformado que hace más dura la posibilidad de que la oposición pueda avanzar en las gubernaturas de las provincias y en el congreso nacional, minando la participación política de la oposición.
Y no obstante, el breve mes que Chávez estuvo fuera de su país arroja un poco de claridad sobre la fortaleza de su mandato. A diferencia de 2002, el año del golpe, Chávez hoy tiene un control real del poder político en Venezuela. No hubo en su ausencia un solo intento de golpe de estado, los ministros de su gabinete pronto hicieron filas y respaldaron al Mandatario, lo mismo sucedió con los legisladores en la Asamblea Nacional, con el Poder Judicial y hasta con la oposición.
Venezuela no enfrentó ni enfrenta un vacío de poder y pese a que se empezó a especular sobre quién podría suceder a Chávez en caso de que éste muriese, lo cierto es que no se vislumbra una sola figura política que pudiese continuar con el proyecto de Chávez tal como es hoy. No hay un claro Raúl Castro en Venezuela, aunque durante la ausencia temporal de Chávez los ojos de los venezolanos se concentraron en Adán Chavez, el hermano mayor del presidente , que es hoy gobernador de la provincia de Barinas y que ha sido el que ha articulado las alianzas latinoamericanas de Chávez, pero que no tiene ni el carisma del presidente, ni controla el ejército venezolano como Chávez lo hace.
Venezuela se encamina así hacia las elecciones presidenciales del 2012, con problemas económicos, pero sin un verdadero vacío del poder, con una oposición que no ha logrado articular su descontento en 12 años, ni unirse en torno a un propósito con la consolidación de Hugo Chávez en la presidencia. Para los críticos más férreos de Chávez y sus políticas, lo peor es que aún si la oposición lograse tomar la presidencia en 2012, un presidente opositor no podría tirar en seis años los 12 que Chávez lleva gobernando. Con cáncer o sin él, hay Chávez para rato.