Cómo logró Paraguay llegar a la final de Copa América sin ganar un partido
La selección de Paraguay está en la final de la Copa América tras 32 largos años de espera, y su gente se ilusiona con ver a la albirroja alzando la Copa tan ansiada este domingo en el estadio Monumental de Buenos Aires, Argentina.
La historia del conjunto guaraní parece estar hecha para una película. Once guerreros liderados por su arquero Justo Villar desafían a las probabilidades y las estadísticas para llegar a la cita definitoria del torneo más prestigioso del continente americano.
No sé si es posible decir que Paraguay es uno de los dos mejores equipos de Sudamérica. El equipo dirigido por Gerardo Martino empató todos sus partidos en este torneo y fue ampliamente superado por Brasil en cuartos y la Vinotinto en semis.
Paraguay clasificó a cuartos de final como segundo mejor tercero tras haber empatado todos sus partidos en la primera fase. Eso sí, dos de los tres empates en la primera ronda fueron triunfos que se les escaparon sobre la hora, contra Brasil y Venezuela, y el otro fue un empate que debió haber sido triunfo guaraní en el debut.
Luego, de alguna manera, Paraguay se las arregló para no meter ningún gol más (lleva 245 minutos sin acariciar la red) pero de todas formas salir victorioso por penales para seguir soñando con salir campeón.
Sin embargo, ningún equipo llega a una final sólo de casualidad. Paraguay ha tenido su cuota (enorme) de suerte, pero también cuenta con un arquero muy capaz como Villar, y una defensa sólida que demostró que tiene recambio.
Además, Martino siempre le transmite una tranquilidad casi zen desde el banco a sus jugadores, que no se desesperan nunca por más extenuantes que sean las circunstancias.
Eso sí, la albirroja extraña inmensamente a su goleador Roque Santa Cruz y es un equipo distinto sin el.
Lucas Barrios y Nelson Haedo Valdez son dos delanteros muy capaces, pero los números lo dicen todo: Con Santa Cruz en la cancha Paraguay convirtió cinco goles en tres partidos. Sin el, ninguno en dos.
Paraguay jamás ha sido un equipo que salga a llevarse por delante a su oponente. En la final frente a Uruguay deberá plantear el partido en la mitad de cancha y ganar el duelo en el juego aéreo.
Más allá de los meritos hechos por Paraguay para imponerse ante Venezuela, también vale la pena mencionar el gran progreso que la vinotinto ha demostrado como equipo durante esta Copa América.
El conjunto de César Farías puso a Paraguay entre la espada y la pared, y si los palos no se encaprichaban con la pelota, este texto estaría siendo sobre Venezuela en la final.
Sin embargo, la realidad es que Paraguay está de fiesta, y ya se ilusiona con salir a las calles este domingo para celebrar como si fuese 1979, aquella gloriosa victoria se recuerda más que nunca. (Paraguay se coronó campeón de la Copa América en 1979 al vencer a Chile en un global de 3-1).