OPINIÓN: Michele Bachmann y las elecciones de Estados Unidos en 2012
Nota del editor: El autor es politólogo e internacionalista. Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, profesor en el ITAM y en la UIA. Coautor de los libros Same Sex Marriage in the Americas, ¿Qué es Estados Unidos? y Ciudadanos.Mx: Twitter y cambio político en México.
(CNNMéxico) - Para muchos, la política es reflejo de las ambiciones personales, vanidades, delirios y egos de un país. Cada elección presidencial, en casi cualquier país del mundo, los candidatos reflejan los contrastes de una nación.
Así, un Lula da Silva, en Brasil, mostró en la elección presidencial del 2002 la mejor cara de un país que soñaba en convertirse en el líder de América Latina. También así, y visto a la distancia, más con carisma que con propuestas Vicente Fox cautivó a millones, a quienes convenció que era posible sacar al PRI de Los Pinos en el 2000.
En contraste, también están las historias de candidatos del terror. Aquellos que logran conquistar la candidatura de algún partido político sin realmente tener la capacidad o el curriculum para ocupar el Poder Ejecutivo.
Ello pasa cuando la caballada está flaca, como se dice en el argot, y hay poco de donde elegir, o incluso cuando los aprovechan que el sistema político de sus países permite las llamadas candidaturas ciudadanas y -armados de mucho marketing y mucho dinero-, logran colarse en una contienda presidencial.
Fue el caso del millonario Ross Perot, quien contendió por la presidencia de Estados Unidos en 1992 y en 1996 sin haber tenido el más mínimo de experiencia política, o el de Ralph Nader, un abogado, ecologista y profesor sin mayor experiencia en la política formal, que en el año 2000 consiguió casi 100,000 votos en la elección presidencial en la que George W. Bush le quitó la presidencia a Al Gore por cinco votos del llamado Colegio Electoral, pese a que Gore le ganó en el voto popular.
La elección presidencial de noviembre del 2012 ya arrancó en Estados Unidos y hay una mujer que precisamente podría ser la sorpresa y una verdadera candidata del terror. No se trata de la ya célebre Sarah Palin, exgobernadora de Alaska que fue candidata a la Vicepresidencia en el 2008.
Se llama Michele Bachmann, tiene 55 años, milita en el Partido Republicano, y es una de las figuras políticas que más ha coqueteado con el llamado movimiento del Tea Party . Entre sus pocos méritos en la política hasta ahora se encuentran el hecho de que se convirtió en la primera mujer republicana en ganar una curul por el estado de Minnesota para la Cámara de Representantes y desde entonces ha sido reelecta en tres ocasiones.
Bachmann dio respuesta al Informe del Estado de la Unión de Barack Obama en enero pasado por parte del movimiento del Tea Party. Su respuesta fue de apenas seis minutos y medio, pero esos minutos la pusieron en la palestra de la candidatura presidencial a nivel nacional.
Desde entonces, el nombre de Michele Bachmann se dio a conocer en todo Estados Unidos. Hoy, la precandidata presidencial tiene un índice de reconocimiento de nombre por arriba del 74% y entre los republicanos, un 84% tiene una buena opinión de ella, de acuerdo con la encuestadora Gallup.
Bachmann tiene todo un equipo detrás de ella. Lo mismo quienes la ayudaron para romper récord en recaudación de fondos para una campaña por un asiento en la Cámara de Representantes, que quienes hoy empiezan ya a prometerle millones para su campaña presidencial y que de hecho ya la ayudaron a recaudar casi tres millones, en fin todo un grupo de asesores detrás quienes hoy la han puesto como una de las contendientes republicanas a tomar en serio.
Si bien aún hoy, Sarah Palin tiene un reconocimiento de nombre del 95% y las encuestas dicen que un 16% de los republicanos le darían su voto en la contienda presidencial, frente apenas un 5% de Michele Bachmann, lo cierto es que Bachmann tiene mayores índices de aprobación que Palin y dentro del Movimiento del Tea Party está creando redes de apoyo desde abajo, mientras que Palin se ha dedicado en fechas más recientes a grabar reality shows y programas de radio.
La contienda del 2012 será un ataque directo contra Barack Obama y sus logros en su gobierno. Bachmann precisamente se ha destacado por su oposición a los temas más importantes en estos años de gobierno: la reforma al sistema de salud, la reforma de Wall Street, el retiro de las tropas de Afganistán, entre otros, pero no ha destacado por proponer alternativas.
Sobre sus posturas en torno a asuntos internacionales se conoce poco. Como integrante de la Cámara de Representantes, realmente no tiene mucha vinculación con el mundo, como sí la tiene un senador. Ha votado en contra de darle mayores fondos a México para la lucha contra las drogas, ha votado a favor de promover un tratado de libre comercio entre su país y Perú, ha votado a favor de endurecer medidas antimigrantes, pero más allá de ello no tiene la mayor experiencia.
De hecho, no tiene la mayor experiencia más allá que la de injuriar al gobierno de Obama. Para muchos, la cercanía de esta mujer con el Tea Party demuestra su lado más populista.
Para varios analistas, Michele es un producto de la mercadotecnia política, una mujer mediática, que logra atraer los reflectores, que podría llegar a ser una buena candidata presidencial, pero sin la mayor experiencia para ser presidenta.
Bachmann es hoy un activo importante para el Partido Republicano y se encuentra al frente de las encuestas en el estado de Iowa, el primero que acude a la votación para elegir al o la candidata republicana.
Si su nombre no aparece en la boleta como candidata presidencial, probablemente aparezca como candidata vicepresidencial. Los republicanos aún hoy necesitan caras nuevas y hábiles en el manejo de medios y que conecten con los jóvenes que votaron por Obama y que se siguen identificando con él.
Michelle es uno de esos pocos elementos dentro del Partido Republicano que hoy lo logran.