OPINIÓN: La sustentabilidad y sus riesgos en las nuevas construcciones
Nota del editor: Francisco Bucio Mújica es Director técnico del Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y la Edificación SC, (ONNCCE)
(OBRAS)— La tendencia a revertir o al menos a detener el cambio climático desató en el sector de la construcción una moda por la sustentabilidad, incluso con airadas disertaciones en torno a si el concepto debiera cambiarse por el de sostenibilidad.
Es inminente que en nuestro quehacer profesional "rutinario" debemos incorporar las disciplinas que coadyuven a proteger el ambiente : consumo de energía proveniente de recursos renovables, mejor utilización del agua potable, reutilización y tratamiento de aguas grises y negras, instrumentación de prácticas sociales que contribuyan a la mejor operación y mantenimiento, sin dejar de lado la adquisición o la producción de insumos que no emitan impactos al medio, así como la infraestructura adecuada para el almacenamiento temporal y la disposición de los residuos sólidos.
El principio para lograrlo es loable y todos debiéramos participar, sin embargo, hay seminarios, congresos y demás en los que el tema central es la sustentabilidad, pero, desafortunadamente, más para captar asistentes que para ofrecer alternativas. Ahí se dictan conferencias para vestir a las empresas, a ciertos profesionistas y a determinados productos y componentes constructivos con velos que enfatizan su aportación a la sustentabilidad.
En los mismo se mencionan u ofrecen esquemas y organizaciones internacionales y nacionales para certificar su cumplimiento o la asesoría correspondiente, siempre en contextos parciales, sin considerar que en todos los edificios y desarrollos, ya sean habitacionales, industriales, comerciales, para la educación o para la salud, existen regulaciones enfocadas a la seguridad, la operación, la durabilidad y la pertinencia al entorno.
De manera paralela a la sustentabilidad siempre hay que cumplir con las disposiciones que garanticen la seguridad, la habitabilidad, la vida útil y el valor agregado en las obras de ingeniería y arquitectura .
Pero los recientes sismos que han ocurrido en Haití, Chile, Japón y España demuestran que se han olvidado los aspectos de seguridad en las edificaciones e infraestructura en las ciudades y países, lo que invariablemente, también ha ocasionado daños en los ecosistemas.
Ante estos eventos de la naturaleza, atinadamente algunas organizaciones y dependencias públicas en México señalan la necesidad de revisar los reglamentos de construcción y de protección civil; sin embargo, no podemos aceptar que debido a su ausencia se afirme que no contamos con las herramientas para lograr mejores ciudades.
Los nuevos profesionales no arriesgan el futuro de las siguientes generaciones, por lo que fortalecen sus conocimientos para actuar de acuerdo con su solvencia técnica y moral, contribuyendo a lograr mejores obras, las que, indudablemente, merezcan un reconocimiento o una certificación que premie su habitabilidad, durabilidad, seguridad, funcionalidad, pertinencia al entorno, sostenabilidad y sustenabilidad.