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OPINIÓN: ¿Por qué EU debe ocuparse de la hambruna africana?

El número de muertes en Somalia hubiera sido mayor si EU no hubiera realizado millonarias inversiones humanitarias en la última década
vie 12 agosto 2011 11:09 AM
Somalia hambre
Somalia hambre Somalia hambre

Nota del Editor: William Frist, exlíder de los Republicanos en el Senado, es médico.

(CNN) — ¿Por qué los estadounidenses deberían estar interesados en la crisis alimentaria que se vive en Somalia, mientras nuestra economía está en caos?

Para aclarar un poco esta cuestión, me uní hace unos días con la Dra. Jill Biden, esposa del vicepresidente Joe Biden, a una misión de investigación en un campo de refugiados en Somalia , cerca de su frontera con Kenia.

Nos percatamos de la respuesta mientras escuchábamos a una angustiada madre de cinco hijos, quienes habían caminado durante 15 días la seca tierra somalí, con el propósito de encontrar alimentos y seguridad en el campo fronterizo. Llegaron mal alimentados, enfermos y sedientos a un campo que tiene 430,000 refugiados. Compitieron con otras 1,500 personas que habían llegado al campo de refugiados ese mismo día, tan sólo para encontrarlo al tope de su capacidad. Dentro de este habrían encontrado comida y agua.

Habrían encontrado vacunas que salvan vidas a miles de individuos en su situación. Habrían sobrevivido gracias a la generosidad de los estadounidenses (EU es responsable del 47% de los alimentos que se proveen en el campo), misma que se encuentra en aumento debido al apoyo de la comunidad internacional, a pesar de los desafíos que las naciones tienen en su propia casa.

Más de 29,000 niños han muerto en los últimos tres meses, en lo que es la crisis alimentaria más aguda del planeta. Empeora cada minuto y excede los suministros disponibles. Miles nunca llegan a los campamentos y, aquellos que sí, deben esperar afuera junto con otros 50,000 en la misma situación.

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Partiendo de mi experiencia como médico en campos de refugiados en el sur de Sudan y Darfur, las condiciones que Biden y yo observamos esta semana están entre las peores, resultado de un cruel vínculo entre la guerra, sequía y pobreza . El asunto es complejo, pero sabemos con certeza que enfocarse en la salud aumenta de gran manera las probabilidades de que existan menos muertes y de brindar seguridad al Cuerno de África. Es una inversión que bien vale la pena.

Sequías ocurren regularmente en toda esa región, sin embargo, la disfuncionalidad del gobierno somalí hace que sea incapaz de dar una respuesta efectiva a la situación. El acceso al lugar por parte de la comunidad internacional de ayuda presenta dificultades y es peligroso. Esta es la razón por la cual enfocarnos en la asistencia de Etiopía y Kenia es esencial.

Las cinco regiones de hambruna en Somalia llevan a la muerte de sus habitantes y al éxodo, en busca de alimentos, de niños y sus familias a Kenia y Etiopía. La llegada de entre 1,400 y 2,000 nuevos refugiados somalíes tan solo al campo de Dadaab genera una gran tensión alimentaria, medioambiental y económica  en el este de Kenia.

Las buenas noticias para los estadounidenses que pagan sus impuestos es que las inversiones que se hacen a nuestras organizaciones humanitarias y de desarrollo han funcionado. A través de esfuerzos anteriores conducidos por Estados Unidos en materia de seguridad alimentaria y agrícola, aprendimos que de las regiones más abundantes de Kenia, los alimentos fluyen hacia aquellas regiones que más lo necesitan. Aunque decenas de miles han muerto por hambre las semanas pasadas, tengo la certeza de que el número hubiera sido mucho mayor si los estadounidenses no hubieran realizado inversiones humanitarias en ese lugar en la última década.  

La sequía y el hambre no son nuevas en el Cuerno de África. Al examinar hambrunas anteriores, hemos aprendido que entre lo más importante se encuentra el invertir en mejorar la salud. La primacía de este ámbito no es, por lo general, reconocida por la ciudadanía, pero sí lo es por el administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Rajiv Shah, quien nos acompañó en este viaje de investigación.

La sequía deriva en hambre, y esta lleva al deterioro de la salud. La intervención en ese campo, a través de vacunas e hidratación vía oral es fácil y poco costosa. Pero necesitamos tener esos materiales en la zona de acción. Y eso subraya la importancia del incremento a la ayuda por $105 millones de dólares anunciado por nuestro gobierno, el lunes pasado. Esto demustra también que todos como individuos podemos hacer la diferencia, a través de nuestras contribuciones, un ejemplo de ello es la página del gobierno de EU  dedicada al tema de la hambruna, especialmente dedicada a organizaciones que quieran contribuir.

La región es testigo  de la peor sequía de los últimos 60 años , con más de 12 millones de personas en situación de emergencia y dependientes de la asistencia internacional. A pesar de que las contribuciones de gobiernos, ONG y la comunidad internacional crecen, las necesidades de la gente ahí también aumentan, mucho más rápido de lo que el mundo les llega a ofrecer.

¿Dará respuesta a esto el pueblo estadounidense? Sé, basado en mi propia experiencia en Sudan, Darfur, Chad, Haití y Bangladesh que los estadounidenses serán generosos y que brindarán apoyo a la respuesta que nuestro país ya ha puesto en marcha.

Los estadounidenses hacen su mejor esfuerzo cuando se trata de actuar sin egoísmo con aquellos que más lo necesitan, y lo hacen de forma tan generosa cuando saben que sus inversiones, ya sea a través de contribuciones personales o las de su gobierno, tienen una alta importancia al momento de salvar vidas en el corto plazo, y que sirven como prevención en un largo plazo.  Saben que su ayuda hará la diferencia. Los estadounidenses actuarán como siempre lo hacen para ayudar a los necesitados.

Las opiniones expresadas en este comentario son solamente las de William Frist.

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