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OPINIÓN: Ambos bandos deben superar la raza de Obama

Para algunos de los partidarios del presidente Obama hay una tendencia a definirlo sólo por su raza y eso no es nada para sentirse orgulloso
dom 14 agosto 2011 10:00 AM
Barack Obama
Barack Obama Barack Obama

Nota del editor: Ruben Navarrette Jr. es colaborador deCNN.com y un columnista reconocido a nivel nacional.

SAN DIEGO, California (CNN)  Actualmente, mientras el presidente Obama busca la reelección con un índice aprobación de tan sólo un 41% según una reciente encuesta Gallup – algunos de sus partidarios están jugando la carta de la raza. Su estrategia parece ser silenciar a los críticos insinuando que cualquiera que no esté satisfecho con el desempeño de Obama está motivado por el racismo.

¿En serio? No otra vez.

Un ejemplo fue ofrecido por el columnista de USA Today DeWayne Wickham, quien recientemente acusó a los líderes republicanos del Congreso de abordar las negociaciones de la deuda con una “falta de respeto palpable no sólo contra Obama en lo personal, sino con toda su estimada oficina”. Para Wickham, este trato es producto de nada menos que la lucha actual de Estados Unidos de “ir más allá de la terrible ola de efectos de su historia de esclavitud humana” y recuerda los juicios de Frederick Douglass, un esclavo que logró escapar y que, como abolicionista, se desempeñó en diversos cargos públicos.

“Esta total falta de respeto es completamente deleznable, y hasta antipatriótico”, señaló Wickham. “Tal desprecio, estoy convencido, está cimentado en algo más que diferencias políticas. Actualmente, puede que no vean las manifiestas acciones racistas de gobernadores sureños como Ross Barnett o George Wallace en los sesentas. Pero la presencia de Jim Crow Jr. –una forma más sutil de racismo– ahí está”.

El columnista del Miami Herald Leaonard Pitts también fue contundente en su evaluación de los motivos de aquellos que están insatisfechos con el desempeño del presidente.

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“Los que denigran a Obama están consternados por la novedad que representa, su liberalismo, su excentricidad y sí, la oscuridad de su piel”.

Entonces, ¿los contratiempos, dificultades y fallas de Obama como presidente se deben al racismo? Alguien debería revisar la fecha de caducidad de ese señuelo. Esto por no decir que la raza no ha sido un gran factor en la odisea política de Obama. Por supuesto que sí lo es.

En las primarias demócratas del 2008, la rival de Obama para la candidatura –Hillary Clinton– comentó a USA Today que “el apoyo del senador Obama entre los estadounidenses trabajadores, estadounidenses blancos, se está debilitando nuevamente” e insistió que los votantes blancos que no terminaron la universidad la apoyaban.

Asimismo, en lo que muchos observadores políticos vieron como una golpe racista, Bill Clinton minimizó la victoria en las primarias de Carolina del Sur al señalar que en 1988, “Jesse Jackson ganó en Carolina del Sur”.

Poco antes de la elección, un grupo de mujeres republicanas de Carolina del Sur envió una carta bromeando que si Obama era elegido, sería un presidente que aparecería en etiquetas de comida en lugar de en los dólares. La carta incluía una ilustración de dólares de Obama, una imagen del candidato demócrata rodeado de melones y pollo frito.

Después de la elección, un colaborador del legislativo republicano en Tennessee distribuyó un correo electrónico ofensivo con retratos de todos los presidentes y en el cual Obama fue representado con dos ojos blancos caricaturescos con un fondo negro. Posteriormente, hace unos cuantos meses, Marilyn Davenport, integrante del Partido Republicano de Orange County en el Sur de California, envió un correo electrónico ofensivo a sus amigos caracterizando al presidente Obama como un chimpancé sentado con dos monos más grandes que supuestamente eran sus padres. Decía: “ahora sabes porque no hay acta de nacimiento”.

Cuando Obama apareció en la escena nacional, requirió algún tiempo de adaptación y algunos se comportaron mal. Hay quienes siguen con este mal comportamiento.

Esto ocurrió en ambos partidos, aunque lo peor surgió del Partido Republicano. Sin embargo, estamos mucho más allá de las primeras impresiones. Después de 31 meses en el cargo, Obama tiene todavía camino por delante . El hecho de que no sea bueno –especialmente en el rubro económico– no es pretexto para dividir a nuestro país de manera que la elección de otro presidente que no sea blanco sea altamente improbable.

Esto sería un triste y terrible legado para la persona que ha sido calificada como el primer “presidente posracismo” de Estados Unidos. La promesa de Barack Obama estaba llamada a ser más grande que eso.

Nacido de un matrimonio interracial, Obama creció –según su propio relato en un par de autobiografías  con un pie en el mundo negro y otro en el blanco, pero también con la sensación de que no era totalmente aceptado en ninguno.

Cuando decidió incursionar en la política, Obama compitió para llegar al Congreso sin éxito en un distrito con población mayoritariamente negra en Chicago.

El nombre del juego en esa prueba era convencer a los votantes negros que se identificaba con ellos y que podían confiar en él para combatir en nombre de ellos, lo cual no logró.

Años después, cuando Obama fue electo presidente, fue por su atractivo más allá de la comunidad negra. Estadounidenses de todos colores se enorgullecieron de que Estados Unidos había madurado al punto donde un candidato multirracial podría llegar a la presidencia. El sentido de orgullo nacional benefició a Obama.

Pero ahora, para algunos de los partidarios y detractores de Obama, hay una tendencia a definir al presidente sólo por su raza. Y eso no es nada para sentirse orgulloso.

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