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OPINIÓN: ¿Por qué 'Ocupar'? Es algo personal

Maria Cardona dice que el Partido Republicano ha frustrado los intentos del presidente Obama para proteger a la clase media de EU
mar 11 octubre 2011 11:27 AM
manifestantes en wall street
wall-street manifestantes en wall street

Nota del Editor: Maria Cardona es una estratega demócrata, directora en la consultoría Dewey Square  Group, exconsejera principal de Hillary Clinton y exdirectora de comunicaciones del Comité Nacional Demócrata

(CNN) - Aparecí en un par de segmentos en CNN esta semana, en los cuales el tema era las manifestaciones de Ocupa Wall Street . Una pregunta que se hizo fue el si esto era un asunto político. El vocero del Partido del Té/Republicano dijo sí, al sostener que sindicatos de trabajares estaban detrás de esto (de hecho los sindicatos de trabajadores no se unieron sino hasta esta semana ).

Dije que era económico, aunque político en el sentido de que hay un partido político –el Partido Republicano- arraigado con los ricos y Wall Street mientras hace nada por proteger a la clase media estadounidense. Pero estaba equivocada. No es económico y no es político. Es personal.

El salario de los ejecutivos es ahora unas cinco veces más alto de lo que eran en 1980, ajustados a la inflación. El salario promedio para el trabajador estadounidense ordinario, no obstante, es casi igual al que era en 1980. ¿De verdad? ¿Existe el excepcionalismo estadounidense sólo hasta arriba, en el 1% de nuestra fuerza laboral? ¿Obtuvieron nuestros ejecutivos 5 veces más de los que en 1980 y nuestros trabajadores siguen en el aburrido promedio? No lo creo.

Ni tampoco lo cree el resto de Estados Unidos. Cuando hay esta clase de desigualdad, cuando estos mismos ejecutivos pagan impuestos a una tasa más baja que sus secretarias, sus recepcionistas y el personal que asea sus oficinas, es personal.

Cuando era presidente del Comité Nacional Demócrata, mi antiguo jefe, después Secretario de Comercio, Ronald H. Brown, solía decir en su discurso de campaña que vivíamos en una era donde “el rico se hace más rico, el pobre más pobre, y la clase media era estrujada”. Esto fue en 1992. No podría ser más verídico hoy.

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Aunque el presidente Obama no ha hecho las cosas de manera perfecta, ha inyectado algo de justicia y equilibrio para alentar el crecimiento y la creación de empleos. Todavía queda mucho por hacer, pero sus intentos han encontrado parálisis y un Partido Republicano que solamente quiere verlo fracasar.

Mientras tanto, las ganancias corporativas están en un máximo histórico, sin embargo, las corporaciones pagan impuestos más bajos que nunca. Algunas para nada pagan impuesto alguno. Esta semana, vemos bancos salir con ganancias adicionales –lo cual, contrario a lo que sostienen, los llevaría a 13% más en ganancias que las que hacían antes que entrara en vigor la Ley de Reforma Dodd-Frank de Wall Street y de Protección a los Consumidores.

A la par, ejecutivos, entre tanto hacían niveles históricos de sumas de dinero (el CEO promedio hace 11 millones de dólares al año mientras la persona promedio hace 40,000 dólares) han despedido a millones de estadounidenses mientras envían nuestros empleos al extranjero. Estos no son estadounidenses sin nombre ni rostros. Son nuestros vecinos, nuestros amigos y hasta nuestras familias.

Es personal.

Los republicanos siguen protegiendo este sistema torcido, y para coronarlo, legisladores republicanos y los candidatos presidenciales del Partido Republicano quieren eliminar las protecciones que la clase media consiguió en la Ley de Reforma de Wall Street y de Protección a los Consumidores, aprobada por los demócratas y firmada por Obama.

¿Les suena familiar el crack del 2008? ¿Están de verdad los republicanos defendiendo la codicia de Wall Street sobre las necesidades del pueblo estadounidense? Sí, y aquí el por qué: En el ciclo electoral del 2010, las corporaciones gastaron más de 275 millones en logar que los políticos fueran elegídos y gastaron casi 3,000 millones cabildeándolos.

Si bien algunas de esas donaciones fueron para los demócratas, la gran mayoría fueron para los republicanos. No es sorpresa el por qué los republicanos quieren menos transparencia de gobierno y más obsequios hacendarios para billonarios y empresas gigantes –eso es lo que piden sus donantes corporativos. Para mí, por ejemplo, lo tomo como algo personal.

También Obama. La segunda pregunta que se me hizo esta semana era si los manifestantes tenían un “candidato” en la carrera por la presidencia. Lo tienen. El presidente Obama. Él reconoce que los estadounidenses están enojados. Sabe que los tiempos son difíciles y mantiene la lucha por restablecer algunas protecciones muy necesarias precisamente para la gente que está en esa muchedumbre, en Wall Street.

Él y los demócratas quieren mayor equilibrio en el sistema. Una forma de conseguirlo es la llamada regla Buffett: la propuesta de Obama, denominada así por el multimillonario Warren Buffett, para que aquellos que ganen más de 1 millón de dólares paguen un mayor porcentaje que el resto de nosotros de sus ingresos en impuestos.

Los críticos gritan “lucha de clases”, y condenan los ataques a los “creadores de empleo”, y exclaman “socialismo”, mientras continúan manteniendo este injusto sistema que está dando lugar a lo que podría ser un poderoso y prolongado movimiento.

Aquí están mis respuestas:

¿Lucha de clases? Seguro. Como Buffett lo ha dicho de manera tan elocuente, este país ha estado involucrado en la lucha de clases desde hace décadas, y ¿adivinen qué? Su clase ganó. Ahora es momento de levantarse y luchar por justicia para la clase media y un enfoque equilibrado para las familias de la clase trabajadora, que han trabajado tan duro como los principales ejecutivos de los Estados Unidos, pero que no han tenido la mismo clase de incremento salarial.

¿Creadores de empleos?, ¿quiénes son? La mayoría de las creaciones de empleos provienen de nuestras pequeñas empresas, ninguna de las cuales gana los sueldos del 1% de los estadounidenses más ricos. Así que pedirle al 1% de los estadounidenses más ricos pagar su parte justa y pagar por lo menos una tasa tan alta de impuestos como la que pagan sus trabajadores no es lucha de clases o un ataque a los “creadores de empleo” o socialismo. De hecho, es el estilo estadounidense. Y Estados Unidos está de acuerdo.

Mientras tanto, en el país más grande del mundo, los niños latinos ahora tienen el rango más alto en las tasas de pobreza infantil. Los latinos y afroamericanos sufren tasas de desempleo mucho mayores que otros.

Con todo esto en su conjunto, ¿causa asombro el que nuestras masas pudieran dar lugar a nuestra propia “primavera”? Si bien no es la Primavera Árabe , el movimiento se extiende. No económica, no política, sino personalmente. Los republicanos harían bien en tomarlo también de forma personal.

Las opiniones expresadas en este comentario son solamente las de Maria Cardona.

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