OPINIÓN: Con 'Mylo Xyloto', Coldplay le abre la puerta al mundo 2.0

Nota del editor: Javier Rodríguez Labastida es editor de CNNMéxico.com.
(CNNMéxico)— Coldplay abandonó su tradicional estilo musical para compartirse entre los grupos selectos de los fans del rock británico suave e ingresó a la corriente de artistas globales con discos comerciales, creados para espectáculos de masas. Con Mylo Xyloto, su quinto álbum de estudio, el grupo terminó de abrir la puerta a la parafernalia tecnológica y bien podría marcar el inicio de un Coldplay 2.0.
Siguiendo la línea musical del disco predecesor Viva la vida, el nuevo material de la agrupación inglesa está creado bajo una estructura narrativa similar a la de un concierto. Desde el primero hasta el último corte existe un amplio uso de los coros que ocuparon por primera vez en Fix You, de su tercer álbum X&Y, y las variaciones de ritmos a lo largo del álbum son similares a las que realizan durante sus presentaciones en vivo.
A pesar de que la banda pretende mantener sus canciones fuera de los servicios de transmisión ilimitada de música por internet, su nuevo disco no exime el uso de las redes sociales y la tecnología. Por el contrario, las aprovecha para exponenciarse globalmente. Prueba de ello fue el concierto de lanzamiento del pasado 26 de octubre en la plaza de Las Ventas, en Madrid.
Bajo un concepto elaborado por el reconocido cineasta holandés Anton Corbjin, en el que se incluían tres cámaras que el usuario podía intercambiar a conveniencia, el grupo pudo ser visto en vivo a través de YouTube en 24 países.
Más optimistas que en cualquiera de sus álbumes anteriores, Coldplay continúa fiel a su estilo de aprovechar su música para hacer homenajes históricos. Como fue Viva la vida hacia la pintora mexicana Frida Haklo, o la canción Don Quixote para su público latinoamericano, Mylo Xyloto está inspirado en el graffitti de Nueva York y el movimiento antinazi de la Rosa Blanca.
La agrupación presume que su último disco es fruto de la “enoxificación”, el riguroso sistema de Brian Eno —uno de los productores en Mylo Xyloto y Viva la vida— que los obliga a mejorar hasta de 15 formas distintas cada canción.
Admiten que pueden cometer “plagios inconscientes”. Una polémica cada vez más frecuente con su música, y acrecentada tras la salida del primer corte Every teardrop is a waterfall, un tema con un inicio inspirado en la canción Ritmo de la noche, que escuchó Martin mientras veía la cinta Biutiful, del director mexicano Alejandro González Iñárritu.
Con Mylo Xyloto, Coldplay dejó claro que no regresará a ser el grupo que agradó por su originalidad en sus primeros discos, Parachutes y A rush of blood to the head. La evolución que se trazó desde X&Y le hará perder a los fans que buscaban nuevos sonidos, pero le hará ser conocido a nivel mundial.
Para los nostálgicos del viejo Coldplay, la banda deja en Mylo Xyloto algunas interpretaciones que seguramente no llegarán a sencillos: Us against the world, Up in flames y Up with the birds. Para quienes no han escuchado mucho en la radio a la agrupación dirigida por Chris Martin, prepárense para ser saturados con Princess of China, un dueto con la popular Rihanna que aún no ha sido sencillo a promocionar, pero indudablemente lo será, y entonces le abrirá a Coldplay el mercado del pop.
Parece que al grupo no le importa desilusionar a sus adeptos gustosos del rock británico suave con tal de incursionar en los mercados musicales para masas.
Y la evolución del grupo parece entenderse en ese sentido. Una crónica del periódico El País define a Chris Martin como “el perfecto líder de masas del nuevo siglo: guapo, saltarín, cortés, fotogénico y sin esa propensión a la monserga de su antecesor más evidente, el irlandés Bono”.
Coldplay tiene claro el seguir los pasos de U2 no solo en las labores humanitarias, las estrategias de mercadotecnia, la parafernalia, y la elaboración de discos cada vez más comerciales. A pesar de los rumores de su separación, buscan perpetuarse en el gusto global, aunque su estilo musical evolucione a tal grado de perderse entre las multifunciones de Youtube y los impresionantes espectáculos de sus conciertos, que eso sí, difícilmente aburrirán a cualquier espectador.
Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen solo a Javier Rodríguez Labastida.