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OPINIÓN: La tecnología reorganiza los movimientos políticos de protesta

La tecnología desempeña un papel importante en los actuales movimientos de protesta. Estos cambian y actualmente no tienen un solo líder
sáb 19 noviembre 2011 11:02 AM
Ocupa Vancouver - máscara
Ocupa Vancouver - máscara

Nota del editor: Micah Sifry es cofundador de Personal Democracy Forum , una pagina web que examina cómo la tecnología cambia la forma de hacer política, y es autor de WikiLeaks y la Era de la Transparencia .

(CNN) — Una columna del Editor Público del New York Times, Arthur Brisbane, planteó una pregunta: “¿Quién ocupa a Wall Street?”.

En este artículo, busca desesperadamente a los líderes detrás del fenómeno político más candente de hoy. A pesar de que cita un comentario en su blog donde le dicen que la falta de líderes tradicionales en el movimiento es parte de su mensaje, no puede olvidar la idea de que deben de tener líderes.

“Una investigación sobre (sus) orígenes por lo menos llevaría a la identidad de los primeros líderes, y a partir de ahí, una investigación más amplia sobre el liderazgo debería continuar”, escribe.

Una muestra de importantes profesores de periodismo a los que Brisbane entrevistó, muchos de ellos exeditores de los principales diarios, estuvieron de acuerdo. “La mayoría dijo que era importante entender quiénes eran los líderes del movimiento y a quiénes representaban demográficamente”, informa Brisbane.

“Los líderes te dicen mucho acerca de un movimiento”, dijo Jerry Ceppos, exeditor ejecutivo del periódico San Jose Mercury News. “Pero no puedo; no puedo citar un solo nombre de los líderes de Occupy Wall Street. Sé que algunos miembros dicen que los grupos 'no tienen líderes', pero me cuesta trabajo creer que esto es un movimiento completamente orgánico que creció sin un líder. Presionaré mucho para ver si hay líderes y haré un perfil de ellos”.

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La tecnología cambia la política

¿Por qué esta insistencia en encontrar a los supuestos líderes de Occupy Wall Street? La razón va más allá de un deseo de entender los objetivos del movimiento; creo que va hacia algo más existencial que se basa en la falta de comprensión de cómo la tecnología de redes cambia a la política.

Para muchos comentaristas tradicionales de política como Brisbane y sus colegas, la idea de que un movimiento pueda surgir sin líderes carismáticos es inconcebible. Después de todo, todos los movimientos anteriores tuvieron sus figuras centrales como Gandhi, Martin Luther King, Mandela. Si recuerdas, la misma pregunta surgió en los levantamientos de la Primavera Árabe en Túnez y en Egipto, que a menudo se describieron como “sin líderes”.

Un movimiento no puede surgir sin un líder, ¿verdad? ¿Quién saldría en la página principal? ¿Quién saldría en los programas de entrevistas dominicales? ¿Con quién se negociaría?

O si sientes un poco de malestar sobre la política en Estados Unidos de hoy, ¿quién podría dirigirnos para curar todo lo que nos aflige, desde el estancamiento económico, pasando por el cambio climático, hasta los fracasos de liderazgo de muchas instituciones; desde las salas de juntas corporativas, pasando por la iglesia, hasta los programas de futbol americano universitario? ¿Existe un salvador que surja en las calles?

No; los movimientos políticos no pueden surgir sin un líder. El movimiento de Occupy Wall Street es, de hecho, un movimiento lleno de líderes. Pero es una especie muy diferente de liderazgo el que emerge. Es uno que, al igual que la tecnología de redes que lo apoya, rechaza todas forma de jerarquía de arriba hacia abajo y valora los tejidos de redes de persona a persona.

Movimientos llenos de líderes

Ilyse Hogue, una activista progresista que fue parte del equipo de MoveOn durante muchos años, recientemente lo explicó de esta forma, en uno de los primeros usos del término “lleno de líderes” que he visto:

“No debemos buscar movimientos sin líderes, sino movimientos LLENOS de líderes. En los primeros, se tiende a que dominen las voces más fuertes y autocráticas. En su mejor manifestación, la segunda crea un espacio equilibrado para alzar todas las voces, crear los mecanismos para tomar las decisiones en grupo y rendir cuentas para catalizar la autoresponsabilidad y el poder”.

La mayoría de nosotros venimos de un mundo y de una generación que sólo conoce un tipo de liderazgo: el que tiene una estructura organizacional que parece un confuso diagrama de flujo gubernamental.

Todas las instituciones de nuestra era industrial, desde las escuelas y las Iglesias hasta las corporaciones y el Gobierno, nos entrenan para pensar en el liderazgo de arriba hacia abajo, para mandar y controlar: dar la respuesta correcta, entrar en la escuela correcta, obtener un buen trabajo, trabajar para lograr ascender en la cadena de mando, ganar una buena vida.

Pero hoy, cada vez más de nosotros vivimos en un mar de conexiones sociales laterales, gracias a la tecnología personal que nos permite a todos conectarnos y compartir, en tiempo real, lo más importante para los demás.

En un momento en que el que muchas instituciones políticas tradicionales parecen estar en bancarrota, incapaces de reformarse y que quedan paralizadas frente a los enormes retos, el resultado es una explosión de movimientos externos que buscan el cambio social y cuya estructura se parece más a la masa de personas que se reunieron en la plaza Tahir de Egipto o las protestas de indignados en el mundo .

La resistencia se construye a través de una multitud de conexiones laterales entre todos los puntos de una red. Si algún punto falla, otros pueden relevarlo. Y por lo tanto los movimientos de redes de hoy en día no solamente tienen una alta participación, con muchos líderes en lugar de uno , también son mucho más fuertes que los movimientos en el pasado que se podían parar o frenar cuando se desacreditaba, se arrestaba o se asesinaba a un solo portavoz.

Nos tomará un tiempo acostumbrarnos a pasar de un mundo de líderes de arriba hacia abajo que usan la jerarquía, el secreto y voltean las cosas para manejar sus asuntos, a un mundo lleno de líderes que empiezan a tejer una red, que son transparentes y responsables de sus acciones.

El movimiento de Occupy Wall Street representa el florecimiento de algo muy profundo en nuestra era conectada. Es la democracia personal en acción, en donde cada persona desempeña un papel para formar las decisiones que afectan nuestras vidas. Podemos enfrentar retos enormes, pero mientras que algunos de nuestros recursos materiales están limitados, tenemos una abundancia de líderes que vienen.

Las opiniones expresadas en este comentario únicamente son las de Micah Sifry.

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