OPINIÓN: El nacimiento de Jesús se designó por "mercadotecnia"
Nota del editor: Como otras figuras mitológicas, el personaje conocido como Jesús de Nazareth nació bajo augurios que anunciaban su llegada al mundo. Pero en ningún evangelio se menciona la fecha. Roberto Marmolejo Guarneros es editor adjunto de la revista Balance y rastrea por qué se escogió el 25 de diciembre para celebrar el nacimiento del llamado Cristo.
(CNNMéxico) — Si usted es un atento lector, se dará cuenta de que en ninguno de los cuatro evangelios aceptados por la cristiandad —que incluye a católicos, evangélicos, luteranos o cualquier otra denominación que acepte a Jesús como hijo de dios y salvador de la humanidad— se menciona la fecha del nacimiento del Mesías. Ni tampoco que era invierno. Los únicos datos "históricos" o referenciales que aportan son: 1. Se realizaba un censo poblacional ordenado por el emperador Augusto, en Lucas, y 2. El episodio de los magos y Herodes en Mateo. Y se acaba la "documentación".
¿Cómo llegamos entonces a celebrar en todo el mundo el 25 de diciembre el nacimiento de Jesús? En términos contemporáneos diríamos que por rating y mercadotecnia. "Merca" pedestre sí, pero que a la larga resultó infalible.
Durante la expansión del cristianismo tuvo que competir con diferentes religiones solares que convivían en el imperio romano, como el mitraísmo y el culto imperial al Sol Invictus (el sol invencible). Además, durante el solsticio de invierno se celebraban fiestas como las Saturnales y las Brumales, ambas dedicadas a dioses solares, que en ese fecha "renacían" para dejar atrás la oscuridad y traer consigo la renovación de la naturaleza. Recuerden: las sociedades agrícolas dependían de observar el cielo y las estaciones para sembrar y cosechar y no morir de hambre. El sol era entonces una deidad vital.
Para enojo de obispos y patriarcas, los primeros cristianos resultaron muy aficionados a estas fiestas paganas. En el siglo IV, con el emperador Constantino convertido en aliado del cristianismo, se fijó la fecha del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre para evitar que el rebaño cristiano —tan poco fiel a Cristo— celebrara al verdadero dios y no a sus competidores. Así, en el 336 apareció la Navidad por primera vez en el calendario romano. En el 350, el papa Julio I fijó la fecha y el papa Liberio en 354 la oficializó.
Poco a poco, elementos paganos se fueron incorporando en la nueva festividad del dios-niño cristiano, como el pino, símbolo de la vida porque permanece verde en el invierno o las velas y luminarias, que representan la luz que vuelve al mundo.
Al pasar de los siglos, el nacimiento de Cristo se impuso en las festividades de los dioses solares, que además fueron prohibidas por el emperador Teodosio en el 391. Al final, un dios-niño alumbrado en un rincón oscuro del imperio romano, ganó la batalla del rating y la audiencia. Así es cuando se tienen buenos mercadólogos.