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OPINIÓN: Whitney Houston, un talento en auge con una vida problemática

Su articulación de las palabras combinada con la suavidad en su timbre crearon una de las más grandes voces de todos los tiempos
mié 15 febrero 2012 08:24 AM
whitney houston autopsia muerte
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Nota del Editor: Hilary Rosen fue la directora de la Recording Industry Association of America y colaboradora de CNN. Sígulela en su cuenta de Twitter @hilaryr

(CNN) — Conocí a Whitney Houston después de que lanzara su álbum debut, Whitney Houston, producido por Arista Records. Era tranquila, elegante y fuerte. También era dulce y sonreía con facilidad.

Pero eso no parece ser importante hoy en día, más allá de tomar en cuenta el pequeño detalle de que en esa época las mujeres no gozaban de tanto respaldo en la industria de la música. Como en otras profesiones, cuando una artista mujer era exitosa, se le acusaba de tener aires de diva, aunque lo único que buscaba en realidad era respeto o el reconocimiento artístico que sí recibían los hombres que se encontraban a su nivel.

Pero entonces, la decencia y calidad de Whitney fue reconocida, y su alegría por cantar se volvió contagiosa. Su madre, Cissy Houston, la rondaba y sospecho que ella tuvo mucho que ver para que su hija mantuviera los pies en el suelo.

La voz de Whitney alcanzó la cima. Cuando cantaba, nuestras emociones se elevaban y luego caían gracias a su proyección. Su articulación de las palabras combinada con la suavidad en su timbre dieron pie a una de las más grandes voces de todos los tiempos.

Como suele suceder con los famosos, la fama que consiguió llegó acompañada de una atención por parte de los medios que ni siquiera ella habría imaginado -parte de ella no resultó precisamente positiva-. Fue criticada después de lanzar sus dos primeras producciones discográficas porque no eran "suficientemente negras". Sus baladas fueron descalificadas porque supuestamente carecían de ritmo. Clive Davis, su mentor y productor ejecutivo, fue acusado de querer mantenerla en un estilo "blanco". Por supuesto que nada de eso tenía sentido, pero sí creo que fue algo doloroso.

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Recuerdo con mucha claridad una ocasión en la que estaba sentada junto a una estrella que alguna vez tuvo una fama que se aproximaba a la que tuvo Whitney, quien con voz fuerte decía a la gente que la acompañaba en su mesa lo afortunada que era Whitney, desde su punto de vista, no merecedora del éxito que la acompañaba.

Era evidente que existían celos y hostilidad hacia ella. Pero al mismo tiempo, la adulación de sus fans hacia Whitney era tremenda. Las expectativas para con ella eran altísimas. Como una gran estrella afroamericana, marcó diferencia en muchas situaciones importantes.

Prestó su imagen al movimiento en contra del apartheid, colaboró en acciones contra el SIDA y promovió que los jóvenes hombres y mujeres negras tuvieran más oportunidades de acceder a programas de educación. Pero sin importar lo que hiciera, la gente siempre quería más de ella, tal y como ocurre con todas las estrellas. La exigencia del público para con sus estrellas es implacable.

No sé qué fue lo que provocó que ella se acercara al mundo de las drogas, pero sí creo que tal vez sus intentos por alejarse de toda la intensidad que la rodeaba fue una de las razones por las que se hizo dependiente a ellas. Por supuesto, la adicción fue el siguiente paso.

Como bien indican los expertos, no importa qué tan consciente seas de tu hábito de consumir drogas o qué tan grandes sean tus ganas por dejarlas, ya que la reacción química que generan en el organismo llama una y otra vez. Cuando al estar sobrio se vuelve evidente que una presentación fue decepcionante, una canción resultó mala o se reciben duras críticas por parte de los expertos, el fracaso que nosotros somos capaces de soportar se sale de control cuando éste aparece reproducido en los medios de todo el mundo, por lo que dichas críticas están alcance de la gente.

Para algunos artistas, su talento en un regalo muy preciado, y lo honran amando y cuidándose a sí mismos. Pero para otros se convierte en una carga.

Mi canción favorita de Whitney es The Greatest Love of All, un verdadero himno, apasionado, con el cual puedes aprender a amarte a ti mismo. Me parte el corazón que la mujer que inspiró tanto orgullo con esta canción sufriera tanto por sus propios demonios.

Como Billie Holiday, Judy Garland, Elvis y algunos otros antes que ella, esa voz interna de duda que todos llegamos a sentir alguna vez simplemente no pudo estar al mismo nivel de la adulación del público.

Entonces lo único que parece tener sentido es ahogar todo el ruido externo y distraerte de tus propias dudas apoyándote en las drogas y el alcohol. De muchas maneras, por parte de la gente cercana a ella, se le hizo saber el riesgo que corría, pero no tuvo las fuerzas para cambiar su situación. A pesar de sus problemas, pudo educar a una maravillosa hija. Eso habla mucho de sus esfuerzos determinados por vencer su adicción.

Desearía que en la cultura mediática en la que vivimos tuviéramos más oportunidad para celebrar los aspectos positivos de la gente mientras están vivas y esforzándose por mejorar.

El legado musical de Whitney Houston será una inspiración para los artistas jóvenes. Sin dejar de lado aspecto alguno de su asombroso talento, y  tras expresar mi total y completa admiración por su carrera, espero que su vida tormentosa tras los reflectores también sirva de ejemplo.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Hillary Rosen.

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