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OPINIÓN: ¿Cuándo beneficiará a los trabajadores la riqueza de Apple?

Las condiciones en que trabaja el personal que fabrica los productos de Apple han sido motivo de polémica
mar 21 febrero 2012 03:37 PM
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Nota del Editor: Scott Nova es director ejecutivo del Worker Rights Consortuim, una organización de monitoreo de los derechos laborales sin fines de lucro e independiente que investiga las condiciones de trabajo en fábricas alrededor del mundo.

(CNN) — El director general de Apple, Tim Cook, asegura que a la compañía "le importa cada uno de sus trabajadores" y que nadie en la industria "hace más para mejorar las condiciones laborales que Apple".

Pero claro que cuando hablamos de asuntos de responsabilidad por parte de la compañía, lo que importa no es lo que diga Apple, sino lo que haga.

Y lo que Apple ha hecho en su gran cadena de abastecimientos está bien documentado, razón por la que su departamento de relaciones públicas tiene que trabajar horas extras, desesperado por recuperar lo que antes era una imagen perfecta.

Hay que tomar en cuenta lo que les pasó a los trabajadores de una fábrica en Chengu, China, donde se fabrican productos para Apple. En mayo, investigadores independientes hicieron un reporte en el que señalaban grandes riesgos en las instalaciones. Se dieron cuenta que la fábrica no podía controlar la cantidad de polvo que provocaba la manufactura de las cubiertas de aluminio del iPad 2, y cuando esto pasa, las fábricas corren riesgo de explosión. Apple ignoró el reporte y se negó a reunirse con los autores del reporte, según los investigadores, y no hicieron nada para prevenir el peligro.

Dos semanas después, la fábrica explotó, en un hecho que le costó la vida a dos trabajadores y lesiones a 18 más; después de la explosión, Apple dijo que sus proveedores habían tomado medidas para mitigar el exceso de polvo de aluminio, sin embargo, una nueva explosión, por el mismo caso, se registró en diciembre de 2011 en una fábrica de otro de sus proveedores en Shangai, hecho que dejó un saldo de 61 trabajadores lesionados.

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Hace años que Apple ha acumulado problemas de índole laboral en fábricas de sus proveedoras, incluyendo una serie de suicidios de empleados en una planta gigante en Shenzen, China, también conocida como La Ciudad del iPod, en el 2010. En esa fábrica, cuyo dueño es Foxconn, el proveedor más grande de Apple, más de una docena de trabajadores se quitaron la vida lanzándose del techo de los sobrepoblados dormitorios, aparentemente en protesta por la manera brutal en que eran tratados en ese lugar. (Foxconn respondió colocando unas redes afuera de los dormitorios y haciendo que los trabajadores firmaran unas promesas de que no se suicidarían).

En estas semanas, la atención del público hacia estos temas ha aumentado considerablemente gracias al interés de los medios de comunicación, provocando que se multiplique el trabajo del área de relaciones públicas de Apple.

Cuando una compañía se encuentra bajo presión o escrutinio público, en ocasiones, se puede registrar un verdadero cambio en sus políticas, pero lo más común es que sólo ocurra un cambio de discurso, lo cual parece estar sucediendo con Apple.

La medida más importante que ha tomado Apple ha sido recurrir a la Fair Labor Association, que auditará las fábricas de Apple. Esta organización, según el gigante de la tecnología, será como un perro guardián, totalmente independiente, que luchará por mantener todo en orden, por el camino debido.

Lamentablemente, aunque hay algunas personas decentes en esa asociación, el perro guardián no es tan independiente como dice Apple. De hecho, una buena parte de los recursos con los que es financiada, millones de dólares al año, provienen de las mismas compañías que suele fiscalizar, y aunque Apple no haya detallado cuál es su vínculo financiera con esta asociación, parece ser la empresa que más dinero aporta a la misma. También hay que señalar que ejecutivos de grandes compañías como Nike, Adidas y el gigante agrícola Syngenta, forman parte de la mesa directiva de Fair Labor Association, donde pueden ejercer su poder de veto en decisiones de gran importancia.

Una organización independiente, según entendemos, no debe recibir aportaciones económicas de nadie y tampoco debe de tener en su mesa directiva ejecutivos de las empresas que fiscaliza. Pero a pesar del vínculo financiero, Apple ha garantizado que el organismo fiscalizador actuará con total independencia, y que el reporte sobre el estado de las fábricas será "la auditoría más detallada en la historia de la industria manufacturera".

Pero hasta ahora, el escenario no es muy halagador, ya que apenas un día después de haber iniciado la que se supone sería una investigación extensa y detallada a la planta de Foxconn en la localidad de Shenzhen, la asociación ya emitía pronunciamientos positivos sobre Foxconn y Apple.

La semana pasada, CNNMoney/Fortune publicó un artículo titulado "La Planta de iPad de Apple se encuentra por encima del promedio, señala un inspector". Auret van Heerden, presidente de la Fair Labor Association, dijo lo siguiente a la agencia Reuters: "Las instalaciones son de primer nivel, quedé sorprendido de encontrar tanta tranquilidad cuando recorrí el lugar". El artículo añadía que "aunque no haya sido su intención, las declaraciones de van Heerden sirvieron para ratificar lo dicho por el director de Apple, quien sostiene que nadie ha hecho más que ellos para mejorar las condiciones laborales en las fábricas".

Van Heerden llegó a estas conclusiones después de que el dueño de Foxconn, Terry Gou, le diera un tour por la fábrica. La visión de Gou, uno de los hombres más adinerados de Asia, es muy conocida por los trabajadores, algunos de los cuales, en caso de no satisfacer las demandas de sus jefes, son castigados. Es obvio que el vínculo de Apple con la Fair Labor Association no supondrá una mejora real. 

¿Entonces qué pasos debería seguir Apple si estuviera realmente comprometido con la mejora de sus prácticas laborales? Para empezar, abrir sus fábricas para que fueran supervisadas por empresas independientes como SACOM, basada en Hong Kong, cuyo reporte sobre el estado de la fábrica de Chengdu podría haber salvado la vida de los trabajadores que murieron allí en mayo.

Si en verdad Apple "se preocupara por cada trabajador", le pagaría a cada uno de ellos un salario suficiente con el que pudieran mantenerse, alcanzar un nivel de vida decente, mantener a sus familias e incluso ahorrar un poco para un futuro mejor. Pero actualmente, apenas el 1% de las ventas del iPad llegan a los bolsillos de los trabajadores que las fabrican, mientras que el 33% de las ganancias van a parar a Apple. Los ingresos de la empresa son tan altos que podrían incluso triplicar los salarios de los 700,000 trabajadors que fabrican sus productos y aún así ganar hasta 40 billones de dólares al año. 

La próxima vez que visites una Tienda Apple, cuestiónate las razones por las que la compañía que reporta las ganancias más amplias del mundo en la historia de la tecnología, no es capaz de ofrecer a sus trabajadores un salario mejor ni tampoco accede a someterse a un escrutinio verdaderamente independiente.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Scott Nova.

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