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OPINIÓN: El candidato que ganó porque no tiene nada que perder

El debate fue tan pobre que Gabriel Quadri, banderado del Partido Nueva Alianza, pudo exponer sus propuestas y llegar a los indecisos
mar 08 mayo 2012 09:56 AM
El debate entre los candidatos presidenciales
debate_candidatos El debate entre los candidatos presidenciales

Nota del editor: María Elena Meneses es profesora e investigadora del Tecnológico de Monterrey. Puedes seguirla en su cuenta de Twitter  @marmenes

(CNNMéxico) — Los mexicanos estuvimos esperando el debate, como si el ejercicio televisivo realizado pudiera añadir una urgente dosis de atractivo a las grises y aburridas campañas, en las que la nota principal ha sido la carrera por el segundo lugar. No fue así, no hubo sorpresas, propuesta novedosa o ataque contundente.

Si asumimos que quien gana un debate, es quien consigue puntos en las encuestas e impone su estrategia, me temo que el ejercicio de este domingo, no redundará en una disminución sustancial de la abultada ventaja de 20 puntos, que las encuestas atribuyen al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto , sobre la candidata del PAN Josefina Vázquez Mota y el candidato de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador , quienes se encuentran en virtual empate.

¿Quién ganó? Probablemente el candidato que no tiene nada que perder, salvo el registro del partido Nueva Alianza, Gabriel Quadri quien fue el único que alcanzó a esbozar propuestas y a criticar sin cesar a sus adversarios autoerigiéndose como "candidato ciudadano".

Muchos indecisos, cuando menos, lo tomarán en cuenta en la urna, y éste habrá garantizado el registro del partido de la controversial lideresa magisterial Elba Esther Gordillo.

Como si fuera poco, el formato acordado por los partidos no pudo ser más rigido y limitado. El número y densidad de los temas merecían mayor tiempo o quizá, mejor distribución de éste para exponer, atacar y replicar. Cuando se negoció el esquema pareciera que prevaleció el miedo por exponer a los candidatos a un escenario adverso.

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Aun así no es prudente achacarle la culpa al formato, los candidatos que se disputan el segundo lugar, que tenían una formidable oportunidad para remontar en la contienda, tuvieron un pobre desempeño ante un Peña Nieto que no pareció incomodarse demasiado.

Ni la gestión del presidente Felipe Calderón estuvo a debate, ni la crisis de inseguridad y sus 50 mil víctimas merecieron ser discutidos, aún cuando en las democracias representativas el gobierno en turno, es el blanco natural de los ataques de los adversarios y eje a partir del cual, los ciudadanos contrastan y deciden qué hacer con su voto, sobre todo, los indecisos.

El debate fue tan pobre que ni las redes sociales pudieron sacar su lado filoso, autónomo, implacable y socarrón al que nos tienen acostumbrados.

En la red social Twitter, los partidos comenzaron la guerra de hashtags desde el mediodía, de éstos, los que mayor número de menciones registraron fueron: #EsmomentodeMéxico, #Debate2012, #TiemblocomoJosefina y #MetrabocomoAMLO.

Para variar, no pudieron faltar las cuentas falsas, utilizadas en mayor medida por los simpatizantes del PRI y el PAN, que pretendían abultar menciones a favor de sus candidatos y atacar al adversario. Los bots son la pesadilla de los internautas y aun así, las casas de campaña los usaron.

Pese al sobredimensionamiento que algunos consultores y medios hacen de las redes en el actual proceso electoral, insisto en que no son tan importantes ni decisivas. Tan sólo son eco del mundo offline en el que cada quien sigue a quien quiere seguir, dicho de otra forma: Las redes no están siendo una esfera pública alterna, sino esferículas privadas para la articulación de soliloquios poco constructivos.

Los expertos dicen que lo importante del debate es el post debate, los sondeos, las discusiones mediáticas y el seguimiento que tanto periodistas y ciudadanos decidan hacer de los temas expuestos en el ejercicio televisivo.

Falta un debate más antes de las elecciones, es tiempo de que los partidos y sus asesores reconsideren el formato, es prudente que sea más abierto y fluido. ¿Por qué no pensar en la participación del público vía redes o la de académicos expertos en algunos temas sobresalientes de la agenda pública? Los candidatos habrán de estudiar sus fallas y atender la opinión ciudadana sobre su desempeño en el foro.

Cuándo al término del debate los atributos físicos de la edecán que repartió el orden de las preguntas a los candidatos fue tema de conversación, el debate sirvió poco.

Aun así , qué bueno que tuvo lugar y que los mexicanos lo vimos.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a María Elena Meneses.

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