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OPINIÓN: ¿Por qué Mitt Romney no le gusta a los estadounidenses?

Seguramente habrá estadounidenses que voten por el candidato republicano, pero no lo harán porque les agrade, dice el autor
jue 16 agosto 2012 03:51 PM

Nota del Editor: LZ Granderson, quien escribe una columna semanal para CNN.com, fue nombrado periodista del año por la Asociación Nacional de Periodistas Lesbianas y Gay, y fue finalista del Premio por Comentario del Periodismo en Línea 2011. Es escritor senior y columnista de la Revista de ESPN y de ESPN.com. Síguelo en su cuenta de twitter  @locs_n_laughs

Grand Rapids (CNN) — Desde hace un par de meses he estado tratando de entender por qué Mitt Romney es tan desagradable.

No puede ser por el hecho de que sea rico, porque hay muchos ricos que nos caen bien. Digo, el presidente Obama es rico y tiene un nivel de aprobación de 56% en el país.

No puede ser por el hecho de que sea republicano, porque a los republicanos tampoco les cae bien. El mes pasado, cuando una mujer le preguntó a John Boehner, vocero de la Casa Blanca "¿Puedes hacer que yo quiera a Mitt Romney?", él le dijo, "No, probablemente los norteamericanos no se enamorarán de Mitt Romney".

La más reciente encuesta de CNN/ORC Internacional  encontró que el 48% de los norteamericanos lo ven desfavorablemente, lo que realmente no es nada nuevo porque Romney no ha podido atraer muchas simpatía desde hace cinco años, cuando anunció su primera campaña en la Casa Blanca. Para ser un político libre de escándalos, eso debe de resultar un poco desconcertante.

Pero después, la semana pasada, las razones para las malas vibras en contra de Romney se hicieron claras. Él ha estado recorriendo el país utilizando la frase utilizada por Obama, " Tú no lo construiste ", aunque fuera de contexto, para establecer una analogía acerca de un estudiante que trabajó duro en la escuela y llegó al cuadro de honor. Lo usó otra vez cuando presentó a su compañero de campaña, Paul Ryan, la semana pasada.

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Lo que dijo el presidente fue:

"Si eres exitoso, significa que en algún momento alguien te brindó su ayuda. Tuviste un gran maestro en algún punto de tu vida. Alguien ayudó a crear este increíble sistema estadounidense que te ha permitido prosperar. Alguien invirtió en caminos y puentes. Si tienes un negocio, tú no lo construiste". También dijo, "El punto es que cuando triunfemos, triunfemos por nuestra propia iniciativa, pero también porque hacemos las cosas en conjunto".

Romney le da la vuelta para hacerlo sonar como si el presidente estuviera desacreditando por completo todo trabajo individual, por más arduo que sea, resumiéndolo de esta manera:

"Me doy cuenta de que llegó a la escuela en camión y que el conductor del camión lo llevó hasta allá, pero no le doy crédito al chofer del autobús por el cuadro de honor", dijo él. "Le doy el crédito al niño por el cuadro de honor”.

No hay nada de malo con esa declaración.

El problema es que no vivimos solos.

Esta analogía resume lo que hace a Romney tan desagradable para tantas personas, sin importar el partido, raza, género o estatus socioeconómico.

En su cabeza, el mundo está lleno de choferes de autobuses y estudiantes de cuadro de honor y los dos son independientes entre sí, y es por eso que puede estigmatizar el deseo del presidente Obama de ayudar a los menos afortunados como si estuviera creando una cultura de dependencia. Lo que percibe mucha gente por el lado negativo es la falta de habilidad de Romney para que vea que la sociedad es interdependiente.

Hay momentos en algunos de los discursos de Romney en los que se le escucha como el tipo que no da las gracias con la mano cuando le cedes el paso en el tráfico, porque en su mente, él era capaz de hacerlo por su propia cuenta.

A muy pocas personas les cae bien ese tipo de gente y es por eso que a menos del 50% de los estadounidenses les cae bien Romney.

Cuando era niño, yo fui a la escuela en camión.

Solo teníamos un coche y mis dos padres trabajaban. Así que si no hubiera sido por el camión hubiera tenido que asistir a las escuelas de nuestro vecindario, que estaban lo suficientemente cerca como para ir caminando, y por tanto no hubiera podido ir a las escuelas para chicos con grandes aptitudes que estaban a una hora de distancia en coche.

Trabajé duro para que me aceptaran en los programas. Trabajé para quedarme. Pero no hubiera podido hacer ninguna de esas cosas de no haber sido por esos choferes de autobuses que se aseguraron de que llegara a la escuela a salvo y a tiempo.

Cuando verdaderamente vives la vida a través de un prisma de gratitud, no utilizas referencias que minimizan el impacto de otras personas en tu vida. Cuando vives la vida a través de ese prisma, no ves a los votantes y delegados, no ves el presupuesto como solo un montón de números que tienes que poner a trabajar.

Tú ves las vidas.

Romney no nos fastidia porque haya nacido con privilegios. Nos fastidia porque se comporta como si el hecho de haber nacido con privilegios no hubiera tenido nada que ver con su éxito. Su esposa, Ann, se suponía que tenía que hacer que su esposo fuera más atractivo. No funcionó. Ahora la pregunta es: ¿Puede Paul Ryan hacer a Mitt atractivo?

Lo dudo.

Cuando los hombres como Ryan u Obama o el vicepresidente Joe Biden se enrollan las mangas para hablar a los votantes, parece real porque parece que hablan con sinceridad.

Cuando Romney se enrolla las mangas, es claro que está tratando de mandar un mensaje, porque su desconexión social no le permite ser el mensaje.

Eso no quiere decir que la gente no votará por él en noviembre. Es solo que no lo harán porque les agrade.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a LZ Granderson.

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