OPINIÓN: 'Django Unchained', ¿qué nos dice Tarantino sobre el racismo?
Nota del editor: Salamishah Tillet es una profesora adjunta de estudios en inglés y africano de la Universidad de Pennsylvania y autora de Sites of Slavery: Ciudadanía y Democracia Racial en el imaginario posderechos civiles. Es cofundadora de la organización altruista Un largo camino a casa Co., la cual lucha por acabar con la violencia en contra de niñas y mujeres.
(CNN) – Quentin Tarantino hace de su nueva película, Django Unchained , un recordatorio contra la amnesia que sufre Hollywood ante la esclavitud.
"¿Cómo pueden ignorar esa parte importante de la historia estadounidense?", dijo recientemente el director a la revista Newsweek. "Hollywood no quería lidiar con el asunto por ser demasiado desagradable y desastroso".
Hasta este punto, él tiene razón.
En comparación con la gran cantidad de películas que existe acerca de los eventos atroces ocurridos a largo de la historia, incluyendo el holocausto, el cual Tarantino trata en Bastardos sin gloria (Inglorious Basterds, en inglés), solo existe un pequeño puñado de cintas hollywoodenses que hablan sobre esclavitud. Ninguna dirigida por un afroamericano.
Desafortunadamente, la mayoría de ellas son racistas.
Regresemos en el tiempo a D.W. Griffin en The Birth of a Nation en 1915, los amos blancos eran héroes y los esclavos afroamericanos eran villanos.
Gone with the wind, un éxito taquillero de 1939, no hizo un mejor trabajo con los personajes de Prissy, Mammy y el tío Peter, los cuales aparecían como sumisos y felices sirvientes.
Las dos películas marcaron un parámetro para las seguirían durante el siglo XX como Glory, Amistad y Beloved, en donde los afroamericanos eran parte de una resistencia social.
Pero los filmes no solo retratan el pasado.
Son influenciados por la forma en que nos vemos en ese momento y ayuda a reforzar los modelos. En gran medida, las cintas son el telón de fondo para que la sociedad reflexione sobre sus problemas raciales y si ha logrado superarlos.
Django Unchained no es diferente . Ubicada dos años antes de la Guerra Civil, la cinta es la fantasía racial de Tarantino en el siglo XXI.
Hay mucho que criticar: El uso excesivo de la palabra "N", violencia gratuita y el dominio masculino. Las mujeres son objetos de apatía o simpatía y no se acercan a la complejidad y carisma que poseen los personajes varones. Es una película sobre cómo los hombres, blancos y negros, navegan por el laberinto racial que aqueja a Estados Unidos.
Y tiene cosas que defender.
El esclavo convertido en cazarrecompensas Django, quien rescata a su esposa de la esclavitud, es un héroe afroamericano algo jamás visto en la gran pantalla. Sólo él es capaz de la brillantez, valentía moral y la arrogancia necesaria para resistir la esclavitud.
Su excepcionalidad tiene un precio que pagar: A diferencia de Cinique en Amistad o Sethe en Beloved, parece que él vive en un vacío. La mayoría de los esclavos que conoce no son iguales, son planos, ingenuos y temerosos. Casi no rompen el esquema del estereotipo racial.
El énfasis en el excepcionalismo negro no es solo de Tarantino. Es un problema que surge en la era después de los derechos civiles, que debe ser definido tanto por los asesinatos cotidianos de jóvenes como Trayvon Martin y la reelección del primer presidente afroamericano.
En cambio, la evolución está determinada por sus singulares excepciones de éxito como Barack Obama y Oprah Winfrey.
Es verdad, Imani Perry, profesora de Princeton, lo describe en su libro More beautiful and more terrible, "la figura del afroamericano y su éxito tienen que ver con los logros a través de la industria forjada por la supremacía blanca".
Pero la celebración del éxito individual como una prueba de evolución racial es demasiado riesgosa.
Perry advierte: "Por un lado se pueden tomar como ejemplos a seguir, pero también como faltos de autenticidad, ilegítimos y amenazantes".
Los conservadores promueven a los "exitosos" para negar el racismo contemporáneo y los liberales les aplauden por su trayectoria. En ambos casos, las injusticias que afectan a los afroamericanos hoy en día quedan como algo del pasado, como una huella de la esclavitud.
Claramente, para la mayoría de los estadounidenses, por no decir solo los afroamericanos, les será difícil convertirse en Obama u Oprah. Pero en la era moderna, los logros son parte de la manera en que se integran otras razas a la sociedad. Prueba lo fácil que es adoptar el "sueño americano" o lo difícil cuando no se tiene.
Django Unchained es una cinta que no pudo haber salido en otro momento racial. Privilegia a aquellos que no nos enfrentamos a la desigualdad de educación, empleo, servicios de salud y el sistema de justicia.
Mientras vitoreamos Django, tenemos que preguntarnos: ¿Qué pasó con los esclavos que no tuvieron las agallas o las armas? Si queremos ser serios con el pasado, debemos lidiar con nuestro presente.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Salamishah Tillet.