OPINIÓN: Los 'smartphones' y la captura del sospechoso de Boston
Nota del editor: Gary C. Kessler es profesor adjunto de Seguridad Nacional en la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle en Daytona Beach, Florida, donde imparte clases de seguridad informática y análisis forense digital, y es presidente de Gary Kessler Associates, una consultora en ciberseguridad.
(CNN) — La investigación sobre los ataques en la Maratón de Boston utilizó fotos y videos de teléfonos móviles y cámaras de seguridad como nunca antes.
Las imágenes se hicieron públicas unas 72 horas luego de las explosiones y el segundo sospechoso fue detenido 29 horas después .
El análisis forense utiliza información técnica o científica para responder preguntas en un tribunal. El análisis forense digital es la rama que se ocupa de la identificación, adquisición y estudio de la información hallada en dispositivos digitales, como computadoras, teléfonos y cámaras.
El día de la carrera, miles de personas capturaron fotografías y videos de lo que se creía sería un día normal. Las autoridades pudieron utilizar todo ello para analizar los movimientos de cientos de personas y detectar patrones de conducta que permitieron identificar a los dos sospechosos. Y la mayoría de estas imágenes provino de ciudadanos comunes.
Los teléfonos inteligentes están en todos lados y actúan como terminales de Internet. Sus variadas funciones incluyen historial de navegación, GPS, fotografías y videos de alta calidad.
Toda esta información es valiosa para los investigadores. Podrán averiguar con quién se comunicaron los sospechosos luego del ataque. Examinarán sus mensajes de texto, sus correos electrónicos, sus publicaciones en redes sociales y las páginas visitadas.
La evidencia forense digital ayudará a reconstruir los patrones de conducta de los sospechosos y conocer sus pensamientos y acciones, e incluso proveer nuevas pistas.
En Boston, muchas de las imágenes que sirvieron a la investigación fueron entregadas en forma voluntaria por ciudadanos para que las autoridades hicieran su trabajo.
Pero, ¿qué significa todo esto para el derecho a la privacidad? ¿Estas personas violaron el derecho de otros al compartir sus imágenes? Bueno, la realidad es que no, si consideramos que la intención de la Declaración de Derechos es la de protegernos de un gobierno tiránico y no del resto de los ciudadanos.
Los habitantes ofrecieron su ayuda como símbolo de una comunidad dispuesta a trabajar en conjunto por el bien mayor.
Alguno podrá sostener que estas personas entregaron sus derechos a cambio de seguridad, pero es el mismo instinto que llevó a varios a acercarse a la masacre y auxiliar a amigos, familiares y extraños. No entregaron sus derechos ayudando a las autoridades sino que fortalecieron su espíritu de comunidad.
Tu privacidad está más en riesgo frente a Facebook y Google, por ejemplo, que frente al gobierno. Las redes sociales ofrecen servicios gratuitos y, aún así, ganan mucho dinero. ¿Cómo?
Nosotros, nuestra información, somos su mercancía. Tienen más dinero, motivos y recursos para utilizar nuestra información para sus propios fines que el gobierno.
Como usuarios de redes sociales, nos autoexplotamos: publicamos nuestra información de forma voluntaria. Así perdemos la propiedad exclusiva de nuestra información y perdemos cualquier tipo de control sobre ella.
Aunque la colaboración colectiva de los ciudadanos para una investigación criminal parezca algo nuevo, seguramente se profundice en el futuro. Y es seguro que aumentará el debate sobre la privacidad y el espacio personal.
Mientras la tecnología avanza, debemos resolver cómo equilibrar nuestros derechos como individuos y las necesidades que tenemos como sociedad.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Gary Kessler.