OPINIÓN: El sector agrícola mexicano, ¿'víctima' de la relación con EU?
Nota del editor: Esther Martínez Ángeles es estudiante de octavo semestre en la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Sigue la cuenta de twitter: @IPN_MX . Este es un fragmento de un ensayo que escribió para Grupo Expansión, que edita CNNMéxico, a propósito de la visita a México de Barack Obama, presidente de Estados Unidos.
(CNNMéxico) — México y Estados Unidos comparten un lazo profundo y complejo que trasciende su proximidad geográfica: existen componentes culturales, sociales y económicos que juegan un papel importante en la forma en la que se relacionan cuando discuten temas importantes como la inmigración, la seguridad nacional, los negocios internacionales y las políticas comerciales, entre otros.
Esta compleja relación y todos sus componentes dan al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) una forma singular
Es discutible que los beneficios del mismo sean superiores a las dificultades que trajo consigo el proceso de integración de economías tan dispares. Desde mi punto de vista, las relaciones entre México y EU bajo el TLCAN han tenido, en general, un efecto positivo en la economía mexicana, aunque es importante que, tras evaluar lo sucedido en los últimos 20 años, se implementen algunos cambios con el fin de proteger a varios sectores de la economía mexicana de los efectos negativos del libre comercio con EU.
Desde que inició el TLCAN, las exportaciones mexicanas han aumentado. El gobierno mexicano reporta que el intercambio comercial entre México y EU aumentó en un 76% entre el 2001 y 2011 , lo que representa una tasa de crecimiento anual del 7%. Este crecimiento continuo del intercambio comercial representa un incremento en la demanda que beneficia a la industria mexicana y asegura la existencia de un mercado creciente en el que los productos mexicanos tendrán consumidores con alto poder adquisitivo.
También se ha registrado un crecimiento significativo en la Inversión Extranjera Directa (IED) que llega a México. Estados Unidos fue el país con la mayor participación de IED que se registró en México en 2011 con 10,073 millones de dólares, lo que representa el 52% de la IED total en México . Esta clase de inversiones en México, que traen consigo las empresas estadounidenses, generan empleos y producen bienes en todo el país y ayudan al crecimiento y al desarrollo económico.
En referencia a los sectores de la economía mexicana que requieren protección, el más importante a considerar es el sector agrícola. El comercio agrícola ha aumentado considerablemente desde que entró en vigor el TLCAN (23% desde 1994 y 35.2% entre 1997 y 2001); sin embargo, el valor de las importaciones ha aumentado más rápidamente que el de las exportaciones, lo que ha mejorado el déficit en la balanza de pagos con Estados Unidos.
Uno de los principales problemas y asimetrías en el intercambio agrícola entre ambos países es la diferencia en los subsidios que los trabajadores y las empresas agrícolas pueden obtener en cada país: en Estados Unidos, los subsidios representan el 21% del ingreso de los productores, mientras que en México significan solo un 19%. Más aún, en una investigación de la OCDE (la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) se demostró que antes del TLCAN, los niveles de apoyo agrícola de parte de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá eran más elevados que en México.
Considero que es importante que las autoridades mexicanas ayuden a los productores con subsidios y tecnología para que mejoren su productividad y se vuelvan más competitivos a nivel comercial.
El conjunto de los hechos que tengamos a mano para analizar los resultados del Tratado, la forma en la que interpretemos los resultados y los aspectos particulares en los que decidamos enfocarnos, podrían cambiar nuestra postura acerca del impacto positivo y negativo del TLCAN en México.
Por ejemplo: algunas personas están en desacuerdo en que el aumento en las exportaciones y las IED sean una señal positiva para la economía mexicana. Esta conclusión se desprende del hecho de que el 79% de las exportaciones son productos como automóviles y autopartes, televisiones, computadoras y teléfonos celulares. Como en toda industria maquiladora, los requerimientos tecnológicos son muy bajos y la inversión en rubros como investigación y desarrollo o capital humano se mantiene al mínimo, lo que mantiene a la industria y al trabajador mexicano en un nivel inferior al de sus socios comerciales y del resto del mundo en términos de preparación y transferencia tecnológica. Más aún, la industria manufacturera tiende a pagar salarios muy bajos, lo que hace que el país sea más atractivo para las IED. Así, las empresas extranjeras que vienen a México suelen pagar salarios muy bajos, desde el punto de vista internacional, sin importar las consecuencias que esto tiene sobre la demanda interna, debido a que sus productos están destinados al mercado de exportación, en donde pueden ser competitivos gracias a la ventaja que les otorgan los bajos costos de producción.
En el caso del sector agrícola de la economía mexicana, se podría decir que, incluso antes del TLCAN, las autoridades mexicanas carecían de un plan de acción para aumentar la productividad del campo: muchos de los planes y programas tenían la desventaja de que no tomaban en consideración al mercado mundial ni los posibles efectos de la reducción de los precios locales.
Me parece que la relación entre México y Estados Unidos, en el marco del TLCAN, ha tenido un efecto positivo en la economía, aunque las evidencias indican que es necesario realizar ajustes para proteger al sector agrícola mexicano de los efectos negativos del intercambio comercial con EU.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Esther Martínez Ángeles.