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OPINIÓN: Desnutrición y obesidad: ¿dos caras de la misma moneda?

El tipo de alimentación y la genética son algunos de los factores determinantes en el desarrollo de ambos padecimientos
jue 09 mayo 2013 01:15 PM
La Secretaría de Salud aceptó que el país tiene un rezago de 20 años en materia de obesidad
obesidad La Secretaría de Salud aceptó que el país tiene un rezago de 20 años en materia de obesidad

Nota del editor: Cecilia García Schinkel es licenciada en nutrición y directora del International Life Science Institute (ILSI), asociación internacional sin fines de lucro, fundada en 1978 en EU y cuya misión es contribuir a la mejora de la salud pública y bienestar de la población.

(CNNMéxico) – Que los niveles de sobrepeso en México resultan alarmantes, lo mismo que los índices de desnutrición, son temas recurrentes en la agenda pública, pero, ¿qué tanto los hemos analizado en toda su complejidad?, ¿existe alguna relación entre ambos fenómenos?, ¿es posible que una alimentación baja en nutrimentos dé origen a la obesidad?

En México, al igual que el sobrepeso, la desnutrición constituye un grave problema de salud pública; especialmente entre la población infantil. Esta condición implica consecuencias muy serias: los niños son más susceptibles a contraer enfermedades infecciosas, no alcanzan todo su potencial de crecimiento, presentan cansancio, inapetencia y dificultades a nivel cognitivo, en su capacidad de memoria, concentración y aprendizaje.

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De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT), uno de cada 10 niños mexicanos padece desnutrición proteica, lo cual implica una dieta suficiente en energía, pero pobre en proteínas. La escasez de esos nutrimentos puede influenciar en desarrollo de otros padecimientos como la anemia en los niños.

Simultáneamente, los últimos datos de la encuesta sobre obesidad señalan que el 35% de los niños padecen sobrepeso, así como el 33% de los adolescentes.Y en el caso de los adultos, las mujeres ocupan el mayor porcentaje con un 73%.

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El aumento en los índices de desnutrición y obesidad refleja que no son problemas aislados. Estudios recientes lo confirman: a mayor prevalencia de desnutrición, mayor riesgo de desarrollar sobrepeso .

Diversos factores están relacionados con el desarrollo de ambos padecimientos. Uno de ellos es la dificultad de llevar una dieta abundante en frutas y verduras, sobre todo para aquellos que viven en las ciudades. Al mismo tiempo, los sectores menos favorecidos tienen menor acceso a una dieta nutritiva y completa.

Por otra parte, la genética también incrementa las probabilidades. Si durante varias generaciones se ha mantenido una nutrición deficiente, habrá una mayor predisposición al sobrepeso y probablemente a la diabetes, debido a la acumulación excesiva y prolongada de energía durante varios años.

Las condiciones del desarrollo del bebé durante el embarazo también son determinantes para que el niño tenga o no probabilidades de padecer obesidad.Es importante tomar en cuenta el peso de la madre, su edad, las semanas de gestación y, por supuesto, su dieta durante el embarazo.

Si la mujer no cuida su nutrición, si no consume suficientes vitaminas, proteínas y ácido fólico, es probable que su bebé tienda a ser obeso, al igual que cuando no recibe suficiente leche materna.

Muchas madres introducen a sus hijos en una dieta conformada por alimentos distintos a la leche materna desde una edad muy temprana, lo cual también afecta negativamente el peso corporal.

Comprender a fondo todas estas circunstancias es imprescindible para contrarrestar de manera efectiva estos problemas de salud pública. El estilo de vida, la actividad y la importancia de llevar una dieta equilibrada son algunos de los elementos fundamentales para atender esta problemática.

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El peso corporal puede mantenerse en niveles adecuados siempre que se mantenga un equilibrio entre las calorías que se consumen y las que se gastan.

Resulta de gran importancia incorporar todos estos factores a las propuestas y soluciones que se ofrecen para detener el desarrollo de estos padecimientos, pues de ello dependerá su éxito en la búsqueda de una sociedad más saludable.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Celia García Schinkel

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