OPINIÓN: Reflexionar y actuar, claves para preservar el Medio Ambiente
Nota del Editor: Alejandro Del Mazo es subprocurador de recursos naturales de la Procuraduria Federal de Proteccion al Ambiente (Profepa). Síguelo en su cuenta de twitter: @alexdelmazo
(CNNMéxico) — El Día Mundial del Medio Ambiente nos obliga a reflexionar y hacer un análisis de nuestro compromiso para conservar, proteger y valorar nuestro capital natural.
Es momento de integrar la agenda verde en todos los aspectos del desarrollo y crecimiento de México.
Por muchos años se privilegió el crecimiento por encima de la sustentabilidad. Es necesario reconocer que en un futuro muy cercano, la riqueza natural de cada país será un indicador clave para medir su riqueza y potencial.
México es el cuarto país con mayor biodiversidad: el segundo en reptiles y manglares, tercero en mamíferos, quinto en plantas vasculares y octavo en aves. El 32% de nuestra superficie terrestre está cubierta de bosques y selvas, y tenemos más de 11,000 kilómetros de playas, por lo que unidos tenemos la obligación de preservarlo para las generaciones venideras.
La adopción de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, llevada a cabo en Estocolmo, Suecia, en 1972, estableció las bases para el nuevo paradigma ambiental del sistema de las Naciones Unidas, que residió en afrontar la necesidad de ofrecer a los pueblos del mundo, inspiración y guía para preservar y mejorar el medio ambiente humano.
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Por la importancia de la perspectiva ambiental y el principio de la sustentabilidad, la Asamblea General de la ONU estableció una serie de observancias con el objetivo de impulsar acciones en favor del medio ambiente, dentro de las que destacan la celebración del "5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente", con miras a impulsar una profunda conciencia universal de la necesidad de proteger y mejorar el medio ambiente.
Por su parte el Convenio de Diversidad Biológica —signado en Río de Janeiro en 1992—, proporcionó una base sólida para la instrumentación del Protocolo de Nagoya, en el que México, al ser uno de los 17 países megadiversos del planeta, participó activamente en la negociación de este nuevo instrumento, logrando que su ámbito de aplicación se extendiera a los recursos genéticos y a sus derivados, en los que radica la mayor parte del valor y los beneficios potenciales resultantes de la utilización de dichos recursos.
El protocolo brinda certidumbre sobre los mecanismos legales para acceder a los recursos genéticos, evitando la biopiratería, promoviendo la equidad y la justicia al establecer compromisos y disposiciones que obligan a los usuarios de los recursos genéticos a la utilización idónea de los beneficios derivados en su implementación y erradicación de la pobreza.
El consumo desproporcionado se ha convertido en una amenaza para nuestro planeta, lastimando los ecosistemas y reduciendo la calidad de vida. La pobreza, la falta de recursos y el contraste entre el ingreso y el consumo es una situación permanente, por lo que resulta indispensable que se promueva en todos los sectores la educación ambiental, la cual debe adecuarse a cada región, para lograr la protección efectiva del medio ambiente, conservándolo para las futuras generaciones.
El manejo de los recursos naturales no es un tema de escasez, por el contrario, debe ser la óptima administración y gestión de los recursos naturales de forma sustentable, ya que de no considerarlo conllevaría una sanción ante su uso ilegal. La meta que debemos alcanzar es la defensa del patrimonio, inculcada en todos los ámbitos posibles, efectuándose de manera transversal, con el apoyo de la sociedad organizada y participativa, para alcanzar la preservación y conservación de nuestro medio ambiente, para así crear una nueva conciencia ambiental.
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En México, el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, establece los ejes de política pública que determinan los objetivos nacionales, las metas y las estrategias que rigen su acción en materia de desarrollo sustentable.
Por ejemplo, la estrategia ambiental alimentaria el gobierno federal es un tema de seguridad nacional, ya que promueve el consumo de bienes y servicios ambientales, aprovechando los esquemas de participación y generando demanda para ellos —tanto a nivel gubernamental como en la población en general—, focalizando los programas de conservación de la biodiversidad y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, para generar beneficios en comunidades con población de alta vulnerabilidad social y ambiental.
La Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente es la principal responsable de garantizar el cumplimiento de la legislación ambiental, y con ello, proteger el derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar, que todo mexicano goza. Por lo tanto, gobierno, sociedad y academia, debemos trabajar creando sinergias para lograr afrontar los retos que en materia ambiental tenemos en México.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Alejandro Del Mazo Maza.