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OPINIÓN: Sobrevivir a un accidente aéreo es más fácil que un 'milagro'

Algunos creen que solo una intervención divina podría salvarnos de una colisión, pero basta con seguir unos sencillos pasos
mar 09 julio 2013 05:43 PM

Nota del editor: William McGee es autor de Attention All Passengers: The Airlines' Dangerous Descent—and How to Reclaim Our Skies.

(CNN) — Todavía hay mucho que no sabemos sobre el accidente del vuelo 214 de Asiana Airlines, ocurrido el sábado pasado en San Francisco, en el que murieron dos personas. Pero lo que sí sabemos es que de los 305 sobrevivientes a bordo del Boeing 777, 123 salieron ilesos, algo que parece imposible si se observa el video amateur del avión dando vueltas envuelto en llamas.

El jefe de bomberos de la ciudad describió el hecho como "un verdadero milagro".

Pero, aunque insistamos en pensar que solo una intervención divina puede salvar a un vuelo en peligro, deja de ser un milagro cuando cientos de pasajeros sobreviven accidentes peores. El " milagro de Toronto" y el " milagro en el Hudson" son algunos ejemplos recientes de desastres aéreos en los que todos a bordo sobrevivieron. Pensar en "milagros" es arriesgado porque hace que algunos pasajeros no aprendan más acerca de las mejores prácticas para salvar sus vidas.

¿Es posible sobrevivir a todos los choques de aviones? Por supuesto que no. Pero las estadísticas dan cuenta de la historia. En 2001, la National Transportation Safety Board (NTSB por sus siglas en inglés) publicó un estudio exhaustivo sobre accidentes ocurridos en las aerolíneas de Estados Unidos a lo largo de un periodo de 17 años y encontró que 95.7% de los pasajeros sobrevivieron .

Escribí un libro que se enfoca en la seguridad aérea y mi investigación me llevó a entrevistar a docenas de expertos en seguridad aérea, incluyendo varios que trabajaron para Boeing en Seattle (el vuelo de Asiana era un Boeing 777). En años recientes, los fabricantes de aeronaves han adoptado un enfoque multifacético en cuanto a la supervivencia: además de evitar accidentes, las acciones para ayudar a los ocupantes a sobrevivir a un impacto han evolucionado, los incendios y el humo posteriores al choque, así como a lograr evacuaciones seguras.

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Los expertos de Boeing me dijeron que muchos de los avances más significativos en seguridad consistían en desarrollar materiales más seguros para los asientos, las alfombras y otros componentes de la cabina. Estos nuevos materiales reducen la flamabilidad y el humo tóxico durante esos primeros minutos críticos después de que empieza un incendio. Los expertos también hablaron de mejores toboganes de evacuación, que históricamente presentaban una gran cantidad de fallas durante emergencias reales.

Pero no todo depende de los avances tecnológicos; el factor humano también juega un papel crítico. Y aquí es donde pensar en la "supervivencia milagrosa" es un peligro: puede ocasionar que algunos pasajeros no aprendan más sobre las mejores prácticas, no intervenciones milagrosas, que pueden salvar sus vidas.

Aún los viajeros más frecuentes pueden no percatarse sobre las acciones simples que pueden mejorar de manera dramática su oportunidad de sobrevivir. No estoy sugiriendo que volar sea una experiencia de vigilancia continua durante todo el vuelo. Lo único que digo es que durante las "fases clave" del vuelo como el despegue, aterrizaje, turbulencias severas y operaciones irregulares, no "ande en las nubes". Solo el 11% de los accidentes fatales ocurren en la fase de altura de crucero. 

Mejor, considere lo siguiente para mantenerse seguro.

  • Escuche: Usted puede ser un viajero mayor, pero eso no significa que no tenga que poner atención a las instrucciones que se dan antes del vuelo. Los procedimientos de evacuación pueden variar enormemente, incluso entre aeronaves similares.
  • Vístase de manera adecuada: utilice zapatos cómodos y planos que no se caigan fácilmente. Las sandalias y los zapatos de tacón no son adecuados para el tobogán de evacuación. Evite utilizar medias y otras prendas de poliéster, que son altamente inflamables. Piense en algodón y lana.
  • Asientos: escoger dónde sentarse involucra muchos factores, pero el acceso a las salidas emergencia puede terminar siendo lo más importante para usted. Cuente las filas hasta la salida más cercana ya que puede necesitar encontrarla en la oscuridad o en condiciones de poca visibilidad por el humo.
  • Permanezca con el cinturón de seguridad abrochado: conoce el dicho de mantener el cinturón de seguridad abrochado mientras está sentado? Hágalo. La turbulencia severa puede mutilar e incluso matar.
  • Asegure sus pertenencias: Objetos sueltos = proyectiles.
  • Bebidas/medicamentos/dormir: durante las fases clave del vuelo es crítico permanecer alerta: el alcohol y los medicamentos pueden afectar su capacidad para seguir instrucciones.
  • Asegurar a los niños: el único lugar seguro para un menor de dos años es un sistema de aseguramiento, que es una especie de cinturones de seguridad acoplados al cuerpo del niño, tanto la NSTB, como la Federal Aviation Administration están de acuerdo, aunque la FAA no obliga a las aerolíneas a prohibir que los niños puedan viajar en las piernas de sus padres. ¿No cree en las que las fuerzas G sean reales? Vea otra vez el video de Asiana e imagine cargar a un niño durante el choque.

En los próximos años, la industria aérea podrá recordar al vuelo 214 de Asiana por otra razón. El sábado un número alarmante de pasajeros se tomó el tiempo de recuperar su equipaje , incluso objetos de los compartimientos superiores, sí, todo eso antes de evacuar la aeronave en llamas. Uno se queda sin palabras al contemplar acciones que pudieron haber puesto en riesgo sus vidas. Así que agreguemos esto a la lista: ni siquiera piense en evacuar con su equipaje.

Inevitablemente, algunas personas seguirán riendo al pensar sobre la supervivencia. He leído a un gran número de falsos expertos quienes aseguran que nadie puede sobrevivir a un accidente aéreo. No los escuche, le puede costar la vida o la de sus seres queridos.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a William McGee.

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