OPINIÓN: El 'nuevo' México está más allá de los viejos estereotipos
Nota del editor: Ariel Moutsatsos es ministro de prensa y relaciones públicas de la Embajada de México en Estados Unidos
(CNN) — En su reciente visita a México, el presidente Barack Obama hizo un llamado a ambas naciones para que olvidemos actitudes "atrapadas en viejos estereotipos". Tristemente, Rubén Navarrete, en su columna para CNN titulada: "Y si Estados Unidos replicara el modelo fronterizo de México" hace justo el tipo de generalizaciones dogmáticas que el presidente de Estados Unidos nos exhorta a evitar sobre un país diverso de 110 millones de habitantes.
Puede ser una novedad para Navarrete que el México de sus abuelos, que parece todavía influir en su visión del país, no es precisamente la de una nación que en 2013 cuenta con una creciente y sofisticada clase media y es un actor relevante y responsable en asuntos globales. Debido a que Navarrete dice que los estadounidenses deben estar más informados sobre el tema, su caracterización mal informada y obsoleta de la sociedad mexicana merece algunas correcciones.
Que yo sepa, ningún funcionario mexicano ha expresado alguna vez su deseo de tener una frontera norte porosa. Incluso en 2011, México aprobó su propia reforma inmigratoria enfocada en la descriminalización y en la protección de los migrantes sin importar su estatus migratorio. La legislación logró el elogio de las Naciones Unidas y estableció un marco de trabajo sólido para colaborar con la protección de los derechos de migrantes y al mismo tiempo alinea mejor la política nacional de México en relación con los tratados internacionales sobre el tema.
Esos pasos significativos no merecen una descalificación fácil con un movimiento retórico de la mano. Son cambios importantes que afectan vidas. La columna de Navarrete sigue esa descripción de los mexicanos como desesperados por escapar de su país natal, pero los números cuentan una historia muy diferente.
De acuerdo con un informe de 2012 del Pew Hispanic Center, el valor neto de la migración entre Estados Unidos y México es de cero. Además, una encuesta reciente de Gallup demostró que solo al 11% de los mexicanos les gustaría cambiar su país de residencia; este número es idéntico al 11% de estadounidenses que dicen lo mismo.
Para 2010, aproximadamente 40% de la población mexicana se convirtió en parte de las filas de la clase media, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística de México (INEGI). La caracterización de México como un país bifurcado entre ricos y pobres es menos precisa que nunca y, de acuerdo con una investigación en profundidad del economista Luis de la Calle y del escritor Luis rubio, autores del libro Clasemediero: pobre no más, desarrollado aún no, es probable que la tendencia continúe.
No es algo que haya sucedido por accidente. Decir, como lo hace Navarrete, que México no tiene una política económica real más allá del turismo, significa no poner atención. La disciplina fiscal de México que incluirá otro presupuesto balanceado este año, ha llevado a un crecimiento macroeconómico sostenido que es directamente responsable de permitir la inclusión de muchos mexicanos a la clase media.
Nuestra industria turística, que de alguna manera parece ser digna del desdén de Navarrete, tiene tan buenos resultados debido a que México es heredero de dos de las civilizaciones más grandes de la historia, además de ser un país con una impresionante belleza natural. El gobierno mexicano acoge esa realidad al igual que los millones de visitantes que recibimos y que generaron 11,000 millones de ingresos el año pasado . Pero la idea de que México está dispuesto a depender solo de su industria turística requiere una ceguera voluntariosa ante las transformaciones que se llevan a cabo en nuestra nación.
Como resultado de acuerdos sin precedente entre los principales partidos políticos del país, recientemente México ha aprobado reformas a gran escala en el tema de educación, leyes contra los monopolios, y procedimientos legales, además de que la reforma energética todavía está pendiente.
¿Parece ser éste un país que no tenga un plan más allá del turismo? La administración tiene un Plan Nacional de Desarrollo , aunque Navarrete dice que no existe.
El tono de la columna confronta a México con Estados Unidos en una especie de competencia, considerando a uno "superior" al otro. Nosotros nos apegamos a la Carta de las Naciones Unidas que afirma la igualdad soberana de todos sus miembros. Los comentarios descuidados sobre la superioridad se prestan muy fácilmente al racismo y a la xenofobia. Afortunadamente la cooperación bilateral entre nuestros países supera tal pensamiento desde hace mucho.
Veinte años después de la implementación del TLC o NAFTA, México y Estados Unidos se han convertido en socios globales. Nuestra relación no es de competencia y rivalidad, sino de sinergia y trabajo en equipo.
Por ejemplo, la National Bureau of Economic Research ha calculado que cerca de 40% de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos contienen componentes fabricados en Estados Unidos. También, México es el segundo mayor mercado de exportación para bienes estadounidenses. De hecho, de acuerdo con el Woodrow Wilson Center Mexico Institute, cerca de 6 millones de empleos en Estados Unidos dependen del comercio con México.
Nuestras naciones construyen cosas juntos para vender aquí y en el extranjero para tener negocios en crecimiento. En 2011, el comercio entre nuestros dos países llegó a 500,000 millones de dólares. Pero compartimos más que los negocios y las cadenas de valor agregado: compartimos la geografía y la gente. Nuestros ciudadanos viven juntos, trabajan juntos y comparten el pan. Dado que 30% de los migrantes en Estados Unidos son de origen mexicano y México es hogar de la comunidad más grande de expatriados estadounidenses en el mundo, ambos países tienen la responsabilidad de asegurar que continuemos creciendo juntos.
México y su gente están evolucionando y ambas naciones son más fuertes debido a ello. Cito las palabras del presidente Obama una vez más, "es momento de dejar a un lado las viejas mentalidades".
Las opiniones expresadas en este comentario pertenecen exclusivamente a Ariel Moutsatsos.