OPINIÓN: ¿Nos debe preocupar el presunto espionaje de EU?, claro que sí

Tendríamos que perfeccionar nuestro sistema de contrainteligencia para estar preparados a la hora de negociar o tratar los grandes temas
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Nota del Editor: Adolfo Laborde es director de la Licenciatura en Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey, Campus Santa Fe. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 1 del CONACYT.

(CNNMéxico) — ¿Nos debe de preocupar el espionaje de Estados Unidos? La respuesta es obvia. Claro que sí.

Independientemente que se sabe que la información es poder, no debería tomarnos por sorpresa esta noticia, que ha impactado de manera mediática a muchos gobiernos y cancillerías del mundo.

La recolección de información a través de fuentes abiertas (públicas) o cerradas (no públicas) es sin duda, una preocupación de muchas agencias de inteligencia que mediante protocolos generan productos de inteligencia (información clasificada) que sirve para tomar decisiones (usuario final de la información).

Muchos llaman a esto espionaje, pero en realidad se trata de un tema que va más allá de lo que podemos imaginar. En un primer acercamiento, podríamos imaginar escenas de un película de acción de James Bond o una cinta protagonizada por Tom Cruise. No es así. Pero no es así, la cuestión es más complicada, especialmente cuando se trata del país más poderoso del mundo, que por cuestiones de la geografía política es nuestro vecino.

El espionaje ha existido toda la vida, sobre todo en coyunturas o contextos determinados. Sin la intención de justificarlo, es muy complejo erradicarlo o eliminarlo; en todo caso, deberíamos estar preparados para ello.

Cada Estado, en el nombre de la persecución y cumplimiento del interés nacional, desarrolla estrategias (internas y externas) para cumplirlo. La inteligencia estratégica para la mejor toma de decisiones juega un papel fundamental en esto. Podemos quizá describir las acciones de las Agencias de los Estados Unidos más populares como la CIA, el FBI, la DEA, entre otras, pero de nada serviría esto.

En todo caso, en México deberíamos de desarrollar las estrategias necesarias para responder a ello, es decir, contar con capacidad de respuesta a través de la contrainteligencia; en otras palabras, en un sistema de inteligencia lo suficientemente confiable y eficaz que ayude a nuestras autoridades (las más altas dentro del organigrama de la función pública) a tomar buenas decisiones ante una eventualidad o emergencia nacional ya sea en el escenario local o global.

Sin embargo, poco se ha estudiado (o dado importancia) en nuestro país a este tema. No existe como tal una cultura de la inteligencia estratégica. En este marco, haría un llamado a la mejora de los sistemas de inteligencia estratégica del país.

El resultado es lo que recientemente se conoció: la vulnerabilidad de nuestro sistema de inteligencia, lo que pone de manifiesto mi hipótesis. Esta vulnerabilidad no solo pone en riesgo los planes, acciones y operación de nuestro proyecto nacional (reflejado en el Plan Nacional de Desarrollo), filtrando información clasificada a los actores locales o internacionales que precisamente buscan cumplir con su interés específico.

Es por ello que además de que nos debe de preocupar el espionaje, tendríamos que perfeccionar nuestro sistema de contrainteligencia con miras a estar preparados a la hora de negociar o tratar los grandes temas (migración, comercio, seguridad, entre otros) de la agenda bilateral que tenemos con Estados Unidos de América.

Esperemos que así sea. Mientras tanto, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) llamó este lunes al embajador de EU en México

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Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Adolfo Laborde.