OPINIÓN: ¿Los simpatizantes de al Shabaab en EU pasan desapercibidos?
Nota del editor: Peter Bergen es analista de seguridad nacional de CNN, director de la New America Foundation y autor de Manhunt: The Ten-Year Search for bin Laden-From 9/11 to Abbottabad . David Sterman es estudiante de posgrado del Programa de Estudios de Seguridad de la Universidad de Georgetown.
(CNN) — Después del ataque al centro comercial Westgate en Nairobi, Kenya, se le ha prestado mucha atención a los 40 estadounidenses que han viajado durante los últimos años a Somalia para luchar en contra de al Shabaab.
Sin embargo, quienes desde Estados Unidos ayudan a financiar al grupo terrorista no han provocado el mismo interés. Estos simpatizantes han canalizado decenas de miles de dólares a través de transferencias de dinero a la organización terrorista, y con frecuencia mantienen contacto directo con líderes y combatientes de al Shabaab en Somalia.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 , cuando les quedó claro a los investigadores que la operación de al Qaeda en Nueva York y Washington había costado medio millón de dólares (más de 6 millones 500,000 pesos), el gobierno de EU fue mucho más agresivo en su intento de bloquear fondos para los grupos terroristas.
Parte del proceso implicó un esfuerzo significativo para determinar qué grupos eran organizaciones terroristas. Durante el 11-S solo había 26 grupos extremistas en la lista del Departamento de Estado. Actualmente hay 51, incluido al Shabaab, que entró en 2008.
Desde entonces es ilegal proporcionar dinero, entrenamiento, capacitación, documentos falsos, equipo de comunicación, armas o explosivos a ese grupo, así como integrarse a él.
Con base en esto, han surgido varios casos:
En Rochester, Minnesota, dos ciudadanas estadounidenses originarias de Somalia abrieron un servicio de teleconferencia para recaudar fondos para el grupo.
Cientos de personas llamaron y tanto Hawo Hassan, de 64 años de edad y quien trabajaba en un centro de atención para adultos, como Amina Farah Ali, de 35, registraron las promesas de financiamiento.
Después de una teleconferencia el 26 de octubre de 2008, las mujeres recibieron donaciones de 21 personas por 2,100 dólares (unos 27,700 pesos mexicanos).
En ocasiones, representantes de al Shabaab aparecían en las teleconferencias. En una de ellas, una de las líderes exhortó a la audiencia a enviar fondos; en otra, Mahad Karate, a cargo de la unidad de inteligencia del grupo, dijo que la jihad "se lucha con dinero".
Hassan y Ali también hacían recorridos casa por caso en Minnesota para recaudar dinero, a menudo con la mentira de que las contribuciones se destinarían a los huérfanos de Somalia. En una llamada con su contacto financiero de al Shabaab, Ali dijo: "Le digo a la gente que reúna dinero a nombre de los pobres. Nadie sabe que te envío el dinero".
Fiscales señalaron que, basados en conversaciones telefónicas que habían monitoreado, sabían que Hassan y Ali estaban recaudando fondos para al Shabaab. Ambas fueron condenadas por financiar al grupo y sentenciadas a prisión este año.
De manera similar, Ahmed Hussein Mahamud, un hombre de 27 años de edad, recolectó fondos entre la comunidad somalí de Minnesota con el pretexto de que el dinero sería destinado a una mezquita local o para ayudar a los huérfanos en Somalia.
En lugar de eso, transfirió los recursos a sus compañeros conspiradores que habían viajado desde Minnesota para incorporarse a la lucha en Somaila y comprar armas. Él y sus colegas transfirieron 1,500 dólares (19,770 pesos) para ayudar a al Shabaab. Mahamud fue declarado culpable el año pasado.
Nima Ali Yusuf, una mujer en San Diego de 25 años, se declaró culpable en diciembre de 2011 de enviar 1,450 (alrededor de 19,100 pesos) dólares para ayudar a financiar a al Shabaab. Ella mantenía contacto telefónico con algunos estadounidenses-somalíes que luchaban con el grupo en África.
En 2007, Aden Hshi Ayrow, uno de los líderes de al Shabaab contactó a Basaaly Saeed Moalin, un chofer de taxis en San Diego, y le pidió que financiara a su grupo.
En enero de 2008, Ayrow dijo a Moalin que necesitaba saber cuánto dinero enviaría al grupo cada mes, aún cuando fueran solo 100 dólares, ya que hasta las cantidades relativamente pequeñas podían hacer una gran diferencia en Somalia, uno de los países más pobres del mundo. Mantener a un soldado de al Shabaab cuesta solo un dólar al día.
Por solicitud de Ayrow, Moalin organizó a otros miembros de la comunidad somalíestadounidense para ayudar a recabar fondos. Moalin reclutó a otros tres miembros y juntos enviaron 8,500 dólares (112,000 pesos) a al Shabaab entre 2007 y 2008. Más tarde, los cuatro fueron condenados por proporcionar apoyo al grupo terrorista.
Otro simpatizante de al Shabaab en St. Louis, el chofer de taxis Mohamud Abdi Yusuf, era parte de un grupo de hombres que envió 21,000 dólares (272,830 pesos) a Kenya y a Somalia para la organización. Yusuf se declaró culpable de proporcionar el apoyo.
Cuando al Shabaab fue catalogado como una organización terrorista, el Departamento de Justicia de EU emprendió la Operación Rhino para combatir la red de apoyo al Shabaab en Estados Unidos. Desde entonces, ha acusado a 12 personas de proporcionar fondos a la organización, de acuerdo con un recuento hecho por la New American Foundation.
Esto parece haber tenido un efecto verdaderamente disuasivo. Como resultado de la difusión que han tenido estos casos entre la comunidad somalí-estadounidense, los cargos en relación con al Shabaab han disminuido considerablemente. Y la última vez que un somalí estadounidense fue acusado de recaudar fondos para al Shabaab fue en 2011.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Peter Bergen y David Sterman.