El engaño de la venta de BlackBerry

Las filtraciones de interesados en comprar a la firma nunca se revisaron a fondo, dice Dan Primack; aunque por ahora la canadiense no se venderá, es un hecho que de hacerlo será cómo deshecho.
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Parece que Blackberry no será adquirida por Fairfax Financial. Ni por Qualcomm, o Cerberus, o SAP, Google, Lenovo, Facebook o "Sutanito Pérez". Hasta donde sé, la probabilidad de que la compraran era la misma que ver una nueva versión de Palm.

La tecnológica anunció ayer lunes que su "acuerdo" de 4,700 millones de dólares (mdd) con Fairfax se cancelaba, pues el conglomerado canadiense no pudo conseguir los fondos.

De hecho,

. En su lugar, Blackberry echa al CEO Thorsten Heins y conviene venderle a Fairfax y a otros inversores 1,000 mdd en bonos convertibles. Las obligaciones de cupón 6% y vencimiento a siete años son convertibles en acciones ordinarias a un precio de 10 dólares por papel (con una prima del 28.7% al precio de cierre del viernes, aunque ).

El nuevo CEO interino será John Chen, exdirector de Sybase, que se había desempeñado como asesor de la firma de capital riesgo Silver Lake (que, por lo demás, quería todo con Dell pero a Blackberry no se le acercó ni de broma).

Es cierto que muchas compañías tecnológicas atribuladas fracasan en su intento por ser adquiridas. Incluso las de renombre. Y, en el proceso, a menudo le dicen a la prensa que hay pretendientes interesados en un intento desesperado por llamar la atención. Lo que fue inusual con esta tecnológica, sin embargo, es cómo algunos periodistas se fueron con la finta. Basta con mirar estos ejemplos:

Reuters:

WSJ:

NY Times: Qualcomm y Cerberus se suman a la puja por BlackBerry

WSJ:

En muchos de esos casos llamé a la gente de desarrollo corporativo del posible "comprador". Por lo general, la conversación iba así:

Yo: ¿Están considerando ofertar para quedarse con Blackberry?

Ellos: No.

Yo: Entonces, ¿qué piensan de lo dicho por la prensa?

Ellos: Nos pidieron mirar, así que aceptamos la reunión como una cortesía.

Lo que delataba la estrategia era cómo cada semana se filtraba a la prensa la aparición de un nuevo pretendiente, en lugar que el anterior tomara con más seriedad la adquisición. Por no mencionar el hecho de que Fairfax estructuró su "oferta" inicial sin tener que pagar un break-up fee o comisión por cancelación de la operación.

Yo sé que las notas sobre la adquisición de la compañía generan una gran cantidad de clics, pero ¿en qué punto el criterio editorial avasalla el propio interés? Si un acuerdo de compra realmente se da,

, eso nunca dejó de ser cierto.