OPINIÓN: La 'ventaja' de vivir en desventaja te lleva al éxito laboral
Nota del editor: Anna Akbari es socióloga y empresaria. Ha dado clases en la Universidad de Nueva York y en la Nueva Escuela para las Investigaciones Sociales; sus investigaciones abarcan temas como la tecnología, las relaciones humanas y la felicidad. Fundó Closet Catharsis —una empresa de consultoría de imagen— y Sociology of Style. Síguela en Twitter .
(CNN) — Siempre me han subestimado en la vida. Desde que llegué al mundo, me pusieron en una serie de circunstancias que la mayoría de las personas del primer mundo calificaría como "desventajas".
Crecí en una familia pobre con un solo padre. Mi piel oscura y mi apellido originario de Medio Oriente complicaron más mi crianza en Estados Unidos. No me parecía a nadie (ni siquiera a mi madre). El racismo y las dificultades económicas y familiares fueron mi realidad diaria desde el principio.
Pero no soy la única persona en desventaja. Tal vez tú o alguien cercano a ti se encuentra en condiciones similares. Es probable que nuestras historias particulares sean diferentes, pero los detalles biográficos tienen menos relevancia que los rasgos significativos y sorprendentemente positivos que esos obstáculos pueden hacer aflorar.
Pregúnta a alguien quién es y cómo llegó allí y empezarán por describir los obstáculos con los que se han encontrado: el rechazo constante, las empresas fallidas o los periodos de escasez.
Gran parte de la concepción de nosotros mismos está relacionada con nuestras pérdidas y dificultades, mucho más que con nuestras victorias.
A pesar de que son incómodos, estos obstáculos personales nos fortalecen y nos hacen mejores que cuando somos privilegiados.
En el nuevo libro de Malcolm Gladwell, David and Goliath: Underdogs, Misfits, and the Art of Battling Giants (David y Goliat: gente en desventaja, inadaptados y el arte de luchar con gigantes), argumenta que el estar en desventaja genera "dificultades deseables".
Pero, ¿qué proporción de lo "deseable" depende de la perspectiva? Los desafíos no nos hacen mejores solo por existir. Tenemos que reflexionar sobre ellos y adaptarnos proactivamente a las lecciones que nos dan sobre la vida y los hábitos laborales.
El inmenso potencial de estas dificultades deseables son particularmente notables en el trabajo.
Estas son algunas de las razones por las que la gente que está en desventaja gana en el trabajo:
1. Es menos probable que demos por hecho las cosas (y a la gente).
Una vez que has sentido las punzadas de la adversidad, no lo olvidas fácilmente, en particular si lo experimentaste a una edad temprana. En el trabajo, eso implica que es más probable que las personas en desventaja detecten las cosas pequeñas y demuestren gratitud.
La gratitud hace más felices a las personas y, como la felicidad es contagiosa, también afecta positivamente a tus colegas. Eso no significa que seamos un bulto de alegría las 24 horas del día, pero cuando creces con carencias y con el deseo de algo mejor, el optimismo y la inmunidad a la conformidad se hacen inherentes .
2. Tenemos una imaginación prolífica
Aprender a prescindir de las cosas requiere creatividad. La gente en desventaja domina el arte de la improvisación: es necesaria para la supervivencia.
Somos tenaces. ¿Hay cambios de último minuto en una presentación? ¿Un plazo adelantado? Si todas las personas están igualmente calificadas, siempre incluiré en mi equipo a quien esté en desventaja.
Pasamos la vida imaginando "más", lo que es invaluable en los negocios. La improvisación cotidiana lleva a las innovaciones a gran escala, lo que transforma nuestra forma de trabajar y lo que producimos colectivamente.
3. Somos observadores hiperactivos.
Cuando eres relegado, pones mucha atención a lo necesario para "encajar". Quienes están en desventaja no pierden los detalles y las diferencias. Evaluamos rápidamente una situación y analizamos cómo optimizarla.
La inconsciencia es difícil de corregir y quienes están en desventaja son conscientes por necesidad: es una especie de "compensación deliberada".
El estar en desventaja no significa que seas un fraude cuando te las arregles para llegar a los círculos más afortunados, sino que significa que has llegado a conocer íntimamente las sutilezas de las reglas a seguir para llegar. Por eso, hay que estar atentos (y contratar) a personas con este perfil.
4. No somos alérgicos a los riesgos.
Si nunca has tenido una red de seguridad, entonces sientes que no tienes mucho que perder.
Eso no significa que quienes están en desventaja sean inherentemente imprudentes, pero son buenos para correr riesgos calculados.
Cuando eres empresario, por ejemplo, significa que es probable que "fracases" en algún momento, pero también significa que tendrás grandes logros tarde o temprano. El llegar al éxito no tiene que ver con la suerte (aunque muchas personas lo llaman así a la ligera), sino de perseverancia, adaptabilidad, tenacidad y temple, en general .
Quienes estamos en desventaja no aceptamos un "no" como respuesta y tal vez, contradictoriamente, tendemos a tener mucha seguridad (aunque probablemente seamos menos arrogantes) porque sin esa confianza desbocada seguiríamos atascados en nuestra realidad anterior.
Es necesario creer mucho en ti mismo para superar esas circunstancias.
5. Estamos ávidos.
Si hay algo que sé hacer, es promoverme agresivamente. Con la gente que está en desventaja, la respuesta por defecto es "sí". "Sí, puedo aprender a hacer eso. Sí, puedo hacer que eso pase. Sí, es posible".
¿Puede resultar contraproducente esta actitud de suficiencia? Es posible, a veces. Pero es más frecuente que ese impulso interno y esa avidez por sobresalir implique que estamos dispuestos a obtener nuevas destrezas, a ir más allá de nuestra zona de comodidad (¿cuál zona de comodidad?) y de perseguir nuestros objetivos a un ritmo más preciso.
Estar en desventaja en la vida ha moldeado mi carácter y mi carrera, me ha hecho más exitosa y, lo más importante, me ha hecho más feliz.
Sin embargo, también puede volverte un malvado en el ambiente laboral, así que no envolvamos a las dificultades de glamour. No te engañes: es difícil. La mayoría de nosotros no querríamos repetir el pasado y buscamos diligentemente un futuro mejor, con menos dificultades para nuestros sucesores.
Sin embargo, no cambiaría los desafíos que he enfrentado.
La situación de desventaja es lo que tú quieres que sea. No es una etiqueta que hay que superar. Para mí es una condición permanente.
Me recuerda cada día lo que tuve que hacer para llegar a donde estoy, todo lo que tengo que agradecer y cuánto espacio tengo aún para crecer.
Estar en desventaja no es un pretexto para provocar empatía. Es una invitación al triunfo.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Anna Akbari.