OPINIÓN: América-León, entre el #ÓdiameMás y la novela de las televisoras
Nota del Editor: Ernesto Campos dirige el área de RP deportivo en Edelman México, imparte el seminario de Periodismo Deportivo en la Escuela Carlos Septién García y fue coeditor en la sección Cancha, de Grupo Reforma. Síguelo en su cuenta de Twitter: @netie79
(CNNMéxico) — Como si la gran final del futbol mexicano no tuviera ya demasiados ingredientes para hacerla atractiva, dada la espectacularidad de América y León, la despedida de Miguel Herrera o el simple hecho de que el equipo que resulta menos indiferente en el país esté en ella -se dice que al América o lo amas o lo odias, pero no te puede resultar indiferente-, se suma ahora la crítica hacia el hecho de que por primera vez, uno de los juegos solo será transmitido en televisión de paga e internet.
Desde el domingo pasado, comentaristas de Televisa pidieron a la directiva del León que abriera su señal, apelando al sentido popular del deporte más seguido en el planeta. Dicen que no sería lo mismo, que la gente merece verla en televisión abierta.
Pero el León jugó sus cartas desde el ascenso a la Liga MX hace 18 meses y no estuvo de acuerdo en la oferta inicial que TV Azteca le hizo por transmitir sus cotejos. De tal manera que se inclinó por la contrapropuesta más atractiva, que vino de Fox Sports, complementada por la emisión por internet de los encuentros mediante las herramientas -UnoTV y VivaSports- con las que cuenta uno de los accionistas del equipo, Carlos Slim -en Estados Unidos, Telemundo transmite los juegos como local del equipo León-.
El futbol es un negocio y La Fiera actuó en consecuencia, lo que le ha dado resultados en lo deportivo y en lo económico, pues las entradas al Estadio Nou Camp han sido excelentes en los últimos meses. Si comparamos esta situación con otros países, encontramos que no tiene nada de raro, pues por ejemplo, en España, la mayoría de los partidos se encuentran restringidos a un sistema de paga.
Pero regresando a lo deportivo, que es lo que realmente importa a los aficionados, la final es el encuentro entre los dos equipo más aplaudidos del último semestre, a pesar de que Santos fue segundo lugar en la tabla. Incluso Miguel Herrera basó la selección que rescató el boleto mundialista ante Nueva Zelanda en elementos justamente de estas dos escuadras.
Considero que el América parte como gran favorito por el hecho de cerrar en el Estadio Azteca la serie y por el tiempo que llevan jugando juntos a gran nivel. El #ÓdiameMás popular se neutralizó un poco en las últimas semanas, sobre todo por lo que la escuadra azulcrema representó para salvar el hundido barco del Tri, y aunque la lista final puede tener muchos cambios, a este equipo se le agradece estar en Brasil 2014.
Las águilas tienen ante sí varias oportunidades históricas y les llegan en el momento preciso. De obtener el título llegarían a 12 campeonatos en la era profesional del futbol azteca, con lo que dejarían atrás a su más acérrimo rival, las Chivas Rayadas del Guadalajara, que pasan por una de sus peores crisis.
También serían el segundo equipo en conseguir un bicampeonato en la historia de los torneos cortos, hecho del que actualmente solo pueden presumir los Pumas de la UNAM y Hugo Sánchez, a quien muchos han criticado como estratega, pero a quien nadie ha podido igualar en este rubro. Además sería la despedida soñada para Miguel Herrera, quien tomará de forma definitiva la selección.
Para León, es su regreso al partido definitivo desde 1997, cuando cayó ante Cruz Azul, y la oportunidad de alcanzar la corona 21 años después. Los guanajuatenses aún añoran la generación que de la mano de un joven Víctor Manuel Vucetich y con el talento del brasileño 'Tita' los hizo alcanzar la cima apenas en su segunda temporada después del ascenso. Algo muy parecido a lo que viven ahora.
Este duelo promete demasiada emotividad comenzando por las bancas, no solo del ya mencionado Herrera, de quien ya se conoce su temperamento y pasión, sino también del uruguayo Gustavo Matosas, quien entrena a los del Bajío. De pasivos no tienen nada, y entre ambos podrían tener su propio duelo a un lado del terreno de juego, por lo que los árbitros tendrán tarea extra.
La liguilla ha arrojado buenos partidos y grandes goles, y la gran final tiene los ingredientes necesarios para continuar con esa tendencia. El aficionado en México merece, después de un 2013 de pesadilla a nivel selección, un cierre memorable en la cancha, y no una novela llena de lo que me parece son chantajes desde las televisoras respecto a si el juego de ida se transmite o no de manera gratuita.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Ernesto Campos.