OPINIÓN: El #ÓdiameMás cobró más fuerza tras el campeonato del León
Nota del Editor: Ernesto Campos dirige el área de RP deportivo en Edelman México, imparte el seminario de Periodismo Deportivo en la Escuela Carlos Septién García y fue coeditor en la sección Cancha, de Grupo Reforma. Síguelo en su cuenta de Twitter: @netie79
(CNNMéxico) — Apenas terminó el partido de vuelta de la final en la que el León se coronó por sexta vez en su historia venciendo al América y las redes sociales se saturaron de mensajes de burla, alegría, ironía y otros tantos que más que el triunfo esmeralda celebraban la caída azulcrema.
Las respuestas de los derrotados fueron también inmediatas, defendiendo su dolor y señalando el crítico momento que viven sus principales enemigos deportivos: Chivas y Pumas. Mientras estos debates saturaban la red, el campeón daba su vuelta olímpica y viajaba para festejar ante sus aficionados en León.
Sabemos que el América es el equipo más polémico de la Liga —porque o lo apoyas o te genera animadversión, pero difícilmente te resulta indiferente— y también que es uno de los más queridos. Su pasado, principalmente en la década 1980, en la que varias polémicas arbitrales derivaron en campeonatos para sus vitrinas lo llevaron a este sitio en las emociones de los aficionados, y a eso se sumaron las acusaciones de comentaristas de Imevisión —en especial de José Ramón Fernández— que siempre aseguró que era favorecido.
Pero en la actualidad, me parece que los americanistas le apostaron al #ÓdiameMás como su slogan, su grito de guerra y su estandarte. Una postura muy retadora ante el resto de los aficionados que no los quieren y que debieron soportar verlos campeones hace unos meses, de forma milagrosa, ante Cruz Azul.
Pero así como les jugó a favor en ese momento, ahora deben lidiar con las consecuencias de retar a los fanáticos al futbol que encontraron en esas mismas palabras la forma de vengarse de lo ocurrido hace unos meses. Ahora podemos encontrar memes de Carlos Slim dedicando esa frase a Emilio Azcárraga, por poner solo un ejemplo. No sé si el América seguirá apostándole a ese slogan en el futuro, pero por ahora simplemente les juega en contra.
Pero más allá de estos brotes de creatividad u ocio que saturaron las redes sociales en las últimas horas, creo que la final del futbol mexicano sirvió para reivindicar este deporte que a veces es cuestionado de forma muy ligera por algunos expertos en diferentes medios de comunicación.
En los días previos a la serie entre América y León, mucha de la atención se centró en el tema de las transmisiones de televisión y en el hecho de que, por primera vez, el juego de ida solo podría ser visto en onternet o por quienes tuvieran un sistema de paga. La rivalidad entre Televisa, propiedad de Emilio Azcárraga, y las plataformas de Carlos Slim, fue incluso más mencionada que la que tenía lugar en la cancha.
De tal forma, se aseveraba que el juego podría mancharse, que la Federación y la Liga MX harían lo posible para cuidar sus intereses y beneficiarían al cuadro de Coapa para que Slim no se saliera con la suya. Para bien de este negocio y este deporte, después de terminada la Final fue claro que ganó quien lo mereció y que no hubo ninguna anomalía en el transcurso de los cotejos.
El sexto campeonato en la historia del León invita a analizar otras cosas. La primera es que la liga de Ascenso MX es potencialmente un buen torneo que podría hacer crecer al resto del balompié nacional. Hace un año los Xoloizcuintles de Tijuana se coronaron al vencer al Toluca solo 18 meses después de haber logrado subir a Primera División.
Ahora los Panzas Verdes obtuvieron la corona en ese mismo tiempo, año y medio después de regresar al máximo circuito, tras vagar por una década en la segunda categoría.
Si bien ambas instituciones tienen un buen respaldo económico, sus nóminas no eran las más altas de la competencia al momento de lograr el título y varios de sus jugadores se mantuvieron en el plantel aún después del ascenso, por lo que pueden servir de ejemplo para algunas de las franquicias que más gastan pero no trascienden.
Esta final marcó un antes y un después en materia de transmisiones de televisión. Para el próximo torneo las negociaciones de algunos equipos con la empresa que los transmite podrían volverse más tensas, pues ya hay más actores interesados en abrir el mercado.
Mientras inicia el nuevo torneo, los seguidores al futbol debemos darle un justo reconocimiento al León, a su joven directiva y a su entrenador atrevido, que decidió jugársela con un portero juvenil y que le dio la confianza a Rafael Márquez para resucitar su carrera y colocarlo de nuevo como el capitán del la Selección Mexicana.
Y los americanistas deberán convivir por un buen rato más con el #ÓdiameMás, aunque ahora del otro lado de la historia. A final de cuentas se cumplió lo que ellos pedían.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Ernesto Campos.