OPINIÓN: La Acción Diferida, opción para destrabar la reforma inmigratoria
Nota del editor: Adolfo Laborde es Director de la Licenciatura en Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey, Campus Santa Fe. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT, México.
(CNNMéxico) — La Reforma Inmigratoria que está en manos de la Cámara de Representantes de EU no prosperó en este periodo legislativo muy a pesar del consenso obtenido en el Senado por el grupo de los seis grandes, quienes a pesar de las diferencias llegaron a un consenso entre las posiciones de Demócratas y Republicanos.
Como se sabe, hay numerosos intereses que están a favor y en contra de la misma.
Destaco los económicos y los de corte político.
Los económicos radican en la oposición de algunos grupos de empresarios por el miedo a la perdida competitividad de varios sectores de la economía estadounidense (servicios, construcción y manufacturas básicamente) con el eventual aumento de los salarios y derechos de los trabajadores indocumentados.
En cuanto a los intereses políticos, considero prudente señalar el nuevo mapa electoral, con presencia hispana en el país, lo que de alguna manera convierte a una eventual Reforma Inmigratoria en un botín político que quizá se pueda expresar con el modelo de negociación de suma cero, es decir, lo que pierde uno, lo gana el otro.
Si lo anterior resulta cierto, ninguno de los dos partidos quiere arriesgarse, dado que si la Reforma es aprobada, el capital político ganado por Obama, se traduciría en un mayor número de escaños en ambas cámaras y probablemente una victoria en los comicios intermedios y presidenciales. Lógicamente, los republicanos saben esto y lo mejor para ellos es la estrategia de negociación basada en la inacción, es decir, no pasa nada y dejar todo como está.
Me parece que aquí está la parte medular del problema. ¿Qué tendría qué hacer el presidente Obama para destrabar esto? Buena pregunta. Lo inmediato y más pragmático es aprobar mediante sus facultades presidenciales la Acción Diferida.
La Acción Diferida o protección temporal a migrantes sin documentos, sería, desde mi punto de vista, la solución al sufrimiento y violación de los derechos humanos de los migrantes indocumentados mientras no se apruebe una reforma inmigratoria integral.
Con la Acción Diferida terminarían las deportaciones masivas y en consecuencia, la dolorosa separación de familias. A la vez, se iniciaría el proceso de legalización de quienes se beneficiarían de una eventual reforma. Dicha medida no sería un sustituto de la reforma, pero sí un paso necesario para lograr que ésta se apruebe una vez que se libere a la Cámara de Representantes de lo que yo llamaría un secuestro al que la tienen sometida un grupo de legisladores del Tea Party. Dicho grupo mantiene bajo amenaza a sus propios colegas republicanos y ha logrado frenar los diversos intentos de concretar una reforma inmigratoria.
En consecuencia, otorgar Acción Diferida a las/los migrantes sin documentos representaría una jugada clásica de jaque mate en el tablero político al grupo xenófobo y extremista de la Cámara de Representantes.
De tal manera, considero que el presidente Obama ejercería el liderazgo que le corresponde en el tema migratorio, y daría fresco aliento a la agenda de su segundo periodo de gobierno y como se ha mencionado en líneas pasadas, aseguraría la continuidad del proyecto demócrata.
Espero que así sea, de lo contrario, el tema migratorio seguirá siendo un rehén del debate político y millones de indocumentados seguirán viviendo en el anonimato.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Adolfo Laborde.