OPINIÓN: El papa Francisco 'se apoya' en cardenales de países pobres
Nota del editor: El reverendo James Martin es editor de la revista America y autor del libro: Jesus: A Pilgrimage (Jesús, una peregrinación).
(CNN) — El papa Francisco eligió el domingo pasado a 19 cardenales nuevos , los hombres que elegirán al siguiente pontífice, en una maniobra que parece tener el fin de reequilibrar la Iglesia en sentidos importantes al pasar por alto a al menos tres arzobispos estadounidenses influyentes y nombrar a varios del hemisferio sur.
Primero, hay un énfasis importante en África y América Latina, incluidos los países más pobres, como Haití y Burkina Faso.
Recuerden que la tarea más importante de los cardenales es elegir al siguiente papa. Francisco quiso asegurarse de que todas las partes del mundo tengan una representación adecuada, además de que la mayoría de los católicos de la actualidad se encuentran en el hemisferio sur.
Dieciséis de los diecinueve cardenales que Francisco designó el domingo tienen menos de 80 años, lo que significa que podrán votar por el próximo papa. De esos 16, cuatro pertenecen a la curia o burocracia del Vaticano; dos provienen de Europa; tres de Centroamérica y Norteamérica; tres de Sudamérica —incluido el arzobispo de Buenos Aires, cargo que ocupaba Francisco antes de que fuera electo papa—; dos provienen de África, y dos de Asia.
Las elecciones del papa muestran que quiere dar voz a los pobres en el próximo cónclave . El arzobispo Chibly Langlois, de 55 años, será el primer cardenal procedente de Haití. El reverendo Federico Lombardi, vocero del Vaticano, manifestó: "La elección de cardenales de Burkina Faso y Haití demuestra el interés por las personas azotadas por la pobreza".
En segundo lugar, algunas selecciones eran de esperarse. Se trata de los líderes de dos de las principales oficinas del Vaticano: el arzobispo Pietro Parolin, secretario de Estado, y el arzobispo Gerhard Mueller, líder de la principal oficina doctrinal de la Iglesia, la Congregación para la Doctrina de la Fe. Habría sido casi impensable no designar a los líderes de esas dos oficinas.
En tercer lugar, el nombramiento de Loris Capovilla, de 98 años —fue secretario del papa Juan XXIII—, fue un homenaje al papa Juan y al Segundo Concilio Vaticano. (Elegir a un hombre mayor de 80 años es meramente honorario: no puede votar en el cónclave).
Para quienes podrían minimizar esto, recuerden que había muchos sacerdotes, obispos, arzobispos y teólogos ancianos a los que pudo honrar: el papa eligió a Capovilla, uno de tan solo tres prelados mayores de 80 años que han recibido este honor.
En cuarto lugar, no nombró a estadounidenses (los candidatos más obvios habrían sido el arzobispo William Lori, de Baltimore; el arzobispo Charles Chaput, de Filadelfia, y el arzobispo José Gómez, de Los Ángeles; todos encabezan arquidiócesis en las que tradicionalmente se nombra a un cardenal). Esto probablemente indica que el papa cree que Estados Unidos ya tiene suficientes cardenales , al menos por ahora.
Finalmente, no hubo sorpresas dramáticas. No hubo mujeres cardenales (posibilidad que el mismo papa hizo a un lado recientemente al decir que no quería "clericalizar" a las mujeres); no hubo teólogos conocidos por una obra en particular, como el reverendo Gustavo Gutiérrez, uno de los iniciadores de la Teología de la Liberación, y no se pasó por alto a los altos funcionarios de la Iglesia como Mueller o Parolin.
Sin embargo, este es apenas el primer consistorio del papa; tal vez haya querido evitar que alguien tuviera un infarto en su primera ronda de elecciones.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a James Martin.