OPINIÓN: Las especies invasoras amenazan la biodiversidad en México
Nota del editor: El doctor Roberto Mendoza Alfaro es investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León ( UANL ) y la doctora Patricia Koleff Osorio es directora General de Análisis y Prioridades de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). Ambos coordinaron la publicación Especies acuáticas invasoras en México disponible gratuitamente en formato digital en el sitio oficial de la Conabio .
(CNNMéxico) — A los grandes cambios ambientales experimentados por el planeta en las últimas décadas, responsables de la pérdida de biodiversidad y del deterioro de los servicios ambientales, se debe sumar el fenómeno de las invasiones biológicas.
Este suceso, junto con el cambio climático, la destrucción de ecosistemas y la sobreexplotación de especies, es ocasionado en gran medida por la ejecución de actividades humanas en respuesta a la presión de la economía global y al incremento en la demanda del transporte y de productos proveniente de lugares lejanos.
Son consideradas especies invasoras aquellas que logran establecerse fuera de su área de distribución natural, al encontrar condiciones propicias que les permiten colonizar ambientes en los que anteriormente las barreras geográficas les impedían llegar y propagarse. En general, causan daños severos a la diversidad biológica , la economía y la salud humana, y por ello han sido identificadas como uno de los problemas ambientales más graves del planeta. Cada introducción tiene efectos en el ambiente invadido, al ocasionar una serie de cambios que pueden provocar la extinción de especies nativas. En particular, los hábitats acuáticos son muy vulnerables.
Es importante dar a conocer las principales rutas de introducción de las especies invasoras en los ambientes acuáticos del país y cómo han contribuido a la dispersión de múltiples especies. Asimismo, resulta relevante tener claridad de los aspectos ecológicos, ambientales y sociales relacionados con los procesos de invasión, e identificar las características biológicas y genéticas que permiten el establecimiento de una especie, así como los rasgos de los ecosistemas receptores de las invasiones.
Especies acuáticas invasoras en México (2014), obra realizada con la participación de 77 especialistas, explica los conceptos generales y los principales componentes que afectan el curso de una invasión.
Para prevenir la introducción de especies invasoras son necesarios diversos elementos como los análisis de riesgo, una medida relevante dadas las dificultades y costos que implican el control o la erradicación de estos ejemplares una vez establecidos en los ambientes acuáticos.
El Sistema de Información sobre Especies Invasoras, desarrollado por la Conabio, compila y da acceso a la información biológica de estas especies, a los antecedentes de sus invasiones y a los sitios donde han sido observadas.
A través de este sistema es posible analizar el marco legal nacional e internacional, e identificar vacíos y áreas de oportunidad para adecuar y mejorar la legislación en torno al problema. En este contexto, son descritos los retos para implementar la Estrategia Nacional sobre Especies Invasoras (2010) que destaca la necesidad de la colaboración armónica entre diferentes sectores como el ambiental, agrícola, acuícola, de transporte y turismo.
Por primera vez, México dispone de un diagnóstico integrado y actualizado sobre las principales invasiones de especies de interés sanitario, incluyendo patógenos y parásitos, además de algas, invertebrados, plantas acuáticas y peces. Así, el país tiene datos para conocer los principales impactos negativos al ambiente, la salud y la economía, ocasionados por cerca de 500 especies identificadas.
Hay casos devastadores como la invasión del pez diablo o limpiapeceras en la cuenca del Balsas (que se ha expandido a numerosos cuerpos de agua del territorio nacional) y otras invasiones como la del pez león en el Caribe , de las langostas azules en el noreste de México, y de medusas, así como diversos virus en los ambientes estuarinos y marinos del país.
Además, nuestro territorio posee ecosistemas frágiles que se encuentran severamente invadidos, como el Golfo de México y áreas naturales protegidas de gran importancia biológica, por lo que sus casos son también analizados.
Debido al cambio climático, hemos previsto un incremento y aceleración de las invasiones biológicas, por alteraciones en las vías de entrada de las especies, por las condiciones cambiantes que favorecerán su dispersión, o por cambios en su capacidad invasiva. Lo anterior, implicará mayores retos para llevar a cabo medidas de control.
¿Qué podemos hacer frente a los impactos de las especies invasoras? La respuesta no es sencilla, ya que existen diversos ámbitos de acción. No obstante, es necesario promover el desarrollo científico y tecnológico para favorecer la domesticación de especies nativas con fines productivos (por ejemplo, los camarones del Pacífico, los pescados blancos y charales en lagos de Michoacán).
Asimismo es primordial establecer acciones de restauración que permitan recuperar los ecosistemas naturales e implementar diferentes métodos de control ante las invasiones (incluyendo los genéticos). Pero todos podemos hacer una diferencia, al reducir la demanda de especies exóticas para uso alimenticio o como mascotas.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Roberto Mendoza y Patricia Koleff.