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OPINIÓN: Es hora de abrir los ojos ante la realidad del cambio climático

El cambio climático está dejando sentir sus efectos y aún estamos a tiempo para tomar medidas para contrarrestarlo
lun 31 marzo 2014 01:37 PM
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Nota del editor: Bill Richardson fue gobernador de Nuevo México, Estados Unidos; fue embajador de Estados Unidos ante la ONU y secretario de Energía de Estados Unidos; actualmente es miembro de la mesa directiva del Instituto para los Recursos Mundiales, una organización mundial de investigación sobre asuntos ambientales. Pertenece a las directivas o asesora a empresas del campo de la energía.

(CNN) — "Nada representa una mayor amenaza a nuestra agua, nuestro modo de vida o a nuestra calidad de vida que un clima más caliente". Esas son las palabras que pronuncié en 2006 al firmar un decreto sobre cambio climático cuando era gobernador de Nuevo México.

Casi una década después, esta declaración sigue siendo correcta. No obstante, ahora tenemos mucha más información sobre el cambio climático, sobre los riesgos y sobre las soluciones.

En el reporte que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) acaba de publicar —una colección del trabajo de más de 800 prominentes científicos expertos en el clima—se reafirma que el impacto del clima ya se siente y tiene un efecto radical en la sociedad .

Nuestra dependencia de los combustibles fósiles impulsa el cambio climático y se espera que empeore. Para cambiar el rumbo, necesitamos nada menos que rediseñar la forma en la que proveemos de energía al país.

Esto es lo que sabemos:

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La ciencia sobre el cambio climático está consolidada: El reporte del IPCC es la adición más reciente a un abrumador conjunto de investigaciones científicas que relaciona nuestras acciones en el aspecto energético con la costosa perturbación del clima. El reporte coincide con los de otras autoridades —como la Academia Nacional de Ciencias, el Programa de Investigaciones sobre el Cambio Global y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos— que expresan con mayor énfasis y certeza los hechos sobre el cambio climático y sus riesgos. Así como sabemos que fumar provoca cáncer, entendemos que la actividad humana provoca el cambio climático.

El cambio climático ocurre ahora y todos sentimos los efectos. A principios de este mes, la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia nos recordó que "el cambio climático ocurre aquí y ahora".

Ahora somos testigos de la forma en la que está cambiando el mundo: el invierno pasado fue el octavo más cálido que se haya registrado . Por 348 meses consecutivos (29 años), las temperaturas mundiales han estado por encima del promedio.

El reporte más reciente del IPCC muestra que los efectos del cambio climático "son generalizados y consecuentes" y que se sienten en cada continente y en nuestros océanos. El año pasado, el mundo vivió 41 desastres relacionados con el clima que provocaron daños por al menos mil millones de dólares (unos 13,000 millones de pesos). Durante la pasada década, en el oeste de Estados Unidos se registraron siete veces más incendios forestales a gran escala que en la década de 1970. El cambio climático ha aumentado las probabilidades de que suframos sequías graves como la que asoló recientemente Texas y Nuevo México, mi estado natal.

Finalmente, si no actuamos, las cosas empeorarán. Conforme los efectos del clima se agraven, provocarán más daños en nuestra economía y nuestras comunidades. Incluso un aumento de un grado Celsius en las temperaturas mundiales podría reducir las cosechas de trigo, arroz y maíz, lo que provocaría un aumento de precios. A menos que se controle la emisión de los gases de efecto invernadero, muchas personas más estarán en riesgo a causa de las inundaciones devastadoras como la que sufrieron los residentes de Boulder, Colorado, el año pasado. Incluso el extremo inferior de las proyecciones climáticas indica que en general, las pérdidas económicas que provocará el cambio climático propinarán un golpe considerable a la economía mundial.

Entonces, ¿qué podemos hacer ante el cambio climático?

Afortunadamente, los líderes locales de Estados Unidos—entre ellos alcaldes y gobernadores— están respondiendo a los impactos del clima y construyen comunidades más adaptables. Por ejemplo: las autoridades municipales, de Chicago a Miami, toman medidas para reducir las inundaciones urbanas por medio de pavimento permeable; mitigan el calor extremo con azoteas verdes, y rediseñan los diques para que soporten marejadas más poderosas.

A nivel federal, el gobierno de Obama ha hecho un llamado a aumentar el financiamiento para la adaptabilidad ante el clima y acaba de revelar una iniciativa de datos climáticos para proveer a las comunidades con mejor información sobre el cambio climático.

Sin embargo, está claro que necesitamos hacer más. Según el IPCC, al reducir considerablemente las emisiones, podemos evitar las peores consecuencias del cambio climático y reducir a la mitad los daños económicos.

Ya estamos progresando. Los estadounidenses adoptan la energía "limpia" al comprar paneles solares a un ritmo récord ya que su precio ha caído hasta en un 80% en tan solo cuatro años. Muchas grandes empresas —como Apple, Google y Walmart— invierten intensamente en energías renovables. Incluso ExxonMobil está entre las muchas empresas estadounidenses que ahora operan con un precio interno para el carbono.

Además, están por implementarse nuevos estándares para las emisiones. De acuerdo con el Plan de Acción Climática de Estados Unidos que Obama anunció el año pasado, la Agencia de Protección al Ambiente implementa estándares para reducir la contaminación por carbono en las plantas de energía que funcionan con carbón y que son la principal fuente de emisiones en Estados Unidos. Estas reglas son la oportunidad más grande que Estados Unidos tiene para reducir las emisiones a corto plazo y ayudarán al país a asumir un rol de liderazgo en la antesala de un acuerdo climático mundial en 2015.

La ciencia nos dice que es necesario hacer reducciones mucho más profundas en las próximas décadas. A final de cuentas, fijar un precio nacional para el carbono sería la forma más eficaz para hacer una transición expedita a un futuro más seguro y bajo en carbono.

Las pruebas son abrumadoras: la inacción prolongada es garantía de desastre. Como alternativa, podemos reequilibrar nuestra mezcla energética para estar a la altura del desafío del siglo XXI. Esperemos que dentro de una década miremos atrás con la confianza de haber enfrentado la crisis mundial del clima.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Bill Richardson

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