OPINIÓN: ¿La reina Isabel II seguirá los pasos del rey Juan Carlos?
Nota del editor: Victoria Arbiter es comentadora de temas de la realeza de CNN. Reportó sobre la familia real de Gran Bretaña durante muchos años. Síguela en Twitter .
(CNN) — Los monarcas europeos parecen caer como dominós.
Todo comenzó en abril del 2013 cuando la reina Beatriz de Holanda abdicó en favor de su hijo y heredero, el príncipe Willem-Alexander, después de un reinado de 33 años.
Meses depués, en julio de 2013, Alberto II de Bélgica de 79 años abdicó el trono citando edad avanzada y problemas de salud; ahora el rey Juan Carlos de España, de 76 años de edad, decidió abdicar después de un reinado que duró casi cuatro décadas.
Ahora la abdicación del rey Juan Carlos de España, ahora la pregunta es: ¿la reina Isabel II de Gran Bretaña le seguirá?
La popularidad de la monarquía española ha disminuido en años recientes.
El viaje lujoso secreto de Juan Carlos a Botswana para cazar elefantes en el apogeo de la crisis financiera de su país en 2012 no ayudó… especialmente dado su papel como presidente honorario del Fondo Mundial para la Naturaleza.
Luego está la investigación actual de su yerno, Iñaki Urdangarin , quien enfrenta cargos preliminares de malversación de millones de euros en fondos públicos a través de su organización altruista. A través de su abogado, Urdangarin negó los cargos, que todavía podrían retirarse.
Hay que añadir la serie de problemas de salud del rey; cinco operaciones en el transcurso de dos años, y parece una decisión sensible entregar el trono a su hijo, el príncipe Felipe, de 46 años de edad, quien ha visto su propia popularidad aumentar sostenidamente.
Después de todo, la reina Isabel II de Gran Bretaña ha tenido una ocupación impresionante, 62 años para ser precisos ( este martes se conmemora el aniversario número 61 de su coronación ). Actualmente disfruta un aumento de popularidad ; siempre es mejor estar a la cabeza, y con 88 años seguramente se ganó el derecho de descansar y disfrutar de sus años mayores. ¿Así que la veremos tirar la toalla? En una palabra, no.
En 1947, en la celebración de su cumpleaños número 21, durante una gira con sus padres al sur de África, una entonces princesa Isabel se comprometió en una transmisión al Mancomunado en la que dijo: "Declaro ante todos ustedes que toda mi vida, ya sea corta o larga, estará dedicada a su servicio y el servicio de nuestra gran familia imperial a la que todos pertenecemos”.
En un discurso a ambas cámaras del parlamento al conmemorar su Jubileo de Diamante en 2012, la reina volvió a dedicarse a su país y a su gente, al comprometerse a servir, “…ahora y en los próximos años” . La reina es una mujer profundamente religiosa, y en 1953 juró ante Dios.
Para ella, eso significa una vida de compromiso.
Debido a su edad avanzada, el príncipe Carlos intervino para representar a su madre en varios compromisos de alto perfil en el último año, más notablemente en la reunión de los Directores de Gobierno del Mancomunado en Sri Lanka en noviembre pasado, pero esto no indica que planea un golpe de Estado.
La reina Isabel continúa cumpliendo un horario real lleno y viajará a Francia a finales de esta semana para celebrar las conmemoraciones del Día D junto con su “ fuerza y permanencia ”, el príncipe Felipe, quien celebrará su cumpleaños número 93 la próxima semana.
La reina es, para todos los efectos, el equivalente real del Conejo de Energizer y la única forma en la que abdicará es si se incapacita.
En septiembre de 2015, la reina Isabel II superará el récord de la reina Victoria como la monarca reinante de Gran Bretaña que ha durado más tiempo en el trono, y si uno piensa optimistamente, si llega a la edad madura de 108 años, rompería el récord de reino del rey Sobhuza II de Suazilandia como el monarca sirviente que más ha durado en el trono.
Aunque ese es un récord que permanece sin romperse, puedes descansar seguro de que siempre y cuando permanezca saludable, la reina no irá a ningún lado, y por eso debemos estar inmensamente orgullosos y agradecidos.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Victoria Arbiter.