OPINIÓN: Junio de 2014, ¿ecos de junio de 1914?
Nota del editor: Andrew Hammond es socio de LSE IDEAS en la Escuela de Economía de Londres y fue asesor especial sobre Reino Unido.
(CNN) — Este sábado se conmemora el centenario del asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo. Este fue uno de los detonantes clave de la devastadora Primera Guerra Mundial y desató una reacción en cadena para que las principales potencias de Europa —incluidas Alemania, Rusia y Gran Bretaña— se involucraran en el conflicto poco después.
Cien años después, el mundo muestra numerosos ecos de principios del siglo XX ya que una vez más está cambiando el equilibrio mundial del poder.
Mientras que Alemania, Rusia y Estados Unidos eran "países en crecimiento" trascendentales en 1914, el poder en la actualidad se está trasladando del norte al sur global; los países asiáticos, principalmente China, son hasta ahora los principales beneficiados.
Al igual que hace 100 años, las tensiones geopolíticas crecen mientras los "países revisionistas" (como China y Rusia) desafían los elementos clave del orden internacional que encabeza Estados Unidos.
Esto se debe en parte a que el poderío económico aumenta y hace renacer el nacionalismo y la exigencia de recursos, como lo hemos visto en las muchas disputas que tiene China con sus países vecinos en el mar de China del Sur, por ejemplo.
El auge de China
Aunque gran parte de la atención en 2014 se ha centrado en la anexión de Ucrania a Rusia, el conflicto en Siria y el auge del grupo extremista ISIS en Iraq , tal vez sea en Asia en donde hay más tensiones e inseguridad en cuanto al potencial para una gran guerra entre potencias.
El crecimiento notable de China desestabiliza la región y de hecho a gran parte del mundo. Los peligros de calcular mal crecen en parte a causa de las crecientes tensiones militares.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, comparó a principios de este año el paisaje político actual de Asia con la Europa de vísperas de la guerra en 1914.
Es más, el presidente de Filipinas, Benigno Aquino, comparó recientemente lo que él considera la conducta beligerante de China con el expansionismo alemán del siglo XX y cuestionó abiertamente: "¿En qué momento dices: 'ya fue suficiente'?".
Dentro de Asia, los posibles detonadores de un conflicto entre grandes potencias comprenden la intensificación de las tensiones entre Japón —país con el que Estados Unidos tiene un tratado de seguridad— y China.
Otro posible detonador es Taiwán —otro aliado de Estados Unidos—: China reclama la soberanía sobre ese país aunque la isla ha tenido un gobierno independiente desde la guerra civil de China en la década de 1940.
Décadas olvidadas
Estos riesgos son reales y considerables. Sin embargo, hay diferencias esenciales entre el mundo actual y el de 1914 que, mientras no haya un error de cálculo catastrófico, hacen que sea improbable una guerra entre las principales potencias en el futuro cercano.
Eso también se debe a que los recuerdos de la Primera y Segunda Guerra Mundial aún son vívidos. El diplomático estadounidense George Kennan definió justificadamente a la Primera Guerra Mundial como la "mayor catástrofe fundamental" del siglo XX. Kennan sería el arquitecto de la "estrategia de contención" de Estados Unidos durante la Guerra Fría.
Además de los muchos millones de personas que murieron entre 1914 y 1918, la guerra desató una cadena de acontecimientos que repercutirían en el mundo en las décadas posteriores. Entre estos está el surgimiento del comunismo en Rusia y —como lo afirman varios historiadores— el auge de la Alemania nazi y el gérmen de la Segunda Guerra Mundial.
Otra gran diferencia de la actualidad respecto a 1914 es la existencia de las armas nucleares que, como durante la Guerra Fría, generalmente sirven de freno al conflicto entre las grandes potencias.
Vale la pena señalar que tanto los países revisionistas (incluidos China y Rusia) como las "potencias del estatu quo" como Estados Unidos y Francia, poseen arsenales nucleares.
Otro cambio fundamental es que, a diferencia de 1914, ahora hay una intrincada red de instituciones posteriores a la guerra —particularmente la ONU— que siguen teniendo una adaptabilidad y legitimidad considerables a varias décadas de su creación.
Aunque estos órganos son imperfectos y necesitan reformas, generalmente han facilitado la seguridad internacional, especialmente porque cinco de las potencias clave (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, China y Francia) pertenecen al Consejo de Seguridad de la ONU.
Es más, el relativo equilibrio entre las dos potencias líderes de la actualidad es distinto respecto a 1914. Es decir, la brecha que existe actualmente entre Estados Unidos y China es mayor que la que existió entre Reino Unido y Alemania hace 100 años.
'El siglo estadounidense'
De hecho, tal vez la principal consecuencia de la Primera Guerra Mundial fue el inicio de lo que se ha llamado el siglo estadounidense, en el que Estados Unidos surgió como el país más poderoso del mundo.
Ciertamente el país ha entrado en un declive relativo y se pronostica que China se volverá la mayor economía del mundo este año con base en los datos de paridad del poder adquisitivo.
Sin embargo, Estados Unidos conserva una ventaja considerable respecto a China en la mayoría de los parámetros de fuerza nacional —incluido el poderío militar— y es probable que siga gozando de una ventaja general durante varios años.
A diferencia de Reino Unido en el siglo XX, hay indicios de que el poder de Estados Unidos seguirá adaptándose durante varias décadas más en el siglo XXI, en parte gracias a los factores como la revolución energética del país (que tiene consecuencias geopolíticas amplias, entre ellas la posible autosuficiencia energética).
En general, aunque no se puede descartar otra gran guerra, las probabilidades de que eso ocurra en el futuro cercano no son tan altas como hace 100 años.
El relativo equilibrio mundial del poder es diferente en la actualidad en parte porque el poder de Estados Unidos es adaptable.
Es más, las armas nucleares y las instituciones internacionales, particularmente la ONU, actúan generalmente como una fuerza que restringe el conflicto a gran escala, cosa que no existía en 1914.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Andrew Hammond