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OPINIÓN: El dilema monetario, dolor de cabeza para Escocia

Si Escocia se independiza, la decisión más importante a tomar será si conserva la libra esterlina o si adopta alguna otra moneda
lun 15 septiembre 2014 01:14 PM
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Nota del editor: Nina dos Santos es conductora de noticieros y corresponsal en Londres. Conduce el programa de negocios de CNN International en Londres, The Business View. Síguela en Twitter .

LONDRES (CNN)— A pesar de todas las advertencias acerca de la viabilidad de la independencia de Escocia, es fácil entender por qué emociona tanto a sus ciudadanos la oportunidad de reclamar la soberanía de su país.

Después de todo, Escocia es culturalmente distinta al resto de las islas británicas.

Para los escoceses de entre 16 y 17 años (que podrán votar por primer vez), la oportunidad de crear su propia identidad escocesa luego de tres siglos de dominio principalmente inglés ciertamente debe tener su propio atractivo romántico.

Sin embargo, el movimiento por la independencia de Escocia se reducirá al dinero : principalmente a la moneda que usarán como país independiente. Escocia tiene cuatro opciones y cada una conlleva riesgos e incertidumbres.

Quienes quieren que el país vote "Sí" a la independencia han dejado en claro que desean conservar la libra con la anuencia de Reino Unido con la intención de que el país permanezca dentro de una unión monetaria estable y que tenga la facultad de tomar decisiones relativas a las tasas de interés.

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Sin embargo, el gobierno británico ha rechazado tajantemente esta idea, al igual que el Banco de Inglaterra, que seguramente estará renuente a ser el salvavidas de los enormes bancos escoceses sin tener injerencia en sus carteras de inversión.

Una Escocia independiente podría usar la moneda de Reino Unido sin su consentimiento, de forma muy parecida a Panamá, que usa el dólar estadounidense, y de forma parecida a Irlanda, que alguna vez se adhirió a la libra. Sin embargo, esta estrategia está llena de peligros. ¿Por qué? Porque Escocia no tendría injerencia en los costos de los préstamos que pueden no coincidir con su ciclo económico.

Si Escocia no puede conservar su sitio en bloque monetario actual, podría tratar de encontrar un sitio en otro.

Si el país va por su cuenta, podría incorporarse al euro; sin embargo, Bruselas dejó en claro que Escocia tendría que solicitar su membresía a la Unión Europea y hacer fila detrás de países como Serbia y Kosovo.

Más aún: los agitadores independentistas de las provincias semiautónomas de España, como Cataluña, no ayudarían a que el gobierno español se muestre muy a favor de conceder a Escocia un sitio en la Unión Europea. Además (y en vista de las situaciones que hemos visto en países como España), nadie sabe si el euro siga existiendo para cuando Escocia logre unirse al club.

Tal vez la mejor opción para una Escocia próspera, a la larga, sea crear su propia moneda. Se han sugerido diversas opciones, tales como revivir el ryal (moneda que se acuñó para conmemorar el casamiento de la reina María) o la reintroducción del groat, moneda que circuló durante la época de Jaime III.

El tener su propia moneda no solo dará a los escoceses la identidad totalmente independiente que ansían, sino que también les daría la flexibilidad económica que necesita un Estado naciente.

Sin embargo, sería complicado establecer su valor. Es más, el pueblo escocés tendría que estar convencido de su valor auténtico. Además, con casi 200,000 millones de dólares (casi 2 billones, 600,000 millones de pesos) de deuda en juego, los mercados tendrían que confiar en la planeación fiscal del país para otorgarle préstamos con tasas de interés aceptables.

Sea como sea, el valor de la nueva moneda escocesa sería extremadamente débil al principio y afectaría los bolsillos de la gente conforme los bienes se encarecen.

Por eso, empresas como Standards & Poor's y la Société Générale francesa insinuaron que aunque el voto por el "Sí" podría crear una Escocia exitosa a largo plazo, lo más probable es que por ahora se presente una recesión rápida y aguda.

Al menos cinco de los principales bancos desarrollaron planes de contingencia para mudar a sus entidades hacia el sur y la gestión de miles de millones de dólares está en juego.

Lo irónico es que se supone que el dinero y la política van de la mano, pero cuando se trata del futuro de Escocia como país independiente, tal vez vayan en direcciones opuestas.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Nina dos Santos.

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