OPINIÓN: Ayotzinapa, un caso que se debe presentar sin 'maquillajes'
Nota del editor: Édgar Guillaumin tiene estudios de Licenciatura y Maestría en Derecho Corporativo, cursa un Doctorado en Planeación Estratégica y Políticas de Desarrollo en la Universidad Anáhuac. Cuenta con más de 10 años de experiencia en relaciones gubernamentales e institucionales. Síguelo en su cuenta de Twitter: @guillaumin
(CNNMéxico) — Los acontecimientos en Iguala, Guerrero han llenado prácticamente todos los espacios mediáticos en las últimas semanas, y no es para menos, el asesinato y desaparición de estudiantes normalistas de Ayotzinapa a manos de policías municipales la noche del 26 de septiembre es un hecho lamentable, vergonzoso, cobarde, indignante y reprochable que nos debe mover a todos los mexicanos.
Con tristeza estamos presenciando como se escribe frente a nosotros un nuevo capítulo de México, en el que la impunidad, la corrupción y la negligencia son los principales actores. Un capítulo de aquellos que no quisiéramos contar, que nos avergüenza, que quisiéramos nunca hubiera existido, pero sobretodo un capítulo en el que no encontramos una explicación.
El desenlace, cualquiera que este sea, sin duda dejará una triste huella en la memoria de México. Un final que probablemente deje más dudas que respuestas.
Así como muchos nos preguntamos cómo fueron posibles los trágicos acontecimientos del 2 de octubre de 1968, tarde o temprano, me parece que será más temprano que tarde, seremos nosotros los que pasaremos al banquillo del interrogatorio para hablar sobre la noche de Iguala. Las futuras generaciones nos cuestionarán ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Quién? ¿Cómo fue posible? Por favor explícamelo porque no entiendo, no lo comprendo.
Ante esta realidad que nos alcanzará:
¿Cómo explicar que aquellos que nos deben proteger son los que asesinan, secuestran, extorsionan y roban? ¿Cómo explicar que los delincuentes más peligrosos son los que se pasean por las calles a plena luz del día protegidos por una “placa” con total desfachatez? ¿Cómo explicar que cada vez que aparece un uniformado la gente en vez de sentirse segura le teme?
¿Cómo explicar que hay familias que nunca sabrán que sucedió con sus seres queridos? ¿Cómo explicar que el crimen organizado tiene el control sobre poblaciones enteras? ¿Cómo explicar que las reglas son impuestas por cobardes asesinos?
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Hay momentos cruciales en la vida de los países, no tengo duda que hoy estamos frente a uno de ellos, el caso de los normalistas de Ayotzinapa es de tal magnitud que ha alcanzado dimensiones suficientes para tener profundas repercusiones políticas, económicas, internacionales y sociales. Por lo que es necesario y urgente tener más respuestas (claras y contundentes) que preguntas.
Por las generaciones más jóvenes y por las futuras, escribamos una historia veraz, sin tintes, sin maquillajes, sin sesgos, sin mentiras, por más dolorosa que esta sea.
No repitamos los mismos errores.
Las opiniones expresadas en este texto pertenecen exclusivamente a Édgar Guillaumin.