La relación México-Estados Unidos ¿simbiosis o dependencia?

Hablar de economía es hablar de un sistema contingente que afecta todos los ámbitos de la vida, y que por si fuera poco siempre está cambiando.
Debido a este carácter incierto, quienes se aventuran a predecir su futuro, haciendo de la lectura de datos simples su bola mágica, terminan muchas de las veces augurando desastres o rescates que nunca verán la luz del día.
Tomemos por ejemplo la crisis de 2008 . Según las proyecciones de reconocidos economistas, para el 2014 se dejarían de sentir sus efectos en gran parte del mundo. La realidad mostró que dicho año fue decepcionante en términos económicos. Los países afectados –que en una economía global son la gran mayoría– no lograron crecer al ritmo esperado, tampoco aumentó la confianza de los consumidores ni mejoraron los prospectos de inversión.
Ante tal panorama fue necesario actuar para innovar soluciones cautelares que poco a poco han permitido revertir esta tendencia y dar solución a algunos de los problemas que más afectaban a la economía global, como el bajo consumo o la poca inversión.
Algunos argumentan que la dependencia entre los Estados Unidos y México se ha vuelto nociva, y que es uno de los aspectos que limita el crecimiento de nuestro país; otros defienden que una situación de simbiosis entre ambos es más que deseable, en especial por la cercanía territorial, comercial y diplomática entre México y EUA.
Si bien es cierto que desde siempre EUA ha sido uno de nuestros mejores socios comerciales, también es cierto que sus desbalances o ajustes nos han afectado directamente, en especial mediante la inversión en el país y los cambios en nuestra balanza comercial. Como en todas las cosas, lo mejor es buscar el punto medio: no debemos juzgar la relación por elementos que le son externos pues debemos juzgarla a través de la voluntad de cooperación y competencia entre ambas naciones.
¿Cómo pinta lo que resta de 2015 para la relación EUA-México?
Si bien en este primer periodo hemos visto una mejora de las economías más importantes a nivel mundial, todavía falta mucho que hacer. En realidad podemos hablar de dos tendencias: por una parte las economías emergentes tendrán grandes retos y una tasa de crecimiento bastante baja , como ha sido evidenciado por la OCDE y el FMI en sus reportes trimestrales; mientras que por otro lado las economías desarrolladas verán un momentum de calma y de reafirmación.
Tomando una perspectiva general encontramos cuatro factores que afectarán la interacción entre economías emergentes y desarrolladas, tal y como será en el caso EUA-México. Estas son las siguientes:
- El cambio en la tasa de interés de la FED
- La inestabilidad del mercado financiero global, agravado por la volatilidad del tipo de cambio internacional
- El bajo precio del petróleo
- Las crisis europeas, arrastradas en un primer plano por Grecia , que afecta la zona Euro y Japón.
La modificación en la tasa de interés ha sido un tema de debate entre ambos países. Sabemos que el cambio en la tasa de la FED hará que los bonos del gobierno americano sean preferidos frente a los del gobierno mexicano, más que por sus rendimientos, por el valor esperado del dólar frente al peso.
De igual manera, como resultado de las recién implementadas Reformas Estructurales del Gobierno Federal, México tendrá grandes oportunidades para mejorar el desempeño general de la economía. En especifico, podemos esperar una recuperación y fortalecimiento del peso frente al dólar a partir de finales de 2016.
Este cambio se derivará de los grandes flujos de inversión extranjera en nuestro país, principalmente de EUA y Europa. A este respecto vemos que si bien las finanzas públicas del país podrían verse afectadas al tener una menor recaudación, consecuencia de la estabilización del precio de barril alrededor de los 50 USD, una novedosa estructuración del manejo y la explotación de su cercanía geoespacial y cultural con Estados Unidos permitirá que México salga ganador.
Será tarea del recién creado mercado petrolero mexicano otorgar oportunidades de crecimiento a nuestro país.
Nos encontramos en un momento en el que definir qué va a pasar es muy difícil, pues por ambos lados tenemos cambios políticos y económicos que no han sido vistos en mucho tiempo.
A finales de este año tendremos más luz al respecto, pues se resolverá la incertidumbre sobre la crisis griega y se conocerá la tasa que la FED fijará. Si bien México tiene grandes retos y una tasa de crecimiento bastante baja y EUA se acerca a un momentum de calma y de reafirmación, estoy seguro que ambas partes sabrán trabajar en conjunto.
Al final no podemos negar que pese a algunas etapas de conflicto siempre hemos trabajado hombro a hombro. Sabemos que no somos dos economías separadas sino una simbiosis marcada por muchos factores que definirán el rumbo. Debido a lo anterior, podemos concluir que el dinamismo característico de la economía norteamericana llevará frutos a las tres naciones firmantes del TLCAN , aunque por el momento no se sepa con seguridad lo que pasará en el futuro.
El autor es presidente de la American Society, socio de Spencer Stuart México, y avezado en relación México-Estados Unidos. @larry_d_rubin