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Desigualdad y corrupción: el caso Chiapas

Combatir a la corrupción requiere romper el círculo vicioso de desigualdad, dice Ana Laura Martínez; la desigualdad promueve tanto el clientelismo como la captura política, que sucede en Chiapas,...
mar 14 julio 2015 06:02 AM
En Chiapas se ubican seis de los 10 municipios con mayor porcentaje de población en situación de pobreza, según cifras del Coneval. (Foto: AP)
Chiapas mujer indígena (Foto: AP)

El 9 de junio posterior a las elecciones 2015 , el economista Gerardo Esquivel publicó en su cuenta de Twitter una interesante gráfica mostrando el porcentaje de votos al Partido Verde (PVEM) en las distintas entidades federativas.

Mientras que el PVEM obtuvo 45% de la votación en Chiapas, su promedio nacional de votos no superó el 6%. Con la publicación de la gráfica, Esquivel se preguntaba: ¿cómo explicar Chiapas sin caer en una descalificación simplista?

A la luz de un nuevo libro del profesor You Jong-sung [1] , la respuesta a la pregunta del economista no parece tan complicada.

Tras más de una década de estudiar la relación entre desigualdad y corrupción, Jong-sung ha demostrado que entre más desigual es un país, mayor es la probabilidad de que exista un alto nivel de corrupción.

En comunidades muy desiguales existe un número muy grande de pobres que poseen un porcentaje pequeño de la riqueza y un pequeño grupo elite que acapara un porcentaje sustancioso de la misma. Bajo un sistema democrático, las elites temen perder sus privilegios a manos de las mayorías, lo que genera incentivos para que usen sus cuantiosos recursos en capturar el proceso político.

Una forma de asegurar dicha captura es la compra del voto de los individuos pertenecientes a las clases pobres. Es decir, la desigualdad promueve tanto el clientelismo como la captura política.

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El caso de Chiapas es un buen ejemplo para probar la hipótesis del profesor Jong-sung. En un esquema de pluralidad que ha permeado en casi todo el país, sorprende el alto nivel de votación que un solo partido obtuvo en dicho estado, cuyo gobernador es, además, de la misma formación política.

Dado el alto porcentaje de votos recibidos por el PVEM y el alto número de casillas “zapato” [2] [3] , podría presumirse un nivel importante de compra de votos en la entidad. Por otra parte, de acuerdo con las últimas cifras del CONEVAL, Chiapas es el estado más desigual de la República.

Si bien el caso de Chiapas parece demostrar el argumento de Jong-sung de forma notable, es posible extender el argumento al resto del país. México es el segundo país más desigual de la OECD [4] y ocupa el lugar 103 de 175 países en cuanto a percepción de la corrupción según Transparencia Internacional [5] .

La lección es simple: reducir la corrupción sin atacar una de sus causas de raíz, la desigualdad, es un despropósito. No se trata de “domar a la condición humana”, como expresara el presidente Peña Nieto el pasado 23 de junio en la instalación del Consejo del Sistema Nacional de Transparencia.

Combatir a la corrupción requiere romper el círculo vicioso de desigualdad y corrupción en el que el país está inmerso. Una forma de lograrlo es evitar que el sistema político siga acrecentando los poderes naturalmente fuertes y debilitando a los sectores más vulnerables. El gobierno está llamado a lograr lo opuesto.

No es necesario declararle la guerra a la naturaleza humana, sino declarársela a las prácticas clientelistas en especial a la compraventa del voto. Para ello es necesario sancionar a los partidos políticos que incumplan las reglas, fiscalizar sus recursos de forma eficiente y realizar una cruzada informativa destinada a los sectores más pobres de las sociedades más desiguales.

 

*Ana Martínez, es Consultora del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. (IMCO).  facebook.com/imcomx | @IMCOmx Las opiniones expresadas en este artículo son personales.

 

[1] Jong-sung, You. “Democracy, Inequality and Corruption: Korea, Taiwan and the Philippines Compared”, Cambridge University Press, 2015.

[2] “Casillas zapato" es como se conoce en México a aquellas mesas de recepción de votos donde todos los participantes sufragaron por un mismo candidato.

[3] El INE reportó que a nivel nacional, en 16 casillas todos votaron por un candidato, nueve de éstas se localizaron en Chiapas (http://noticieros.televisa.com/programas-punto-de-partida/1506/eleccion-zapato/)

[4] OECD, In It Together: Why Less Inequality Benefits All, 2015, p. 20.

[5] Transparencia Internacional, Corruption Perception Index Brochure, 2014, p. 3.

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