OPINIÓN: El spot del gobierno mexicano que enojó a los usuarios de redes

Camilo Egaña opina que los spots institucionales deben tener cuidado de no provocar el enojo de los usuarios de las redes sociales
El anuncio que generó molestias entre usuarios de Twitter y El anuncio que generó molestias entre usuarios de Twitter y que tuvo que ser retirado de las redes por el gobierno mexicano

Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Encuentro. Puedes seguirlo en Twitter a través de su cuenta @camilocnn.

(CNNEspañol) La idea era promocionar las reformas del gobierno de México. Pero, como las mariposas que no llegan a serlo y se quedan en crisálidas, el anuncio ni siquiera llegó a ser una campaña.

El pasado 13 de octubre, apenas el gobierno de Enrique Peña Nieto tuvo que retirar de su canal de Youtube el anuncio en el que dos carpinteros conversan y uno de ellos intenta convencer al otro de las “bondades” gubernamentales.

En la redes sociales el anuncio funcionó como un búmeran, fue como el pistoletazo de salida para que los ciudadanos, en vez de agradecer las reformas del gobierno, comenzaran a quejarse del Ejecutivo.

En Twitter los usuarios rechazaron el anuncio con los peores epítetos e improperios, los más elegantes van del “anuncio imbécil” al “populista”.

“Nos quieren quitar hasta la libertad de quejarnos”, dice alguien y otro pregunta quién pudo haber escrito el guion de un algo tan basto. Porque digámoslo de una vez, ese anuncio es poco convincente, almidonado y construido sobre uno de los estereotipos sociales más humillantes: el del “mexicano humilde”, un cliché explotado hasta la náusea en un país en el que todavía hoy un apellido, aunque venido a menos, pesa tanto como una cuenta de banco.

Hay que ir con mucho tiento cuando un publicista quiere ensalzar a un gobierno cuyo presidente cotiza a la baja (en julio pasado, a dos semanas de la fuga de Joaquín el Chapo Guzmán, un sondeo del diario Reforma le daba al mandatario un 34% de aprobación, el índice más bajo desde que llegó al poder en 2012).

El gobierno mexicano atraviesa una crisis de credibilidad que parece una costra de óxido a prueba de todo por acontecimientos como la fuga del Chapo o la desaparición de los 43 estudiantes en Guerrero hace más de un año, solo por mencionar dos asuntos.

Diseñar una campaña sobre las reformas de un gobierno cuyo mensaje es “¡dejen de quejarse!” tiene que ser como mínimo motivo de queja y eso los mexicanos lo tienen muy claro.

Igual de claro deberían tenerlo los encargados de la publicidad institucional pero bueno, en fin, no hay nada que hacer.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Camilo Egaña.