OPINIÓN: ¿Por qué invertir en el bienestar y salud de los empleados?
Nota del editor: Estefanía Illescas Suárez es directora de Proyectos en Revitaliza Consultores. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) – Los horarios laborales extendidos, el exceso de carga de trabajo, el poco tiempo para estar con nuestras familias y hacer actividades que nos gusten, el acceso a pocas vacaciones, el tráfico, la mala alimentación y las malas condiciones físicas de las oficinas, son solo algunas condiciones a las que como empleados estamos expuestos.
Muchas de estas condiciones laborales se derivan en diversos trastornos psíquicos como el agotamiento, el acoso laboral, adicción al trabajo, hartazgo, estrés y depresión. Esta última enfermedad afecta a más de 350 millones de personas en el mundo.
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En cuanto al estrés laboral, solo en México, aproximadamente 18.4 millones de personas conviven con estrés laboral, produciendo ausentismo y baja productividad.
Cuando la carga laboral es excesiva, el trabajador padece de fatiga, bajo desempeño, tiene aumento en riesgos de accidentes e insatisfacción. Aunado a esto, una jornada laboral de 8 horas o más restringe el tiempo que una persona puede dedicar a actividades necesarias para la salud física, mental, emocional, con diferentes padecimientos que afectan la calidad con que se desempeña.
Por otra parte, el tiempo que tardamos en llegar al trabajo también puede ser muy estresante y se sabe que afecta negativamente el desempeño laboral de 56% de las personas que viven en la Ciudad de México.
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Los países europeos con jornadas laborales más cortas (Holanda, Alemania y Bélgica) presentaron mayor productividad por hora trabajada que el resto de países, por lo que trabajar menos horas aumenta los niveles de desempeño laboral, calidad de vida y salud.
Las personas contentas tienen hasta 33% mayor energía y dinamismo, lo que se traduce en más eficiencia y productividad en el trabajo.
Las condiciones físicas es otro factor a considerar, sobre todo si 90% de nuestro tiempo estamos dentro de edificios.
La mayoría de los edificios en México padecen del Síndrome del Edificio Enfermo que es, de acuerdo a la Organización Mundial de la Saluds (OMS), un “conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios cerrados”.
nullEste conjunto de enfermedades y molestias normalmente es generado por una mala calidad del aire, donde en vez de renovarlo, lo que muchos edificios hacen es recircularlo, contaminando así todas las áreas del edificio.
Aunado a esto se tienen altas concentraciones de dióxido de carbono (CO2) y se utilizan productos de limpieza, pesticidas y materiales que emiten COV (compuestos GEOLOGY 101 REPORT 1 orgánicos volátiles) haciendo que el aire que respiremos contenga tóxicos que dañan nuestra salud, produciendo jaquecas, náuseas, mareos, irritaciones de las vías respiratorias, piel y ojos, provocando baja productividad (1.5-6%), y ausentismo laboral.
El tener iluminación natural, vistas al exterior y una buena calidad del aire, incrementa aproximadamente el 14% nuestra productividad.
Además de estas enfermedades y trastornos psíquicos existen otros males crónico-degenerativos como diabetes, obesidad e hipertensión, que ya son también problemas de salud a nivel nacional y mundial.
Este tema se debe principalmente a la falta de una buena alimentación y de tener una vida activa y realizar actividades físicas.
La mala alimentación en el trabajo causa pérdidas de hasta 20% en la productividad, ya sea debido a problemas como la desnutrición (falta de calorías, vitaminas y minerales), o sobrepeso y obesidad (exceso de alimentos y vida sedentaria).
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Algunos también han explorado la relación del ausentismo laboral con la inactividad física en una institución. Sus conclusiones muestran que la inactividad física aumenta la frecuencia y la duración de las incapacidades laborales, lo cual presupone implicaciones desfavorables para el trabajador, para la empresa y para la sociedad.
El no hacer nada en cuidar la salud de los empleados sin duda resultará en mayores problemas de salud, tanto físicos como mentales, mayor insatisfacción personal e infelicidad, y provocará bajo rendimiento laboral y una sociedad deshumanizada.
Entonces ¿por qué invertir en el bienestar y salud de los empleados? Porque es una demanda cada vez mayor de las generaciones que empiezan a trabajar en las empresas y porque cada vez más empresas expandirán esta tendencia dentro de sus oficinas por todo el mundo.
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En la actualidad, la inversión en personal de una empresa representa el 90% de sus costos operacionales, incluyendo salarios y beneficios, mientras que el costo de energía representa el 1% y el costo de renta el 9%.
Si el mejorar la calidad de vida de los empleados repercute en su productividad, entonces debe ser un tema de suma relevancia para cualquier empresa.
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