OPINIÓN: La muerte de la princesa Diana cambió la imagen de la realeza británica

Se han necesitado casi dos décadas para que la familia real recupere el apoyo del público, señala Kate Williams.
Homenajes Ciudadanos han llevado flores y han rendido tributos en memoria de la princesa Diana, a las puertas del Palacio de Kensington, en Londres, en el vigésimo aniversario de su muerte. (Foto: HANNAH MCKAY/REUTERS)

Nota del editor: Kate Williams da clases de Historia en la Universidad de Reading, en Reino Unido. Es autora del libro Young Elizabeth y escribe sobre la realeza para CNN. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

(CNN) — En la madrugada del 31 de agosto de 1997, la prensa empezó a reportar que

, había salido lesionada en un accidente automovilístico en el túnel del Pont de l'Alma en París. A las 4:45 de la madrugada, los noticieros citaban a fuentes que afirmaban que .

Los miembros de la familia real británica estaban en sus vacaciones anuales de verano en el castillo de Balmoral, en Escocia. A las 5:25 de la madrugada, emitieron un comunicado: "La reina y el príncipe Felipe están profundamente desconcertados y perturbados por esta terrible noticia. Se está informando a los demás miembros de la familia real de la muerte de la princesa". Pensaron que con esto bastaría.

Sin embargo, la familia real se equivocó gravemente en su reacción a la noticia de la muerte de Diana… cosa que les costó el respeto del público, que han tardado casi dos décadas en recuperar.

Conforme se difundía la noticia,

y tomó a todos por sorpresa… principalmente a la familia real. Los políticos se afanaban por encontrar las palabras adecuadas para describir su muerte.

Su hermano, el conde Spencer, le rindió tributo desde Sudáfrica y dijo que

. El entonces primer ministro de Reino Unido, Tony Blair, empezó a referirse a ella como "la princesa del pueblo".

La familia real, en vez de emitir un comunicado inicial breve, guardó silencio y se quedó en Balmoral. En lo que a ellos concernía, Diana ya no era parte de la familia. Se había divorciado del príncipe Carlos y había renunciado al título de alteza real. Desde su punto de vista, la rutina y la conducta correspondiente a la muerte de un miembro de la familia real simplemente no correspondía a las circunstancias.

En qué se equivocó la familia real

La actitud de la reina en momentos de crisis siempre ha sido: "mantén la calma y sigue adelante". Le ha funcionado bien a lo largo de una vida turbulenta: la abdicación de su tío, la Segunda Guerra Mundial, la muerte prematura de su padre y su abrupto ascenso al trono.

nullSin embargo, en esta crisis le salió mal. La gente sintió que la familia real estaba insultando a Diana; incluso los periódicos monárquicos, como el Daily Express, exigieron su presencia en Londres.

, publicaron en su primera plana.

Para la gente, Diana era una princesa y madre del futuro rey. Para muchas personas, la familia real y Carlos la habían tratado mal… y la reacción de la familia real a su muerte solo sirvió para empeorar las cosas.
Los políticos y los cortesanos, que podían sentir que el resentimiento crecía, presionaron a la familia real para que tomara más medidas, así que se planificó un funeral ceremonial.

La reina se presentó en televisión en la víspera del funeral para dar un discurso profundamente emotivo; les dijo a todos que los miembros de la familia real habían estado en duelo y que habían estado concentrándose en los príncipes. Alabó los dones de Diana y se dirigió a su pueblo "en calidad de abuela". Fue una forma de hablar desconocida para la reina, una hija de la guerra que no mostraba sus emociones.

Sin embargo, las palabras más memorables del funeral y de ese periodo no fueron las de la reina, sino

. Spencer habló del dolor de su familia y de que Diana había sido "símbolo de humanidad altruista" y "portaestandarte de quienes sufren".

Destacó que era horriblemente irónico que la chica que había recibido el nombre de la diosa romana de la caza "se volviera la persona más cazada en la edad moderna" y terminó diciéndole al mundo que "su belleza, tanto interior como exterior, nunca se extinguirá en nuestra mente".

El funeral se inspiró en los planes para el funeral de la reina madre. Sin embargo, no hubo capilla ardiente (mientras que sí la hubo durante tres días en Westminster Hall para la reina madre cuando murió, en 2002, y la visitaron más de 200,000 personas).

En términos estrictos, esto se reserva para el monarca y la reina consorte, así como para algunos primeros ministros. Sin embargo, muchos británicos pensaron que Diana habría sido reina consorte algún día, así que lo merecía.

Ciertamente una capilla ardiente, aunque hubiera sido por un día, habría servido de algo para apaciguar la ira del público. El palacio real también les indicó a los príncipes que tenían que marchar detrás del ataúd de su madre.

El conde Spencer se opuso y dijo: "Diana sencillamente no habría querido que lo hicieran". Pero, como dijo hace unos meses, "me mintieron", porque le dijeron que marchar tras el ataúd era el deseo de los príncipes. El príncipe Enrique reiteró hace unos meses lo dicho por su tío en

: "No creo que deban pedirle eso a ningún niño, bajo ninguna circunstancia".

Veinte años después

Inmediatamente después de la muerte de Diana, la familia real cometió un grave error. Aunque las palabras que la reina pronunció en la víspera del funeral —y el funeral mismo— sirvieron para mejorar la situación de la familia real, el país tardaría unos años en perdonarlos.

Han pasado veinte años desde la muerte de Diana y sus hijos transmiten su legado. Este año se conmemoró a Diana en una ceremonia privada encabezada por su hermano en Althorp, la hacienda de su familia; los príncipes estuvieron presentes.

Aunque la familia real ha recuperado parte de su popularidad, son la reina, el duque y la duquesa de Cambridge, y el príncipe Enrique a los que la gente admira.

Parece que Carlos no puede entablar un lazo con el público y la prensa cubre muy poco sus visitas, a diferencia de la gran atención de la que gozan Guillermo y Catalina. En una encuesta reciente se determinó que solo un tercio de los británicos cree que el príncipe Carlos ha sido benéfico para la monarquía. Sin embargo, ni siquiera el resto de los miembros de la familia real puede dar por sentado el afecto del pueblo británico. El péndulo de la opinión pública puede oscilar fácilmente, si es que ocurre otra crisis.

Carlos y su círculo íntimo tienen esperanzas en que cuando ascienda al trono, la gente olvide los errores que cometió en la década de 1990. Pero incluso hoy, Diana sigue presente en el imaginario público. Además, siempre medirán a la familia real —y tal vez también la juzguen— con base en su vida y su muerte.

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