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OPINIÓN: Una misión satelital digna de 'Star Trek'

Desde hace siglos, la humanidad ha sentido fascinación por las estrellas y por la idea de que haya vida en otras partes del universo, apunta Don Lincoln.
jue 04 octubre 2018 01:00 PM

Nota del editor: Don Lincoln es físico investigador y autor del libro The Large Hadron Collider: The Extraordinary Story of the Higgs Boson and Other Stuff That Will Blow Your Mind. También produce una serie de videos de divulgación científica. Síguelo en Facebook . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) — Soy un aficionado de hueso colorado a la ciencia ficción. Cuando era niño, me sentaba frente a la pantalla, absorto con los exploradores de Star Trek en sus viajes de planeta en planeta, encontrando "vida y civilizaciones nuevas". Pero también soy científico y entiendo perfectamente la diferencia entre realidad y ficción. La realidad es que aunque los héroes de mi juventud eran ficticios, los científicos reales pueden trabajar para hacer realidad estos sueños. El primer paso es identificar la ubicación de los planetas cercanos que podrían ser aptos para albergar formas de vida terrestres.

En abril de este año, el Satélite de Reconocimiento de Exoplanetas en Tránsito (TESS, por sus siglas en inglés) se lanzó a bordo del cohete Falcon 9 de SpaceX . Su objetivo a largo plazo es identificar aproximadamente 20,000 planetas en sistemas solares cercanos.

OPINIÓN: Surge un nuevo misterio sobre el universo

Podría sonar futurista, pero en realidad no es nuevo buscar exoplanetas, planetas que orbitan a estrellas distintas a nuestro sol. La primera detección confirmada ocurrió hace unos 30 años . Estos primeros planetas se encontraron mirando el bamboleo de las estrellas que tienen planetas muy grandes orbitándolos muy de cerca.

Este método se parece a que un adulto tome de las manos a un niño y le dé vueltas. Si el niño tiene entre 4 y 6 años, el adulto tendrá que inclinarse hacia atrás para no caer. Ver al adulto bambolearse es la prueba de que el niño está presente. De igual forma, los bamboleos en el movimiento de las estrellas revelaron la existencia de los planetas.

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Sin embargo, con esta técnica no fue posible encontrar planetas parecidos a la Tierra. Es más adecuada para encontrar sistemas planetarios con planetas del tamaño de Júpiter en órbitas menores que la de Mercurio. Para poner las cosas en perspectiva, Júpiter es enorme comparado con la Tierra: tiene una masa 318 veces mayor que la de nuestro planeta. Mercurio orbita muy cerca del Sol y su radio orbital es de alrededor del 40% del de la Tierra. La técnica del bamboleo era más sensible a los planetas más grandes en órbitas más pequeñas, aunque a través de instrumentos mejorados fue posible encontrar planetas más pequeños y más distantes.

OPINIÓN: El universo está desequilibrado y nadie sabe por qué

El satélite Kepler se lanzó en 2009 para buscar exoplanetas con un enfoque totalmente diferente, más sensible a la presencia de planetas más pequeños. El Kepler buscó exoplanetas cuando pasan frente a su estrella. Es como buscar gaviotas mirando un faro y viendo su sombra cuando pasan frente al brillo cegador de la luz.

El Kepler funcionó durante nueve años y fue un gran éxito en todos los sentidos. Encontró más de dos mil planetas y muchos candidatos a planeta que aún no se confirman. Encontró sistemas planetarios con más de un planeta. También encontró "supertierras", planetas ligeramente más grandes que la Tierra y con una gravedad más intensa, pero en la que la existencia sería posible.

El Kepler encontró planetas en lo que se conoce como "zona de Ricitos de Oro" , es decir, ni muy caliente ni muy fría, con las condiciones justas para la vida terrestre. De hecho, la década pasada ha sido sumamente emocionante para quienes soñamos con viajar más allá del Sistema Solar.

OPINIÓN: ¿Por qué el nuiverso no debería existir?

Aunque el satélite Kepler y el equipo de científicos se han desempeñado mucho mejor de lo esperado, se le está acabando el combustible. A principios de julio , la NASA usó el combustible restante para orientar el satélite de forma que pueda transmitir sus datos a la Tierra. Tristemente, el Kepler tiene los días contados.

Sin embargo, los entusiastas de los exoplanetas no tienen nada que temer. Aunque el Kepler quedará en silencio, se espera que el TESS mantenga viva la esperanza de los descubrimientos espaciales.

El satélite se lanzó en abril y pasó mayo dando una vuelta a la Luna para proyectarse a la órbita deseada. Incluso tomó su primera fotografía .

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El TESS usa la misma técnica que el Kepler, pero con un énfasis un tanto diferente. El Kepler se centró en un segmento específico del cielo. Por otro lado, el TESS abarcará un 85% de las estrellas visibles a simple vista desde la Tierra. Podrá ver unas 400 veces más del cielo que el Kepler.

Además, el TESS se concentrará en las estrellas brillantes cercanas con un énfasis especial en las que son parecidas a nuestro sol. De hecho, inspeccionará casi todas las estrellas que se pueden ver en una noche clara y unos cuantos cientos de miles más .

Aunque el TESS está diseñado para buscar planetas, la capacidad de su telescopio palidece ante la potencia de los instrumentos que hay en la Tierra, así como la del telescopio espacial Hubble y su sucesor, el telescopio espacial James Webb. Con la ayuda de estas instalaciones más grandes, los científicos podrán imaginar y estudiar la atmósfera de los planetas que el TESS descubra. Es razonable pensar que seremos capaces de identificar planetas que tengan agua y oxígeno, si es que existen.

Lee: Astrónomos mexicanos descubren una de las galaxias más antiguas del universo

El TESS está en la fase de ajustes que acompaña a toda gran misión científica. Es muy probable que relativamente pronto haya una imagen suficientemente buena para que los científicos muestren a la gente que no pertenece a la misión.

El TESS se diseñó para que funcione durante dos años y se espera que identifique unos mil exoplanetas durante su periodo inicial de observaciones. Sin embargo, su inserción en la órbita final fue exitosa y le quedan amplias reservas de combustible. Al igual que su predecesor, el Kepler, es muy probable que funcione por más tiempo del planeado.

Desde hace siglos, la humanidad ha sentido fascinación por las estrellas y por la idea de que haya vida en otras partes del universo. Hasta hace relativamente poco, pudimos empezar a hablar seriamente de buscar estrellas cercanas específicas alrededor de las cuales orbite un hermano de la Tierra que tal vez tenga su ecosistema particular. Es muy posible que cuando el TESS inicie operaciones, en el futuro cercano, podamos dejar de soñar y empezar a saber.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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