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COVID-19, el principal “disparador” para reorganizar el patrimonio

En América Latina, aún seguimos movilizándonos en estos temas importantes solo cuando estamos (casi) al borde del abismo.
mié 28 julio 2021 09:49 AM

Una de las más trágicas características del virus es que está provocando el fallecimiento súbito de muchas personas que, por su edad o su propia personalidad, no habían contemplado las consecuencias de su muerte repentina.

Ante todo, obviamente está el desconsuelo familiar y de los seres queridos de quien ya no está, lo cual es irreparable. Seguidamente, el impacto sobre el ámbito patrimonial y sucesorio. Mientras menos ordenados y documentados estén los asuntos financieros y legales de la persona repentinamente fallecida, mayor es el impacto negativo para sus seres queridos, sus socios, sus clientes, sus proveedores y sus empleados.

En algunos casos, la persona que está en riesgo de muerte y/o contagiada es sometida a un aislamiento extremo. Inclusive puede quedar totalmente incomunicada con quienes deberían recibir información esencial como claves de acceso, ubicación de activos, datos de personas clave de contacto o deudas no documentadas, por citar solamente algunos ejemplos.

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Todo lo que la persona manejaba en su cabeza y sin participar a nadie puede quedar en un peligroso limbo que perjudique a su familia y a quienes interactuaban con él. Algunos activos y/o información, inclusive, podrían perderse para siempre o por largo tiempo, si es solamente la persona fallecida quien sabía de su existencia o ubicación.

En la primera etapa de la pandemia, escuchábamos de lejos los casos y las consecuencias, pero ahora ya sucede entre nuestros allegados y conocidos, y no es de extrañar que en América Latina el COVID haya pasado a ser el principal “disparador” para iniciar una reorganización del patrimonio.

De hecho, en base a las entrevistas que tuvimos durante el último año calendario —273 entre abril de 2020 y abril de 2021— con clientes y prospectos interesados en reestructurar y planificar sus patrimonios, observamos que el factor “fiscal/impositivo” representaba 8 de cada 10 casos al comienzo del período, con una abrumadora mayoría de personas residentes en México y Argentina. Actualmente, la misma relación casi se mantiene (8 de cada 10), pero el COVID y sus consecuencias son el disparador para hacerlo. Los interesados fueron mayormente de países donde la pandemia se desarrolló con dureza: Perú, Ecuador, Colombia, Brasil, Argentina y México, en ese orden.

En los países desarrollados, es normal organizar el patrimonio mediante documentos de ordenamiento familiar, testamentos, directivas médicas anticipadas y fideicomisos o trusts familiares, además de comunicar a personas de confianza el cómo debe actuarse ante un fallecimiento, incapacidad o larga ausencia. Queda a la vista que en América Latina aún seguimos movilizándonos, en estos temas importantes, solo cuando estamos (casi) al borde del abismo.

Nota del editor: Mariano Sardáns es CEO de FDI Gerenciadora de Patrimonios

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