La nueva cara de Detroit: dejar atrás la fase automotriz y ser más 'verde'
Las imágenes del paisaje industrial en ruinas de Detroit, Estados Unidos, han sido documentadas con tanta frecuencia, que los hastiados lugareños ahora se refieren a ellas como "ruin porn" (porno de ruinas).
Pero, a medida de que esta comunidad está más cerca de resurgir como un ave fénix y dejar atrás las cenizas del colapso económico, la gente de Detroit debería comenzar a acostumbrarse a ver a esta ciudad automotriz con otros ojos.
"Todo el mundo ve a Detroit y se pregunta si será capaz de desempeñar el papel de ser una incubadora o modelo para las ciudades en todo el mundo con su modelo para reinventarse", dijo a CNN John Gallagher, un veterano periodista del Detroit Free Press.
Los retos que enfrenta Detroit son tan grandes como las enormes plantas armadoras que alguna vez hicieron de esta ciudad del medio oeste, la capital de la industria automotriz norteamericana.
Golpeada fuertemente por la recesión económica, en la ciudad se han cerrado fábricas y el desempleo se ha disparado. El índice de paro en la zona metropolitana ronda el 13%, de acuerdo al último informe del Departamento del Trabajo de Estados Unidos.
La difícil situación económica ha causado que miles de personas abandonen la ciudad. La población de Detroit ha caído constantemente de sus 1.8 millones de habitantes en su apogeo en la década de 1959. El departamento de Censo estima actualmente una cifra apenas arriba de 900,000 habitantes.
El éxodo masivo ha dado como resultado un fantasmal y fotogénico paisaje de abandono, muy querido por los "pornógrafos", del declive post-industrial.
"Durante el verano estacioné un coche en uno de estos enormes estacionamientos, no había nada de actividad, todo era muy extraño", dijo el cineasta francés Florent Tillon, uno de los muchos que han sido atraídos por la sombría reputación de la ciudad.
"Comenzamos a caminar y había una atmósfera extraña, estaba muy vacío. Al principio no se notaba vacío, pero entonces comenzamos a ver signos como mirar hacia arriba y ver una paloma en una ventana en donde uno esperaría ver a alguien sentado frente a su computadora".
Como Tillon pronto descubrió, ése no es todo el panorama. Bajo su gruesa capa de óxido, están apareciendo brotes verdes en Detroit.
Enfrentando un declive extendido, los urbanistas, liderados por el alcalde, David Bing, decidieron el año pasado acabar con el panorama desolador. Grandes extensiones del espacio urbano fueron limpiados.
"(Bing) ha estado desde el principio diciendo, 'miren, no vamos a repoblar la ciudad, vamos a ser una ciudad más pequeña, pero mejor y nos las arreglaremos para reinventarla en términos de proporcionar servicios a una población más pequeña", dijo Gallagher, cuyo libro Re-imaginando Detroit, explora las opciones para el futuro de la ciudad.
"Ahora que hemos vaciado una buena parte de la ciudad y no esperamos llenarla de nuevo con centros comerciales y nuevas zonas residenciales, podemos tener una ciudad más verde, una ciudad más sustentable ambientalmente , con más parques y corredores verdes, tal vez no utilizando la tierra de Detroit para el consumo, sino para la producción".
"Podríamos tener parques eólicos o campos de paneles solares, agricultura urbana, cultivar nuestros propios alimentos – ya hay un movimiento local de alimentos y mucho interés en la agricultura urbana", puntualizó Gallagher.
Según Gallagher, las medidas ya han generado una corriente de optimismo en la ciudad, no menos caracterizado por la afluencia de jóvenes bohemios e innovadores llegando para aprovechar lo barato de las bienes raíces y una próspera escena artística.
"Estamos recibiendo a estos jóvenes mudándose de Nueva York, que dicen que actualmente Detroit es el lugar más interesante del país, y quieren ser parte de eso", le dijo a CNN.
"Éste es el nivel de optimismo que se eleva por encima del nivel habitual de desesperación y depresión, así que, sin sobrevenderlo, es un momento interesante para estar aquí".
Ahora otras ciudades están tratando de revertir el declive post-industrial, como Leipzig y Dresden en Alemania, están volteando a Detroit para asesorarse, dice Gallagher.
Para el cineasta Tillon, la ciudad también ha pasado de ser un escenario de una "película de fantasía serie B", a ser fuente de inspiración para un reflexivo ensayo en video explorando el futuro post-urbano que puede ser copiado en otros lugares.