Biocombustibles: alternativa 'verde' contra inseguridad alimentaria
Los biocombustibles son una alternativa para reducir las emisiones contaminantes por uso de combustibles fósiles, según el Banco Mundial, sin embargo, también hay versiones que denuncian que esta "aparente solución" provocaría problemas ambientales y sociales mucho más graves.
En su último reporte anual, el BM expone el caso de Brasil como un ejemplo de independencia energética gracias a la expansión de fuentes de energía alternativas como el etanol o el biodiesel.
Ese país sudamericano produce 475,000 barriles diarios de etanol, un tipo de combustible líquido hecho con materia orgánica que puede sustituir a la gasolina para motores de combustión.
Organizaciones de la Sociedad Civil aseguran que la producción de biocombustibles puede ofrecer oportunidades de desarrollo a países agrícolas, pero que los costos económicos y medioambientales podrían ser demasiado altos.
"Los mandatos y las medidas de apoyo para la producción de biocombustibles en los países ricos contribuyen a la subida de los precios de los alimentos, ya que desvían cada vez más cultivos alimentarios y tierra agrícola hacia la producción de combustibles", denuncia Oxfam, una organización que trabaja por impulsar el desarrollo sustentable y el derecho a vivir sin pobreza.
Un estudio sobre biocombustibles realizado por las organizaciones ActionAid, Birdlife International, ClientEarth, European Environment Bureau, FERN, Friends of the Earth Europe, Greenpeace, Transport & Environment y Wetlands International concluye que sólo en Europa, los planes para producir biocombustibles provocarían que 69,000 kilómetros cuadrados de tierra fértil se tendrían que modificar, lo que privaría a la población más vulnerable de la región de alimentos.
Oxfam calcula que al menos 290 millones de personas están en peligro inmediato por una crisis de alimentos y que el 30% del aumento experimentado en los precios de la canasta básica es atribuible a los biocombustibles.
La Unión Europea, que tiene la meta de obtener el 10% de su combustible para 2020 de recursos renovables, asegura que la tierra requerida para biocombustibles sólo se obtiene recultivando campos abandonados en Europa y Asia para minimizar el impacto sobre las comunidades dedicadas a la agricultura.
Hasta 2008, Naciones Unidas había identificado 60 millones de personas indígenas que estaban en peligro de desplazamiento debido a que su tierra podía ser usada para la producción de biocombustibles.
La consultoría PriceWaterHouseCoopers calcula que el etanol sólo representa el 3% de las necesidades de combustible de EU, por lo que pronosticó una larga vida para esta industria.
Sin embargo, Oxfam asegura que, aunque toda la cosecha de maíz de EU fuera utilizada para producir etanol, sólo podría sustituir uno de cada seis galones de gasolina utilizada en ese país.
A nivel mundial, esa organización calcula que usando todo el suministro actual de almidón y cultivos de azúcar, sólo se podría sustituir el 40% del consumo mundial de gasolina.