El mal manejo de aguas residuales de Cancún daña al sistemas de arrecifes
El mal manejo de aguas residuales y el crecimiento hotelero desmedido del centro turístico más importante del país es una de las principales causas del daño del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) por lo menos en el área que corresponde a México.
El SAM tiene una longitud de 965 kilómetros y se extiende por las costas de México, Belice, Guatemala y Honduras. En el último Índice Integrado de Salud Arrecifal (IISA), se detectó que un 47% está en malas condiciones y un 6% en situación crítica.
"El arrecife mesoamericano es el atractivo principal en la región para millones de turistas. El principal daño por el crecimiento sin control del desarrollo turístico es por la pérdida de calidad en el agua", dijo Sylvia Marin, directora de Cambio Climático para América Latina y el Caribe del Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
En México hay 121 sitios que forman parte del SAM. De éstos, el 50% está "muy mal", según el IISA. "Hay una vinculación directa entre el uso de agua en Cancún con el daño en el arrecife y el nivel de desarrollo hotelero en el área. Todo Cancún tiene una cuestión de contaminación del agua que está llegando al arrecife", explicó Paul Sánchez-Navarro, director del Centro Ecológico de Akumal, un organismo encargado de la creación de modelos de desarrollo sustentables en el Caribe mexicano.
En 2010, Cancún cumplió 40 años y desde entonces no ha parado su desarrollo hotelero. Según la Secretaría de Turismo mexicana, hace dos décadas había disponibles 2,600 cuartos; actualmente son 28,000. Eso ha incentivado la creación de empleos y que la mancha urbana tenga tasas de crecimiento de hasta 10 ó 12% según datos del INEGI.
Sánchez-Navarro asegura que la ciudad tiene un crecimiento proporcional con el desarrollo hotelero, pero que no ocurre lo mismo con la calidad de los servicios para los desechos de aguas residuales.
"Sólo una tercera parte de Cancún está conectada a un drenaje, lo demás va al subsuelo, al sistema de ríos subterráneos que desemboca naturalmente en el arrecife".
WWF también considera que el sistema de aguas de ese centro turístico está siendo severamente afectado porque no hay un buen tratamiento de aguas residuales. "El agua se inyecta en el subsuelo, se deposita en el manto de agua y desemboca en los arrecifes, eso altera el ecosistema y contribuye a que no haya una recuperación", dijo Sylvia Marin.
Desde el 29 de noviembre, Cancún es sede de la décimo sexta Conferencia de las Partes (COP 16) de Naciones Unidas sobre cambio climático. En esta reunión, 194 estados parte intentarán ponerse de acuerdo para impulsar un régimen global para salvar al planeta.
Rescatar Cancún
El Centro Ecológico de Akumal trabaja en un plan para promover la instalación de plantas de tratamiento de agua tanto en la zona turística como en las ciudades aledañas.
"Algunos hoteles sí tienen plantas, pero conforme crecen las ciudades en torno al centro turístico también hay que proponer un plan", dijo Sánchez-Navarro.
El experto en desarrollo sustentable indicó que la solución para que Cancún deje de contaminar el mar es tratar el agua residual en la superficie sin que ésta toque el subsuelo. "Si dejamos de contaminar el acuífero de la región desde ya, en dos o quizá cinco años éste se puede limpiar con el ciclo del agua. Debemos dejar de inyectar aguas usadas al subsuelo y no permitir que este modelo de desarrollo se replique en otras partes".
Turismo 'verde'
Cancún recibe cada año tres millones de turistas. La organización Amigos de Sian Ka’an busca que esos visitantes comiencen a interesarse por unas vacaciones más amigables con el ambiente para frenar el deterioro de la región.
"Estamos intentando abrir una nueva forma de turismo. No es estar en el gran foco del turismo, buscar el modelo de playa y sol, sino ver una forma de alternancia con la naturaleza sin afectarla", dijo Daniel Ramos, director de programas.
Sian Ka’an es un área natural protegida desde 1986 y es considerada desde hace 25 años como Patrimonio Natural de la Humanidad.
Ubicada a 140 kilómetros del aeropuerto de Cancún, es el área protegida más grande del Caribe mexicano con una extensión de 1.3 millones de acres, según sus cuidadores, es un ejemplo de lo que era Cancún antes del desarrollo hotelero.
"El manglar debe ser un atractivo dentro del desarrollo turístico, no es un obstáculo para los inversionistas y no debe destruirse como ocurrió en Cancún. Se debe comenzar a ver cómo un gran capital natural", dijo César Barrios Martínez, director de Filantropía de Amigos de Sian Ka’an.
"La conservación del ambiente natural daría plusvalía a los desarrollos turísticos, la clave para salvar Cancún es creer que la salud de la naturaleza es la clave para un turismo saludable".