Cancún: el acuerdo alcanzado aviva la confianza perdida en Copenhague

El Acuerdo de Cancún aprobado este sábado en la madrugada por 193 países, restableció la confianza y la transparencia en las negociaciones climáticas multilaterales, coincidieron la mayoría de los participantes en la última sesión plenaria de la 16 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 16) y organizaciones de la sociedad civil.
El fracaso de la COP 15 en Copenhague, celebrada en diciembre del 2009, había dejado un ambiente tenso entre los 193 participantes, ya que el texto que se puso a la consideración de las partes había sido elaborado por Estados Unidos, China, India, Brasil y Sudáfrica sin tomar en cuenta las peticiones del resto de los países.
Venezuela, Cuba, Bolivia , Nicaragua, Costa Rica y Tuvalu decidieron no respaldar el documento.
La cancillería mexicana, encargada de la organización del evento que se llevó a cabo en Cancún, advirtió desde un principio que la COP 16 carecía de las condiciones que dieran pie a la firma de un acuerdo vinculante, sobre todo, en materia de reducción de emisiones.
"Los negociadores resucitaron las negociaciones de las Naciones Unidas y las han puesto en camino hacia la franca recuperación. Estos acuerdos ponen de manifiesto que el proceso funciona y puede generar resultados", dijo Jeremy Hobbs, Director Ejecutivo de Oxfam Internacional.
Durante sus intervenciones en la última sesión plenaria de la COP 16, los participantes dijeron que lo alcanzado en el Acuerdo de Cancún no fue extraordinario, pero contiene suficientes elementos para comenzar a edificar las bases de un nuevo acuerdo vinculante.
Bolivia, el único país que cuestionó algunos de los puntos incluidos en el Acuerdo de Cancún, criticó el hecho de que el documento haya sido aprobado sin un consenso y advirtió que impugnará el texto ante el Tribunal Internacional de la Haya.
A diferencia de lo que sucedió en Copenhague, la presidencia de la COP 16 decidió aprobar el Acuerdo de Cancún sin tener un respaldo unánime, al defender que “un consenso no implica la unanimidad”.
Dicha acción fue apoyada por países como Estados Unidos, que a través de su negociador, Todd Stern, manifestó que no se podía ignorar la voluntad de la mayoría.
Edifican Cancún, sobre Copenhague
En Cancún, las partes empujaron el establecimiento de lo que definieron como un acuerdo equilibrado, que contempla avances concretos en los temas de mitigación – o reducción de emisiones de gases de efecto invernadero -, adaptación, financiamiento y transferencia de tecnología.
Una importante cantidad de compromisos no vinculantes aprobados ayer, como la reducción voluntaria de las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 25 y 40% respecto a los niveles de 1990 para el año 2020 por parte de los países industrializados; la iniciativa de un ‘fondo verde’ que concentrará todos los recursos en un solo sitio; y el Programa de Reducción de Deforestación y Degradación (REDD) estaban incluidos en el Acuerdo de Copenhague.
Sin embargo, el estancamiento de las negociaciones no permitió avanzar sobre los detalles de las propuestas.
Si bien el Acuerdo de Cancún contó con la aprobación de todos los países de la COP, menos Bolivia, tampoco tiene carácter obligatorio y pospuso la discusión de temas controvertidos como la posibilidad de un segundo periodo del Protocolo de Kyoto.
El Protocolo de Kyoto fue establecido en 1997 y los países que lo ratificaron se comprometieron a reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero —entre los que destaca el dióxido de carbono (CO2)— durante el periodo 2008-2012 en un promedio de 5.2% por debajo de los niveles de emisión de 1990.
De acuerdo con el más reciente informe sobre brechas de emisiones coordinado por el Programa de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (PNUMA) las emisiones anuales de CO2 alcanzan actualmente 48 gigatoneladas.
De continuar como ahora, para el año 2020 las emisiones podrían alcanzar un mínimo de 49 gigatoneladas, 5 gigatoneladas por encima de lo requerido para comenzar a frenar el calentamiento global y no exceder un aumento promedio de 2 grados centígrados en el planeta.
Las partes coincidieron en que un acuerdo vinculante se hace cada vez más urgente, ante la inminente conclusión del primer periodo de compromisos del Protocolo de Kyoto para 2012.