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El final de una era para los pepenadores de Río, el basurero será energía

La fuente de trabajo de 1,300 pepenadores se utilizará para alimentar una planta que extraerá el metano generado por los desechos urbanos
mié 15 diciembre 2010 07:03 AM
Basurero gramacho brasil
Basurero gramacho brasil Basurero gramacho brasil

Decenas de recolectores de basura se abalanzan sobre las bolsas blancas y negras con desechos que caen del último camión que llega a la cima del tiradero de Gramacho.

El vapor se eleva mientras sacan latas, botellas, cartón, papel y pedazos de metal, cualquier cosa que pueda ser reciclada.

Si tiras algo en Río de Janeiro, hay un 70% de probabilidad de que termine aquí, al otro lado de la pintoresca Bahía de Guanabara, en uno de los mayores tiraderos de basura de Latinoamérica.

"He trabajado aquí durante 30 años", dice Tiago, un hombre mayor con sólo algunos dientes. "En ese entonces era un manglar. Ahora es una montaña, una montaña de basura".

Unos 2.4 millones de toneladas de residuos urbanos han sido enterrados en el basurero de Gramacho cada año en las últimas tres décadas.

"Gano lo suficiente para comer arroz y frijoles todos los días", cuenta Tiago.

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Él es uno de los 1,300 pepenadores que trabajan en dos turnos, las 24 horas al día, escogiendo entre la basura como buitres que pelean por su parte.

Pero pronto se quedarán sin trabajo.

Ingenieros han comenzado a perforar una red de 300 pozos en el enorme basurero para extraer el metano generado por la basura.

Se bombea debajo de la colina hacia la planta Novo Gramacho, en donde el dióxido de carbono y el nitrógeno son separados.

"Estamos instalando 30 kilómetros de tuberías", explica Eduardo Levenhagen, el director de la planta.

Por ahora, se está quemando el metano. Pero para abril del próximo año será bombeado a una refinería cercana propiedad del monopolio petrolero estatal, Petrobras, suministrando el 10% de la energía de la refinería.

"En lugar de utilizar gas natural de los pozos que tenemos en alta mar, estamos utilizando (metano), del basurero, que es renovable", dice Levenhagen.

Se estima que la planta suministrará metano para los próximos 15 años, generando créditos de carbono para Novo Gramacho.

"Eso es lo más importante para nosotros", dice.

Gramacho se cerrará definitivamente en el 2012 y mientras el metano será extraído.

Será reemplazado por tiraderos más pequeños y más modernos, buenas noticias para el medio ambiente, pero un final agridulce para los recolectores de basura que se ganan la vida aquí.

Gramacho se estableció en 1970 y pronto atrajo a cientos de pepenadores. En la década de 1990, el trabajo de "reciclaje", se formalizó y el número de personas autorizadas para trabajar en el relleno sanitario fue estrictamente regulada.

Paula tiene 32 años, y ha trabajado en Gramacho durante nueve años. Ella tiene una sonrisa brillante y utiliza una gorra de baño de plástico y aretes de plata.

Ella dice que los trabajadores del basurero se han convertido como en una extensión de su familia.

"Todos trabajamos en el mismo lugar, reímos, dormimos cuando se pone el sol, una persona ayuda a la otra", cuenta.

"Todos tendremos que encontrar algo que hacer. Lo que yo se es de reciclaje, pero si tengo que barrer las calles, barreré las calles”, dice. “Lo importante es seguir trabajando".

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