El calentamiento, la caza y el daño en su hábitat: enemigos del depredador
Un grupo de investigadores ha encontrado una nueva evidencia sobre lo difícil que resulta sobrevivir para los grandes depredadores como tigres, leones, osos polares y leopardos.
Las pruebas muestran que los grandes depredadores son mucho más vulnerables a los cambios ambientales que los pequeños carnívoros.
Philip Stephens, un biólogo de la Universidad de Durham, en el Reino Unido, analizó 200 estudios anteriores y aseguró que los depredadores más grandes desaparecen entre cinco y seis veces más fácilmente en relación a sus presas.
La investigación se realizó con la Sociedad Zoológica de Londres y se publicó en la revista de Royal Society, Biology Letters.
Stephens busca centrar los esfuerzos de conservación en los grandes carnívoros. "(El estudio) ilustra lo difícil que es ser un grande y feroz depredador", dijo Stephens.
"Ya sabemos que maduran y se reproducen lentamente, por lo que son vulnerables a la cacería furtiva; ellos necesitan mucho terreno, por lo que son vulnerables a la pérdida del hábitat; pero lo que es menos conocido es que dependen críticamente de la disponibilidad de sus presas".
Los resultados pueden dar una idea de las maneras de ayudar a la conservación de los grandes animales, añadió Stephen. "Señala la gran importancia de adoptar un enfoque holístico a la conservación. No podemos solamente enfocar nuestros esfuerzos en alguna especie determinada porque son dependientes entre si".
"Si sólo nos enfocamos en proteger a los grandes depredadores de la matanza directa o de la pérdida del hábitat, alguna de las otras amenazas pueden pasar desapercibidas". "La cacería furtiva de sus presas también puede ser un problema para los grandes animales como la misma cacería de ellos".
La población de tigres salvajes ha disminuido de 100,000 de hace un siglo a apenas 3,600, según estimaciones del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en ingles).
El mes pasado, los líderes de 13 países se reunieron para la primera Cumbre del Tigre en Rusia, para acordar un Programa de Recuperación Mundial del Tigre con el objetivo de duplicar el número de animales en libertad para el 2022.
Stephens dijo: "Hemos visto una gran cantidad de grandes gestos en la Cumbre del Tigre. Ese estudio muestra la importancia de ir más allá de estos grandes gestos. Necesitamos una mejor protección de la totalidad del hábitat, incluso a un costo económico, como parar la tala de árboles en zonas importantes".
"En las últimas décadas hemos visto una gran cantidad de buena voluntad pública hacia los tigres, pero estos animales aún siguen disminuyendo rápidamente".
Stephens estudió a 11 carnívoros: comadrejas, zorro ártico, lince de Canadá, tejón europeo, coyote, lobo, leopardo, hiena manchada, león, tigre y oso polar.
Su co-investigador, Chris Carbone, investigador senior de la Sociedad Zoológica de Londres, dijo en un comunicado de prensa: "Este estudio nos ayuda a entender por qué los grandes carnívoros son particularmente sensibles a perturbaciones en el medio ambiente y por qué la protección y conservación de su hábitat y, en particular, de sus presas, son tan importantes para las iniciativas globales para salvar a los grandes carnívoros silvestres".
Los investigadores dijeron que aún no han explicado completamente las razones de sus conclusiones, pero creen que tiene que ver con "los altos costos energéticos de ser grande".
Su tamaño podría convertirse en un obstáculo cuando los tiempos son difíciles, las presas son raras y los individuos tienen que trabajar más duro para encontrar su próximo alimento, dijeron.